La Inteligencia Artificial, una vía más hacia el aprendizaje adaptativo

La Inteligencia Artificial está más cerca de lo que pensamos. Uno de los retos a los que se enfrenta la sociedad actual es aprovechar la tecnología digital para llevar Educación de calidad y promover oportunidades para todos. Y, de hecho, de la mano de la Unesco, ProFuturo ha presentado un documento de referencia que abre nuevos debates en torno a los usos, posibilidades y riesgos de la IA en la Educación. ProFuturo busca desarrollar un “algoritmo de la calidad educativa”, a través de la IA, que ayude a medir los resultados de su programa, a tomar decisiones basadas en datos y a la personalización de la enseñanza.

Sofía Fernández de Mesa, directora general de ProFuturo, ha destacado que “expandir el acceso a la Educación no es suficiente, el reto es mejorar la calidad educativa” y añade que “está en nuestras manos el determinar cómo redefinimos el mundo a través de las herramientas digitales y cómo usamos la tecnología para mejorar la Educación y reducir las desigualdades existentes en nuestras sociedades”.

El uso de la IA en la escuela ofrece al alumno un aprendizaje personalizado, adaptado a sus necesidades, con los contenidos y materiales que precisa en cada momento. El objetivo es que alcance su máximo potencial, según sus capacidades. Por su parte, para el docente, la tecnología brinda un asistente virtual que facilita un seguimiento individualizado del alumno y permite detectar y resolver los retos del proceso de aprendizaje.

Un ejemplo de ello es el acuerdo al que han llegado Google y el grupo Edebé para la producción y distribución de productos educativos digitales en los colegios destinados al aprendizaje adaptativo, a través del uso de la IA y el análisis de datos. El objetivo es impulsar la transformación digital con la combinación de las herramientas digitales de Google y los contenidos y productos educativos digitales de Edebé. Estos nuevos productos se integran con el ecosistema de Google for Education compuesto con la plataforma de colaboración y comunicación G Suite for Education y los dispositivos Chromebook. De esta forma, los últimos avances en IA y el aprendizaje adaptativo basado en big data están al alcance de la comunidad educativa y darán respuesta a sus grandes desafíos.

También el uso de la IA puede llegar a revolucionar la Educación Superior, de modo que los estudiantes puedan contar con un aprendizaje más personalizado. Según el Instituto de la Economía Digital de ESIC Business & Marketing School (Icemd), “la IA tiene el potencial de mejorar el aprendizaje on line, el software de aprendizaje adaptable y los procesos de investigación para que respondan y se relacionen más con los estudiantes de manera intuitiva”.

¿Cómo tengo que educar a mi hijo para que tenga éxito el día de mañana? Esta es una de las preguntas que suele rondar la cabeza de la mayoría de los padres que temen un mercado laboral incierto y buscan nuevas fórmulas para garantizar un futuro estable para sus hijos. Para responder a la pregunta también debemos pensar en las consecuencias que va a traer la aplicación de la Inteligencia Artificial.

“Todos los sectores profesionales van a estar afectados por la revolución de la IA. Cuanto más repetitivo y especializado sea el trabajo, más susceptible será de ser automatizado”, afirma Alonso González de Gregorio, career advisor y director de la consultora educativa The Georgian Manor House. Sin embargo, Francisco López, senior manager en la consultora Michael Page recuerda que “las destrezas humanas son irremplazables”. Durante el XII Foro de la Empleabilidad de ESIC Business & Marketing School que se celebró el pasado 19 de abril, aseguró que “competencias como livelonglearning, ser multitarea, sentir empatía o saber interactuar con colaboradores virtuales se vuelven básicas para tener éxito en el contexto actual y futuro”.

¿Es posible que gracias a los avances en Inteligencia Artificial que una máquina pueda alcanzar el mismo conocimiento que una persona tarda en aprender 20 años? Gracias al deep learning sí es posible. Esta subsección de la IA se compone de un sistema de algoritmos que imitan el comportamiento del cerebro humano a través de una red de neuronas artificiales. En este sentido, el desarrollo tecnológico actual persigue que las máquinas sean capaces de autoprogramarse, es decir, que aprendan de su propia experiencia, siendo así capaces de tomar decisiones por ellas mismas. De esa forma, la intervención humana en un futuro podría limitarse el aprendizaje supervisado.

Aunque puede parecer sacado de una película de ciencia ficción, el afán por construir máquinas complejas (robots) con características similares a la inteligencia humana es una realidad. Su auge provocará que el deep learning se convierta en una de las áreas que más solicitadas en los próximos años, pero no solo eso. La demanda de profesionales especializados en big data y machine learning ha aumentado un 92% en dos años solo en España, según el informe Profesionales Big Data: análisis actual y perspectivas de futuro. Además, IMF Business School calcula que para 2022 el trabajo de una de cada cinco personas estará relacionado con la IA.

Además de estos nuevos retos para el futuro del trabajo, la IA también plantea cuestiones jurídicas y éticas. “La Inteligencia Artificial requiere una vigilancia ética”, afirma Regina Llopis, doctora en Matemática aplicada a la IA y presidenta del Grupo AIA. “Todas las nuevas aplicaciones y oportunidades que ofrece la IA requieren de talento y necesitamos un talento que sea firme en su planteamiento ético. Es necesario poner vigilancia porque el sesgo personal puede influir determinantemente al programar o poner en uso una determinada tecnología”, advierte Llopis. La que fuera considerada mejor tecnóloga española de 2017 anima a las empresas a que impulsen esta transformación entre sus empleados.