El 70% de los docentes catalanes trataría la controversia política en las aulas

Según los resultados de una encuesta elaborada por la Fundación Bofill, el 70% de los profesores catalanes es partidario de tratar las controversias políticas y sociales en las aulas. El 29,3% por ciento de todos ellos asegura que, últimamente, se autocensura y no trata estos temas por miedo a cómo se interpretarán sus enseñanzas. Éstas últimas son algunas de las conclusiones a las que la Fundación Bofill ha llevado a cabo entre 9.794 familias y 2.666 docentes a raíz de los acontecimientos políticos sucedidos en Cataluña durante el último año.

A todos los integrantes del profesorado encuestado se les han formulado seis afirmaciones con la intención de comprobar con cuál se sienten más identificados. Son, en concreto, las siguientes: si les gustaría hablar sobre estos temas pero últimamente lo evitan porque no saben cómo se interpretará; sobre si aprovechan educativamente los acontecimientos para trabajar el desarrollo del criterio propio de los alumnos y sobre si hablar en el aula con toda normalidad, como antes del conflicto.

También han contestado si se identifican con los que creen que no deben hablar de ello porque son temas muy delicados que generan división, sobre si se trata de debates que no corresponden a la escuela y sobre si creen que los alumnos se deben mantener al margen de estos debates.En definitiva, el 70% de los docentes considera que que la realidad política y social tiene que tratarse.

Frente a esta cifra, el 28,7% de los profesores asegura que aprovecha los acontecimientos políticos para trabajar el desarrollo del criterio propio de los alumnos y el 12,4% considera que se tratan estos temas “con la misma normalidad que antes”. También las familias han señalado entre cinco afirmaciones con cuál se sienten más identificadas. Algunas de las premisas planteadas en este caso han sido si los temas controvertidos son una oportunidad educativa para que los alumnos desarrollen su opinión al respecto, si los estudiantes viven los debates controvertidos y es un deber de los docentes trabajarlos educativamente, si la escuela debe evitar temas sociales o políticamente complejos para evitar que los profesores trasladen su opinión al aula.

Los resultados muestran que el 70% de los progenitores se muestran de acuerdo con que la controversia política se aborde en las aulas. Otro 53,9% defiende que la realidad que se ha vivido en Cataluña en los últimos tiempos es una “oportunidad educativa para que el alumnado desarolle su criterio”. Por otro lado, el 15,6% restante de las familias considera que el docente “tiene el deber de trabajar educativamente estos temas porque forman parte de la vida de los niños y los jóvenes”. Existe un 26% de progenitores para quienes estos temas no deberían tratarse en las aulas para evitar “que trasladen sus creencias a los colegios”.