El “Diego Tortosa” se ha aproximado a la realidad de las personas refugiadas

Esta distinción la otorga la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo junto con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Este premio está dirigido a centros docentes sostenidos con fondos públicos en los niveles de Educación Infantil, Primaria, Secundaria, Educación de Personas Adultas y Bachillerato.

La idea nació con el objetivo de concienciar y movilizar a la comunidad educativa en la defensa de las personas migrantes, sobre el derecho al refugio y la actual crisis migratoria mundial, especialmente la relacionada con la guerra de Siria y la crisis del Mediterráneo.

El sufrimiento de 65 millones de personas desplazadas en el mundo se presenta como objetivo de sensibilización con la inestimable aportación de entidades públicas, asociaciones y ONG que han ayudado a visibilizar al alumnado esta
realidad para realizar un aprendizaje social de valores y derechos fundamentales humanos relacionados con el problema de las personas migrantes. Las actividades se han sustentado en una metodología de aprendizaje basado en proyectos y persigue conectar la crisis mundial de refugiados actual con el currículo a través de un proyecto interdepartamental. También ha sido determinante la sensibilización del alumnado por medio del desarrollo de actividades basadas en actividades experienciales y vivenciales que han generado procesos de empatía social en el alumnado.

Los diferentes departamentos implicados en el desarrollo de las actividades han dispuesto de recursos didácticos ofrecidos por entidades como el Comité Español de la Agencia de la ONU para los Refugiados Acnur para la Educación en Valores y la sensibilización sobre los derechos humanos y las personas refugiadas. La propuesta fue presentada inicialmente a la comisión de coordinación pedagógica y a la dirección del centro para su aprobación.

Valoración del proyecto
– Las actividades han colaborado en la creación de una actitud empática y solidaria del alumnado hacia la situación de las personas refugiadas y desplazadas.

– El alumnado hace énfasis de forma unánime en que han sido determinantes las actividades vivenciales para entender el drama que viven estas personas.

– Las actividades han favorecido la reflexión sobre los derechos humanos que necesitan ser restituidos a las personas refugiadas y la profundización en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

– Los alumnos se han concienciado de la trágica situación que viven miles de personas inocentes por una guerra que ni buscaron ni aceptan y del intento que hacen por sobrevivir arriesgando sus vidas.

– A través de estas actividades el problema de la crisis de refugiados ha dejado de ser para ellos algo que les resultaba ajeno al principio, concienciándose de la trágica situación que miles de personas inocentes de la guerra viven cada día y el intento que hacen para sobrevivir arriesgando su vida.

– Que el problema de los refugiados ya no es algo ajeno lo han podido demostrar en los diferentes murales y exposiciones que han realizado.

– Se ha fomentado la creatividad con la redacción de la continuación de los testimonios de refugiados.

– Ha propiciado un buen ambiente de trabajo en equipo, fundamental en la metodología de trabajo en las lenguas extranjeras.

– Hemos podido trabajar los criterios y estándares previstos en las asignaturas de otro modo, a través de un eje temático, lo que ha venido a enriquecer la motivación y el interés del alumnado en sus procesos de aprendizaje.

El reconocimiento de este premio es para el trabajo de una gran mayoría de docentes, alumnado y padres que creen que hay muchas formas de desarrollar metodologías de enseñanza que tengan como resultado el aprendizaje de saberes, actitudes y valores que contribuyan a la construcción de una ciudadanía global, solidaria y comprometida con la erradicación de la pobreza y sus causas, especialmente con el drama de los millones de personas desplazadas y refugiadas, objetivos que promueve el Premio Nacional de Educación Vicente Ferrer.

Es la Educación la clave del cambio social. Para que los seres humanos migrantes encuentren puertas abiertas, todo comienza con estos alumnos y alumnas que un día serán ciudadanos de pleno derecho llamados a construir una sociedad asentada en los valores interculturales de apertura, acogida y hospitalidad para unas relaciones libres de miedo al diferente… Ojalá esta forma de educar sea la que haga crecer a las nuevas generaciones en esta nueva sensibilidad.

“Pedagogía del otro”
Este proyecto desea enraizarse en lo que hoy se viene a llamar “pedagogía del otro” fundamentada en la ética y la antropología de Enmanuel Lévinas . Es un intento de revalorizar la dimensión ética y los aspectos afectivos de la Educación, la necesidad de fortalecer los vínculos humanos que han sido considerados contenidos educativos de segundo orden. Por ello la atención al otro, el sentimiento de responsabilidad, hacia él debe constituir uno de los ingredientes básicos e imprescindibles para abordar la tarea educativa. Este el objetivo más hondo que habita en este proyecto.

Vivimos bombardeados por noticias en las que la realidad parece perder sus límites entre lo existente y lo virtual. Nuestro cerebro está acostumbrado a contemplar con normalidad las imágenes de millones de personas que viven en la exclusión, la persecución, la tortura, en una escandalosa desigualdad económica y social, privados del acceso a la Educación, a la sanidad, a la vivienda, a los alimentos, en definitiva, a tener un futuro y una vida digna.

Nos protegemos convirtiendo esta realidad en algo normalizado, en un drama virtual cinematográfico. Este mecanismo nos permite vivir adormecidos y defendernos de la compasión por nuestros semejantes. Lentamente nos convertimos en seres lejanos, fríos, indolentes e impasibles ante el desconsuelo ajeno. Pero ya es hora de despertar. Hay que sacar a la Educación de la apatía sobre el otro, donde aquello que nos llama la atención y nos lastima es pensado en forma de distracciones pasajeras y de apariencia inofensiva, donde educar se hunde en la monotonía de la indiferencia.

Este programa es un proyecto premiado que ha servido de estímulo al desarrollo de la empatía y la conciencia social de nuestros alumnos, este es el camino de una Educación para que el siglo XXI supere la aspiración de solo hacer competente al ser humano para el éxito y la ganancia económica y lo eduque para la construcción de una humanidad más justa.

Los objetivos de las actividades realizadas

– Ofrecer información al alumnado y a toda la comunidad educativa sobre la situación actual de personas refugiadas y desplazadas, así como sobre el derecho al asilo y refugio como derecho humano fundamental.

– Dar visibilidad del drama de los refugiados al alumnado, frenando las ideas racistas y xenófobas que puedan aparecer en el contexto social por las ideas preconcebidas de que estas personas vienen a robarnos el bienestar.

– Fomentar el desarrollo de la empatía y la solidaridad hacia personas de otras culturas y países, ayudando a reflexionar sobre los estereotipos y prejuicios hacia ellas.

– Desarrollar el conocimiento y la sensibilidad de las distintas situaciones a las que se enfrentan los inmigrantes, solicitantes de asilo y personas refugiadas, así como fomentar actitudes positivas y de empatía hacia estas personas.

– Generar una respuesta creativa en el alumnado a favor de este derecho a través de la creación gráfica al servicio de esta buena causa que se haga presente en las aulas y pasillos de los centros educativos.

– Conectar la crisis mundial de refugiados actual con el currículo a través de un proyecto educativo interdepartamental. – Desarrollar actividades que propicien las habilidades y competencias que figuran en el currículo y que son parte importante del proceso educativo en todo su conjunto.

– Ayudar a comprender la naturaleza y el poder del activismo, empoderándoles para actuar mediante campañas y acciones hacia la defensa y promoción de los derechos de las personas migrantes.

Enrique González
IES “Diego Tortosa” de Cieza, Murcia