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Ministra Celaá: buenas sensaciones y una duda

José Mª de Moya
Director de Magisterio
12 de junio de 2018
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Tuve la oportunidad de entrevistar a la ministra Isabel Celaá cuan­do fue consejera de Educación en el País Vasco entre 2009 y 2012. Durante la conversación pude reconocer a una mujer curtida por los años terribles y por eso mismo con un profundo sentido ético de la vida. Pudimos recordar a Fernando Buesa –a quien también entrevisté años antes–, compañero de partido, exconsejero como ella de Educación y asesinado por ETA. Recuerdo que al finalizar la conversación salimos a la calle para la sesión de fotos y comentó –aún no sé si en broma o en serio– que había que tener cuidado dónde posamos no fuera que nos pegaran un tiro. Humor negro o fatalismo, aún no lo sé.

Al poco tiempo volvimos a coincidir en la gala de los Premios Magisterio cuando subió a recoger el galardón por el programa “Víctimas educadoras”. Durante su mandato tuvo el coraje de poner en marcha una iniciativa que daría que hablar: víctimas de ETA acudirían a colegios a ofrecer su testimonio, una lección ética que la juventud vasca no debía ignorar. Quizá por eso se empeñó en subir a recoger el Premio llevando de la mano a dos nietas. El aplauso fue largo, emocionante, unánime, inmenso. Recuerdo otro detalle de aquella gala. Cuando mencionó al resto de premiados aludió a la pluralidad ideológica. En concreto, señaló que algunos compartían una visión trascendente y otros –como ella– una visión inmanente de la Educación. He recordado esto a partir de sus palabras en la toma de posesión, cuando dijo que el acuerdo educativo debería estar por encima de las “legítimas diferencias ideológicas”. Me gusta porque se aleja de esa autosuficiencia de pretender imponer mi posición ideológica que se da en algunos sectores de la izquierda y de la derecha.

Ahora, la duda. El País Vasco es líder en dos cosas: en gasto por alumno y en tasa de abandono educativo, con un 7%, la más baja de todo el país. Sin embargo, nadie entiende el bajo nivel de competencias que demuestran los alumnos vascos en PISA. El último Informe de 2015 colocó al País Vasco en el cuarto lugar por la cola en Ciencias. ¿Será el euskera..? Recuerdo que se lo pregunté en la entrevista y me dijo que lo estudiaría. Se lo volveré a preguntar cuando tenga ocasión.

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