Los cambios que necesita la orientación educativa

Representantes de la Administración, empresa, familias, alumnos, centros educativos y expertos en psicología y pedagogía participaron en esta mesa de debate.

Lo asistentes no consensuaron cómo debe ser la figura del nuevo orientador, pero en lo que sí coincidieron es que el modelo de orientación actual no es válido y es necesario crear una hoja de ruta para que los alumnos lleguen a la universidad o a la vida adulta con las competencias necesarias. Esta necesidad surge porque con los equipos actuales de orientación no se llega a la atención individualizada que necesitan los alumnos.

La orientación tiene que ser concebida en un sentido transversal y amplio. La cuestión no es a qué se quiere dedicar el alumno, sino qué quiere hacer en la vida, quién quiere ser. Se trata de encajar el proyecto profesional dentro del proyecto personal. Para conseguirlo se hace imprescindible trabajar con el alumno de manera personalizada desde Infantil. Es importante que empiecen por conocer sus valores y motivaciones, sus habilidades y competencias, sus ilusiones e intereses y a partir de ahí fijar objetivos a nivel académico y personal. Desde el colegio es preciso fortalecer la autoestima de los niños y reconocer su autonomía y desarrollo personal.

Se debatió también sobre que el orientador pase a ser un mentor para el alumno.