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En igualdad de condiciones socioeconómicas, la escuela rural rinde más

Alumnos de escuelas rurales superan a los de las ciudades gracias a una enseñanza más individualizada, pero solo en el caso de que se igualen las condiciones socioeconómicas.
Ana SánchezMartes, 9 de abril de 2019
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Bélgica, Reino Unido y EEUU obtienen mejor puntuación en el medio rural sin tener en cuenta las condiciones socioeconómicas. © ADOBE STOCK

Una enseñanza más individualizada y adaptada justifica que estudiantes de escuelas rurales logren superar a los de ciudad como ocurre en países como el Reino Unido, Bélgica y Estados Unidos, y que también se detecta en España pero únicamente si es en igualdad de condiciones socioeconómicas.

“Nuestras clases son muy reducidas y con un trabajo mucho más individualizado”, señala la directora del Centro de Educación Obligatoria “La Sierra de Prádena” de Segovia, Paloma Sancho, quien asegura que hay “un trato mucho más directo” y, en caso de que los alumnos tengan dificultades se les hace “un mayor seguimiento”.

En el reciente estudio PISA in Focus titulado Asistir a una escuela rural marca cómo y qué aprendes, la OCDE recuerda que PISA 2015 revela que los alumnos de escuelas rurales obtienen hasta 31 puntos menos en ciencias en comparación con las urbanos, diferencia que equivale a un curso, pero que se trata de un desequilibrio que desaparecería en el conjunto de países en igualdad de condiciones.

Bélgica, Reino Unido y Estados Unidos son los únicos países en los que se obtuvo una mejor puntuación en el medio rural sin tener en cuenta las condiciones socioeconómicas.

España pertenecería a un tercer grupo, según la OCDE, entre los que se encuentran Estonia, Finlandia o Lituania, y en el que “solo” los estudiantes rurales con un nivel adquisitivo similar superarían a los urbanos.

Pedro León, director del Colegio “Valle de Riaza” de Milagros (Burgos) "

Los beneficios de la escuela rural están claros, a uno se le puede dar más contenido y con otro ir más despacio

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Sancho explica que en una clase de 30 alumnos es complicado, por ejemplo, seguir el cuaderno que escribe cada alumno, pero ella, con ocho estudiantes, se da una vuelta por clase y le basta para ver quién está perdido.

En su centro de Prádena (forma parte del Colegio Rural Agrupado junto al centro de Navafría, con 23 alumnos en dos aulas, y el de Pedraza, con cuatro) hay estudiantes en todos los niveles, pero agrupados, por ejemplo, los de 2º y 3º de Primaria.

En cuanto a Secundaria, cada uno de los cuatro cursos tiene su aula y suman 45 estudiantes, con entre nueve y 13 alumnos por clase.

Ventajas de la escuela rural
“Imagino que en recursos tenemos las mismas dificultades que en la ciudad”, continúa Sancho, que no obstante reconoce las ventajas en cuanto al entorno: “Si estamos dando los hábitats podemos salir y ver en vivo cuáles son pues los tenemos a dos metros”. En concreto, en Prádena disfrutan de “un acebal precioso y una sierra inmensa, periodo de setas, de árboles, flora y fauna”. En cuanto a los deberes, afirma que “los alumnos suelen llevar de tarea para casa poquita cosa”.

Algo similar pasa en el centro “Valle de Riaza” de Milagros (Burgos), comenta su director, Pedro León, ya que los alumnos autorregulan el tiempo que dedican a los trabajos. “Los beneficios de la escuela rural están claros”, según León, pues se atiende a cada alumno y “a uno se le puede dar más contenido y con otro ir más despacio”, aclara.

Sancho explica que en una clase de 30 alumnos es complicado, por ejemplo, seguir el cuaderno que escribe cada alumno

En este colegio rural tienen entre 10 y 12 alumnos por aula, también juntando dos cursos de Primaria por clase y no trabajan con libros; su metodología consiste en programas que establecen actividades para cada quincena, especifica.

Otros factores determinantes
Por otro lado, el informe de la OCDE advierte de que el perfil socioeconómico no es el único factor determinante en los países sobre las posibles diferencias entre este alumnado y el urbano, ya que la distancia geográfica, la falta de modelos profesionales y oportunidades de empleo cualificado también juegan su papel.

En los pueblos es más difícil elegir escuela, acceder a guarderías y a actividades extracurriculares. Por todo ello, quizá solo el 30% de los estudiantes de localidades con menos de 3.000 habitantes espera estudiar en la universidad.

Datos que también puede haber tenido en cuenta la ministra de Educación, Isabel Celaá, para que en su proyecto de reforma educativa insista en que las administraciones deben proporcionar los medios para atender a las necesidades de los jóvenes de las zonas rurales. Se busca así favorecer la permanencia en el sistema educativo de estos alumnos más allá de la Educación básica.

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