María del Carmen Gómez: “Un 92% del alumnado titula y consigue mejorar las competencias para el empleo”

Con el propósito de abrazar la diversidad de nuestra sociedad, la Fundación Juan XXII Roncalli lleva más de 50 años trabajando por la inclusión sociolaboral de las personas con discapacidad intelectual. Así pues, esta institución presta atención directa a este colectivo para que su inclusión en el mundo sociolaboral sea lo más efectiva y exitosa posible. De este modo, la Fundación ofrece tres áreas de solución dirigidas al ámbito social, formativo y del empleo. Además, su Centro de Formación para el Empleo abre las puertas del futuro laboral de estas personas.

¿En qué consiste el Centro de Formación para el Empleo de la Fundación Juan XXII Roncalli?
–Este centro nació hace diez años como un recurso de formación para el empleo para personas con discapacidad intelectual y/o con enfermedad mental.

¿Qué tipo de formación ofrecen durante este curso?
–Toda la formación que ofrecemos durante este curso es gratuita. Por un lado, tenemos los cursos con certificado de profesionalidad subvencionados: Actividades Auxiliares de Almacén, Operaciones Básicas de Restaurante y Bar, Operaciones Básicas de Cocina y Actividades Auxiliares en Jardines, Viveros y Centros de Jardinería. Por otro lado, los cursos con certificado de profesionalidad de iniciativa privada: Atención al Cliente, Recepcionista y Azafato/a y Grabación y Tratamiento de Datos y Documentos. Además, hay un curso ofertado por la Universidad Politécnica de Madrid (Ciudades Inteligentes y Naturación Urbana) y otro por la Universidad CEU San Pablo (Consultor de Accesibilidad Universal). Finalmente, tenemos también un curso trimestral de empleabilidad.

¿De qué manera consiguen la inclusión en el mundo laboral de las personas con discapacidad?
–A través de la formación ofrecemos a los alumnos las oportunidades para que trabajen tanto en un entorno ordinario como en un entorno protegido. Además, mejoramos la competencia para el empleo de la mayoría de los alumnos. En este sentido, un 92% del alumnado titula y consigue mejorar las competencias para el empleo. Esta es una forma de conseguir su integración sociolaboral. Además, somos un centro abierto; es decir, recibimos a empresas, a colegios, realizamos charlas de sensibilización, etc. para que esa integración sea real. Hacemos un gran trabajo de integración para que las personas con discapacidad tengan los apoyos que necesitan.

¿Hay opciones Erasmus?
–El año pasado llevamos a los alumnos de Grabación y Tratamiento de Datos y Documentos a Bolonia durante una semana, pero como intercambio. No obstante, estamos en disposición de incluir la opción Erasmus.

¿Cuántos alumnos hay por clase?
–Los certificados de profesionalidad no pueden empezar con menos de 10 alumnos, aunque lo normal es que sean 15. Los cursos de la universidad entre 15 y 18 personas. Y el curso de empleabilidad entre 10 y 12 estudiantes. Para nosotros el número ideal es entre 12 y 15, más de eso por aula es complicado porque trabajamos con metodologías más individualizadas y necesitamos darle apoyo a la persona para que tenga un buen aprovechamiento de la formación. Por otro lado, para los cursos de la universidad los alumnos tienen que ser menores de 30 años y tener discapacidad intelectual. Para el resto de los cursos no tenemos límite de edad y, además de discapacidad intelectual, los alumnos pueden tener enfermedad mental.

¿Qué tipo de metodologías utilizan?
–La metodología que hemos seguido es learning by doing; es decir, los alumnos aprenden haciendo y son los ejecutores de su propio aprendizaje. Por su parte, el profesorado se está formando en distintas disciplinas como inteligencias múltiples o en mapas mentales para buscar otras formas de abordar el aprendizaje de los alumnos que tienen necesidades de comprensión diferentes.

¿Qué características tiene su equipo de profesores?
–Tenemos un equipo de once profesionales. Todos son técnicos superiores en su área y con experiencia en la docencia y en la formación para el empleo.

¿La formación es teórica y práctica?
–Hay una parte teórica que tenemos que cumplir porque el certificado así lo demanda. No obstante, el certificado consta de 270 horas, pero nosotros damos 470 horas. De esta manera, también le damos importancia a las formaciones transversales como medioambiente, igualdad, habilidades sociolaborales, etc. Así pues, en función de las características del grupo vamos viendo cuánto tiempo le dedicamos a la parte teórica y/o a la parte práctica.

¿Incluyen a las familias en este proceso?
–Intentamos que sea un proceso de aprendizaje del alumno para que se implique de manera autónoma; es decir, que venga porque quiera venir, que se forme porque quiera tener las mejores competencias para conseguir un empleo y que se involucre. No obstante, sí que tenemos contacto con las familias, sobre todo cuando hay más necesidades de apoyo. Además, tenemos marcados unos límites de tutorías con cada familia.

¿En qué consiste la campaña “Yo soy Juan” que lanzaron este verano?
–Surgió como una campaña, pero se ha convertido en un lema para la Fundación. El origen fue que el nombre de la misma es muy largo, complicado de recordar y no se vincula con la discapacidad. Por eso, decidimos usar el nombre de “Juan”. Por un lado, porque está en nuestro nombre de marca y, por otro lado, porque creemos que es muy fácil hacer que cualquiera se identifique y levante la voz diciendo “Yo soy Juan”. La esencia de la campaña es trasladar a la sociedad que la misión que tiene esta Fundación es la inclusión social y laboral de las personas con discapacidad intelectual, pero a la vez es una misión de todos; es decir, se trata de un objetivo en el que toda la sociedad debe contribuir.

• Fundación Juan XXIII Roncalli. Desde hace seis años es la responsable del Centro de Formación para el Empleo de la Fundación.
• Estudios. Licenciada en Psicopedagogía y diplomada en Magisterio por Filología Inglesa.
• Otros trabajos. Trabajó en un proyecto sobre discapacidad en un centro ocupacional de Córdoba. Además, siempre ha estado relacionada con la formación. También estuvo ocho años en una empresa de informática. Y durante dos años trabajó de interina como profesora de inglés en colegios públicos.