Apuesta por la Formación Profesional

España convive con la tremenda paradoja de tener medio millón de jóvenes en paro a la vez que las empresas encuentran problemas para  cubrir entre 300.000 y 500.000 empleos.

Existe, por tanto, un evidente desajuste entre la formación adquirida por los jóvenes a través del sistema educativo y la cualificación que demanda en el sistema productivo en el contexto de globalización y digitalización en el que se desenvuelve la economía española.

La existencia de una población con elevados y adecuados niveles de formación está directamente relacionada con el potencial de crecimiento económico a largo plazo, la eficiencia productiva y el bienestar social.

De hecho, la relación inversa entre el desempleo y el nivel formativo de los trabajadores es una evidencia cada vés más real y contrastada: mayor capacitación supone menor riesgo de desempleo.

España es al mismo tiempo el cuarto país de la OCDE con mayor número de jóvenes que ni estudian ni trabajan y uno de los que cuenta con más universitarios entre los países de nuestro entorno.

A la vez somos uno de los países con menor número estudiantes de Formación Profesional, un 12% frente al 29% de media en la Unión Europea.

Contamos pues, con una herramienta infrautilizada en España pero que ofrece excelentes resultados en los países de nuestro entorno: la Formación Profesional, y especialmente la modalidad dual, que intensifica el contacto del joven con la realidad empresarial, fomentando la alternancia entre el centro educativo y la empresa a lo largo de toda la formación. Solo un 2,8% de los alumnos de FP están matriculados en grados de Formación Profesional dual, cuya implantación en España es relativamente reciente, ya que se reguló por primera vez en 2012.

Desde la Cámara de Comercio de España, promovemos un modelo de Formación Profesional Dual 4.0, que a la teoría en el centro de formación y la práctica en un entorno real de trabajo une la digitalización y la emprendeduría. Consideramos que son las cuatro palancas necesarias para reducir el paro juvenil y mejorar la competitividad de las empresas.

Es imprescindible hacer mucha pedagogía porque la novedad del sistema de FP dual hace que todavía sea desconocido por muchas empresas. Según el Observatorio de Competitividad Empresarial de la Cámara de España, apenas un 40% de las empresas conoce esta modalidad y únicamente un 9% la utiliza. La atomización del tejido productivo, con una mayoría de microempresas, y el poco peso relativo de la industria, tampoco ayuda a la extensión del sistema.

Existen, además, otros factores sociales, como el  estigma y escaso prestigio  que la Formación Profesional tiene en España, a lo que se suma la propensión a cursar estudios universitarios.

Sin embargo, debemos ser optimistas.

Durante los  primeros cinco años de aplicación del sistema de FP dual el número de alumnos ha pasado de 4.000 a 25.000; los centros donde se imparte esta modalidad de 173 a 854 y las empresas que se han sumado al sistema de 513 a 9.916. Los resultados en términos de inserción laboral son igualmente satisfactorios, con tasas en el entorno del 70% para los graduados de FP dual.

Estamos pues ante un instrumento fundamental para mejorar la empleabilidad de nuestros jóvenes a cuyo desarrollo y excelencia debemos colaborar de manera coordinada el sector público y el privado en beneficio del conjunto de la sociedad.

Jose Luis Bonet. Presidente de Cámara de Comercio de España.