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Los niños que viven en Ceuta pero no pueden ir al colegio porque no les dejan

La Ley de Extranjería dice en su artículo 9 que “los extranjeros menores de 16 años tienen el derecho y el deber a la Educación, que incluye el acceso a una enseñanza básica, gratuita y obligatoria”.
Estrella MartínezMartes, 10 de abril de 2018
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Contrariamente a lo establecido por esta ley, en Ceuta este curso hay al menos 27 niños y niñas sin escolarizar a los que atiende la asociación local Digmun –Asociación por la Dignidad de Mujeres y Niñ@s–. 11 de los menores tienen 6 y 7 años, y los 16 restantes tienen edades entre los 8 y los 15.

Estos menores, en la mayoría de los casos, proceden de familias vulnerables venidas de Marruecos. Viven en Ceuta, algunos incluso ha nacido allí, y tienen un arraigo en la ciudad de años. El problema es que para escolarizarlos se les exige estar empadronados en la ciudad y no lo están, pues sus padres están en situación irregular. Como denuncia Maribel Lorente, presidenta y fundadora de Digmun, “esto en la Península no pasa, cualquiera de nuestros niños estaría escolarizado”.

La Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local en su artículo 15 dice que “toda persona que viva en España está obligada a inscribirse en el padrón del municipio en el que resida habitualmente”. Sin embargo, en Ceuta “vive mucha gente que no está empadronada”, explica Lorente, y para la que no es fácil acceder a dicho empadronamiento.

Algunos de los padres a los que atiende Digmun, por ejemplo, han visto finalizado su permiso de residencia y dejan de estar empadronados. Esto da pie a situaciones como que tengan hijos que están escolarizados en Ceuta y otros no. Los niños mayores se escolarizaron cuando sus padres estuvieron empadronados y los pequeños se han quedado fuera al no figurar en el padrón. Normalmente los padres conti-núan trabajando, pero en precario, por lo que siguen sin tener acceso al permiso de residencia y consiguiente empadronamiento.

En Digmun hacen un informe de cada uno de los niños sin escolarizar que atienden. “No acogemos a ningún niño que no viva en Ceuta”, reitera Lorente. La principal tarea de la asociación es demostrar que, efectivamente, esos niños viven en la ciudad y tienen un arraigo de años para que los escolaricen. Este curso han conseguido escolarizar a seis menores. El curso pasado fueron 11 y el anterior 18. Con el paso del tiempo cada vez es más difícil escolarizarlos, se lamenta Lorente, que lleva 12 años trabajando por la escolarización de los niños, “hasta hace seis años se conseguían con menos dificultad”.

Educación informal
Además de la batalla por la escolarización, Digmun atiende a estos niños gracias a la financiación que les da la Fundación Educo desde 2011. “Desde que tenemos esa subvención, tenemos contratadas a dos monitoras que se encargan de la formación. A los niños se les hacen unas fichas de seguimiento y unas pruebas al principio y al final de curso para determinar el nivel que tienen”. Lorente dice que no hay que olvidar que, por ejemplo, tienen niños de 6 años que no han sido escolarizados nunca.

Como los recursos de la asociación son muy limitados, “nada más que cogemos desde Primaria y, si hay hueco, hasta primer ciclo de Secundaria”. A los niños se les enseña lengua, matemáticas e inglés. Sus familias “no tienen ni la información ni los recursos para darles apoyos”, por lo que Digmun trabaja también la escuela de padres. Tanto con hijos como con padres “trabajamos mucho la norma, como si estuvieran en un colegio”. El trabajo con los padres “es importante, algunos se creen que si las clases empiezan a las 9:30, puedes llevar a tu niño una hora después. También trabajamos con ellos el aseo de los niños, por ejemplo”. Con los niños, a su vez, trabajan “el turno de palabra, la fila, la asamblea, todo lo que es un talante democrático, pero marcando unas normas muy estrictas”. También hacen actividades lúdicas y deportivas para que trabajen la sociabilización.

Con esta formación personal y académica “intentamos que los niños tengan el máximo nivel posible”. Cuando consiguen escolarizarlos son los colegios quienes hacen las adaptaciones curriculares. “Ellos los atienden perfectamente y nosotros hacemos un seguimiento, vamos a las tutorías, les damos material escolar si no tienen”, etc. Lorente defiende que “los niños tienen las mismas capacidades que los demás, lo único es que no han tenido su oportunidad”.

Ceuta, ciudad difícil
Hace dos años en Digmun hicieron una denuncia pública e implicaron a la Fiscalía de Menores, que les dio la razón sobre la escolarización, a partidos políticos y distintas asociaciones. Pero la realidad es que muchos, incluida Lorente, definen Ceuta como una ciudad difícil. Su situación fronteriza tiene poco que ver con la de cualquier ciudad española.

Maribel Lorente denuncia que la Inspección y el Ministerio dicen que se pide el empadronamiento para que “no nos venga la avalancha de Marruecos”. Con lo del efecto llamada “asustan a los docentes diciendo que se nos van a colar todos los niños de Marruecos, pero esto no es verdad, el que quiere escolarizarse aquí es el que vive en Ceuta”. Fuentes de la Dirección Provincial consultadas por este periódico confirman el discurso oficial del efecto llamada. Esta versión oficial convierte la labor de Digmun en una tarea poco popular.

Tienen apoyos en centros escolares y en distintos sectores de la sociedad, pero también detractores que se alinean con la postura oficial y defienden la no escolarización de estos menores.

Digmun ha optado, por tanto, por volver al trabajo más silencioso que no implica a instituciones, partidos políticos y asociaciones. Presentan poco a poco los informes de sus niños a la Dirección Provincial, pero “es un proceso muy lento, tenemos que estar muy encima, es difícil. Y siempre llevando a los niños poquito a poquito. Si llevamos a 10 a la vez nos dicen que no tienen colegios para tantos y cosas así”.

Pepa Domingo, responsable del Programa de Acción Social de Educo, califica la situación de estos niños como “una violación de derechos muy grave”. Defiende que ayudaría a la escolarización que hubiera unas buenas aulas de acogida en los centros, pero “con los recortes, ahí se ha recortado mucho”. Por eso es tan importante la formación que les da Digmun, “la idea es prepararlos lo mejor posible para que la integración en el colegio sea lo menos problemática posible”.

Cristina Manzanedo, responsable de Migraciones de Entreculturas, asegura que “no está habiendo problemas para la escolarización en España, salvo en Ceuta y Melilla”. Postura que comparte Sara Collantes, experta en políticas de infancia de Unicef, que afirma que la escolarización en la península “de los niños migrantes –con independencia de su situación administrativa– suele ser ágil y sin problemas”, pero la realidad es que Ceuta ‘is different’.

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