Nuevas ideas en el desarrollo del medio rural

Las EFAS son escuelas con un magnífico equipo de profesores y profesionales, y con un sentido muy claro de misión, de servicio a las personas que viven en el medio rural, con unos valores que los llevan a promover la excelencia en la formación de las personas, de modo que sean esas personas quienes transformen y mejoren el medio en que viven, con espíritu de servicio y con orientación ética. Esta es una parte esencial de la misión que San Josemaría dejó a los promotores de las EFAS.

Junto a estos valores inalterables, las EFAS han tenido siempre el deseo de innovar, de generar nuevas ideas que puedan ser útiles para el desarrollo del medio rural y de tener un impacto en la sociedad. Desde hace 50 años, las EFAS han impartido diversos cursos de formación profesional para responder a las necesidades cambiantes del medio rural, y lo seguirán haciendo. En el futuro, tendrá cursos con formatos diferentes, donde la tecnología y el aprendizaje digital convivirán con el aprendizaje presencial en las EFAS, pero los valores fundacionales seguirán alimentando su actividad. Esta conjunción de valores permanentes y de capacidad de adaptación es esencial para definir a las EFAS.

En estos últimos años de grandes cambios, las EFAS han podido avanzar gracias a tres grandes pilares. En primer lugar, el sentido de misión, que nos ha marcado una referencia sobre cómo recordar valores y principios básicos en la formación de las personas.

El segundo pilar ha sido tener clara la estrategia, saber que las EFAS siempre hemos sido escuelas de formación profesional, con una metodología de la alternancia, que cuenta con múltiples actores en el proceso de formación de los alumnos (familias, empresas y empresarios, instituciones públicas, asociaciones, etc.).

El tercer factor, ha sido el compromiso, la dedicación y la profesionalidad de las personas de las EFAS, que han conseguido, año tras año, poner en marcha proyectos nuevos y mantener un crecimiento gradual.

Desde el año 1967, las EFAS consideran que el desarrollo del medio rural es una cuestión que tiene, esencialmente, una dimensión política y ética. En este proceso, las personas son quienes hacen las cosas y, por tanto, son las protagonistas. Y para que trabajen en un entorno de máxima confianza y colaboración, es imprescindible que lo hagan en un contexto donde prevalezcan los valores de la integridad, la honestidad, la verdad, la lealtad y el servicio a los demás.

No hay desarrollo del medio rural si no hay un proyecto colectivo que se sustente sobre estos valores, que tienen inspiración cristiana pero que tienen carácter universal. Estos valores han estado siempre presentes en las EFAS y es misión nuestra que se reflejen (cada vez más, si cabe) en los cursos, en la docencia, en las tutorías y en el trato con todos los que se acercan a nuestras escuelas.

El reto es saber cómo aplicar estos valores éticos en un contexto de cambio rápido, de creciente globalización y de incertidumbre. Lo que cambia no es la naturaleza del trabajo de desarrollo del medio rural, sino los aspectos instrumentales de este trabajo y un nuevo conjunto de conocimientos y capacidades que hay que desarrollar.

Pedro Barahona Oviedo. Director general EFAS C-LM y Madrid.