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Las habilidades que todo profesor y alumno tienen que desarrollar

La formación que reciba un docente tiene que estar orientada a su propia transformación personal. Solo así podrá ser referente y formar adecuadamente a los que serán sus alumnos.
RedacciónMartes, 12 de junio de 2018
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“Si desconocemos en qué consiste en el hombre el ser persona, lo único que estaremos logrando es poner parches en la Educación”, afirma Óscar Corominas, presidente de Libera Tu Talento y docente en Aula Siena. Así, por ejemplo, si se piensa en la formación del carácter del alumno, “el desarrollo de la competencia del autogobierno sería una de las más importantes cuestiones para trabajar”. Y dicho autogobierno no se funda en unas técnicas que se consulten como una receta, sino en la estructura del ser, “donde están comprometidas todas las áreas de la persona”.

Corominas defiende que no se puede separar la adquisición de competencias técnicas del desarrollo integral del ser personal. Por ello “es muy importante involucrar la capacidad de reflexión, discernimiento y contemplación para que las competencias adquiridas puedan quedar debidamente interiorizadas e integradas”. Por este motivo, al pensar en las habilidades y perfil que debe reunir un docente, es necesario que encarne “esa primaria exigencia de mostrarse como una realidad accesible, abierta, permeable y comprometida en su propio crecimiento y renovación diarias. Tampoco es opción la falta de compromiso, el conformismo ni la autocomplacencia en la relación profesor-alumno”. Por contra, el docente está invitado a desarrollar competencias como la creatividad, el espíritu de renovación, la capacidad de adaptación, la tolerancia, el manejo del estrés, etc.

En opinión de Corominas, la excelencia se encuentra en asumir el reto de “formar para transformar y transformarse para mejor formar”, que es el lema de Libera Tu Talento. “Llevamos muchos años, y ahora en colaboración con Aula Siena, impartiendo formación en inteligencia emocional a empresas y centros de enseñanza”. Corominas tiene claro que la formación que se imparte en la actualidad, que no está orientada a una transformación personal, satura y genera un cierto rechazo. Para que se produzca esa transformación es necesario trabajar conjuntamente distintos niveles de la persona como el ontológico y el antropológico; psicológico, cognitivo, biológico, epistemológico, emocional, axiológico –valores– y espiritual, entendido este como “lo que hay de verdaderamente humano en el hombre”.

Para comprender en qué consiste esta renovación personal, se puede tomar como ejemplo la motivación, “competencia emocional básica para la transmisión y adquisición del conocimiento”, explica Corominas. Estar motivado es algo que no se puede fingir y, en caso de que se haga, no resultando creíble. Así pues, “para poder transmitir motivación, uno primeramente ha de aprender a vivir motivado. Ese aprendizaje es el primer paso al que debe seguirle la experiencia interior. Solamente cuando se vive de forma real y desde la transparencia del ser, se puede generar la auténtica motivación que genera confianza. Sin confianza no hay transformación”.

A la confianza se llega despejando del camino muchos obstáculos. “La confianza real solo puede morar en una interioridad despierta y dinámica a la par que serena, pacífica y sin agitación”. En el caso de alumnos y profesores, esta confianza real es la clave para que “se quieran vincular libremente y generar una relación de influencia recíproca. El miedo disminuye cuando la confianza crece, y el miedo siempre nos lleva a generar patrones erróneos de comportamiento”. Para Corominas, solo la confianza real despierta en uno mismo y en el otro unas cualidades insospechadas, así como potencialidades.

Las competencias
Lo ideal es que el profesor y el alumno compartan una serie de competencias básicas que son necesarias para el desarrollo toda la persona. Una vez que el profesor las ha interiorizado e integrado le sirven para su gestión personal y como docente.

En el campo de las competencias intrapersonales, Corominas destaca la autoconciencia, el autogobierno y la motivación. La autoconciencia permite una visión de largo alcance, autodistancia y compromiso con uno mismo. “El desarrollo integral de la persona está fundamentado en el desarrollo de esta competencia”, defiende. Por otro lado, el autogobierno “nos permite ser dueños de nosotros mismos y regirnos por valores y principios que sostengan nuestra vida en orden a la búsqueda del bien y la verdad, afianzando nuestro ser moral en el ejercicio de las virtudes”. Por último, la motivación es fundamental, entre otras muchas cosas, para poder gestionar la autoestima. “El equilibrio emocional depende de la gestión ordenada de las emociones en una psicología saludable desligada de las afecciones que la privan de su debido despliegue e interrelación competencial. No puede haber una gestión de la autoestima sin un conocimiento razonable de uno mismo y un desarrollo de madurez en el autogobierno”.

En relación a las competencias interpersonales, Corominas destaca la empatía, la comunicación y capacidad de influencia. Sin empatía no se puede generar el vínculo entre profesores y alumnos, “aporta ese grado de confianza que reside en el corazón humano”. A su vez, en lo referente a la comunicación, “alguien que se comunica bien consigo mismo sabrá comunicarse de forma eficaz con el otro”. Así, por ejemplo, “saber identificar las emociones poniéndoles nombre y delimitación nos confiere orden, seguridad y estabilidad”. Por último, la capacidad de influencia implica ser generadores y sembradores de bien. “Uno solo se constituye en equilibrio si es capaz de invitar, animar y motivar a que los demás persigan su propio bien. Y para ello unos nos constituimos en referencia para los demás”. Óscar Corominas lo tiene claro, “el profesor está llamado a vivir estas competencias en primera persona si quiere lograr la excelencia”.

Cuando un centro educativo piense en contratar a un nuevo docente debe mirar su “calidad humana, que está ligada a su madurez emocional y personal en las dimensiones de las que hemos hablado”. También hay que tener en cuenta “su nivel de competencias y compromiso con ese crecimiento personal y profesional. La actitud, las aptitudes y modo de ser son las piezas clave que hay que valorar”.

Para hacer de todo lo dicho una realidad, Aula Siena ofrece las formaciones –con matrícula abierta en la actualidad– Curso de habilidades y competencias necesarias para la actividad docente y Curso de evaluación de competencias y habilidades para procesos de selección impartidos por Corominas. Incluyen formación presencial y on line, y se dividen en ocho módulos de dos horas cada uno, aunque se puede adaptar a las necesidades de cada centro.

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