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Las tecnologías facilitan el nuevo curso a los 7.500 alumnos ciegos

Adrián ArcosMartes, 11 de septiembre de 2018
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Cerca de 7.500 estudiantes ciegos o con discapacidad visual grave de toda España regresan en estos días a las aulas junto al resto de sus compañeros, con la novedad de que en este curso muchos de ellos contarán con nuevas herramientas inclusivas que facilitarán su incorporación y aprendizaje en igualdad de condiciones. El acceso a la lectura a través del braille y las tecnologías inclusivas que permiten igualdad en el aula son dos de las claves.

Para que estos alumnos puedan alcanzar un rendimiento escolar pleno, es necesario que dispongan de todo el material adaptado (libros de texto, apuntes o cualquier otra documentación), ya sea en braille o en cualquier otro soporte. Muchos de ellos, además, cuentan con tecnología de última generación –adaptaciones tecnológicas– facilitadas por la ONCE para seguir el curso en igualdad de condiciones.

El método Braitico
En este sentido, de cara a este curso 2018-19, los estudiantes cuentan con nuevas herramientas de aprendizaje inclusivas. Una de ellas, por ejemplo es Braitico, el primer método oficial para aprender braille, que estará disponible en todas las aulas donde haya escolarizado algún alumno con discapacidad visual, cuyo sistema de lectoescritura sea el braille. Se trata de una herramienta desarrollada gracias al trabajo realizado por un importante número de profesores y educadores de la ONCE de toda España, bajo las directrices de la Comisión Braille Española (CBE).

De una manera divertida, cercana y sencilla, esta nueva didáctica Braitico favorece que los escolares ciegos que aprendan a leer y a escribir en braille lo hagan de la misma manera dentro y fuera del aula, fomentando además que el resto de sus compañeros se interesen, conozcan y familiaricen con este código. Hay que tener en cuenta que prácticamente el 100% de este alumnado se escolariza en centros educativos ordinarios respondiendo al principio de una enseñanza inclusiva.

El editor Edico
Junto a Braitico, este curso se va a introducir también en las aulas el primer editor matemático accesible Edico, desarrollado por la ONCE en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Edico permite convertir en tiempo real la signografía matemática estándar en braille, de tal forma que cualquier profesor puede enseñar la materia a un alumno con ceguera sin necesidad de conocer este sistema de lectoescritura.

Además, se trata de una herramienta bidireccional, ya que si el estudiante escribe en braille en su ordenador cualquier fórmula matemática, el profesor la puede visualizar en la pantalla de forma estándar. Además, permite la comunicación con el resto de compañeros de la misma manera gracias a la combinación de braille, voz y tinta, convirtiendo a Edico en una herramienta inclusiva dentro del aula.

Esos casi 7.500 alumnos con ceguera y discapacidad visual grave que regresan estos días a las aulas, se reparten entre los diferentes niveles educativos: 1.402 escolares comienzan la Educación Infantil; 1.499 están escolarizados en Primaria; 1.005 han llegado a la ESO; 264 cursan Bachillerato; 322 se preparan en la Formación Profesional; 809 se enfrentan a la universidad; y 2.194 están inscritos en otro tipo de enseñanzas.

Inglés en el extranjero
También gracias a las ayudas de estudio puestas en marcha por Fundación ONCE, cerca de 120 jóvenes con discapacidad han aprendido inglés durante el pasado verano en el extranjero. Se trata de la primera edición de un programa de ayudas de movilidad internacional para que jóvenes con discapacidad de entre 18 y 30 años puedan estudiar inglés en algún país anglófono de la UE.

Para los responsables del proyecto en Fundación ONCE, la valoración de esta primera edición es muy positiva. “Hay que partir del hecho de que los jóvenes con discapacidad tienen una motivación menor para participar en programas de movilidad internacional, teniendo en cuenta que presentan mayores dificultades, como la accesibilidad, la dependencia del entorno familiar, escasos recursos, falta de apoyo adecuado en el entorno educativo, etcétera”, subrayan desde el Comisionado para Universidad, Juventud y Planes Especiales de Fundación ONCE.

En este sentido, recuerdan que en el programa Erasmus la participación es de alrededor de 100 personas al año. “El número de solicitudes ha sido importante en una primera convocatoria y hemos igualado la movilidad que ofrece el programa Erasmus en todo el territorio nacional”, se felicitan.

El programa ha demostrado un interés creciente de los jóvenes con discapacidad por dominar el inglés, porque son conscientes de que así mejoran sus opciones de empleo, sobre todo en sectores como el comercio, los servicios y el turismo y en empleos cualificados y mejor remunerados.

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