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La cooperación institucional, clave

Manuel Carmona
Profesor universitario
18 de febrero de 2020
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Viene la reflexión del día de hoy al hilo de dos eventos que dos grupos de profesores y estudiantes de la Universidad Rey Juan Carlos hemos organizado para finales de febrero, y mediados de marzo. Se trata de las I Jornadas de Traducción e Intérpretes, que tendrán lugar los días 19 y 20 de este mes.

Y del I Congreso Internacional Artistas y Técnicos en el Aula, que desarrollaremos los días 10 y 11 de marzo. Ambos acontecimientos se van a celebrar en el Auditorio Joaquín Rodrigo del Centro Cultural Isabel de Farnesio de Aranjuez.

Hoy me voy a centrar en el segundo de ellos por una cuestión simple: es el que mejor conozco de los dos, dado que lo organizo de la mano de la Dra. María Luisa Walliser, y de los discentes Lidia Soler, Eva Gutiérrez, Óscar Moreno y Zenobia Pérez. Ante las noticias que íbamos teniendo de los alumnos inscritos de 5 Grados, en la reunión que mantuvimos el pasado lunes 10, nos planteamos la necesidad de ir a hablar con los responsables del Isabel de Farnesio. El Salón de Actos del Cuartel de Pavía de la URJC se nos había quedado pequeño, a pesar de su aforo para unas 160 personas.

Al mediodía del martes 11, aterricé en la Secretaría de Dirección del C. C. Isabel de Farnesio para comentarle a Ana Pedraza, secretaria del Director, del evento que vamos a tener y las nuevas necesidades de aforo dado que a ese día ya se habían inscrito 210 estudiantes, cuando aún quedaba un mes para su celebración.

La acogida de ella, de la Dirección, fue excelente, y en cuestión de minutos acordamos el traslado del I Congreso Internacional Artistas y Técnicos en el Aula al auditorio Joaquín Rodrigo del Farnesio con capacidad para 375 espectadores. Desde ese momento comenzamos a trabajar de la mano, les hicimos llegar los Carteles y los Programas, y todo está rodando como la seda. Así da gusto trabajar y desarrollar sinergias con otras entidades. La unión hace la fuerza, nos hace mejores a todos.

Así da gusto trabajar y desarrollar sinergias con otras entidades. La unión hace la fuerza, nos hace mejores a todos

Cuando hace unos meses, a principios de septiembre, aterrizamos en Aranjuez por motivos de trabajo, tras la excelente experiencia del curso pasado con los alumnos del Doble Grado de Arquitectura, Diseño Integral y Gestión de la Imagen, comencé a atisbar las posibilidades de esta ciudad dadas las entidades y los recursos con los que cuenta, así como la población (unos 60.000 vecinos), y el radio de acción a unos 40 kilómetros a la redonda tanto en sentido Madrid como Toledo.

Tras la gratísima experiencia en Guadalajara en los dos últimos años, urbe con una vida cultural ejemplar por la calidad de los eventos que allí tienen lugar y, sobre todo, por el entusiasmo con que sus gentes y su sociedad civil se entregan; este primer semestre de cotidianidad en Aranjuez confirma la primera hipótesis que me planteé: las enormes posibilidades de las ciudades españolas entre 30.000 y 200.000 conciudadanos para desplegar eventos del máximo nivel internacional. Más aún cuando lugares como Aranjuez y muchos otros en España son municipios cargados de una historia profunda y de una belleza extraordinaria.

Hace unos días desde el Telediario de la 1ª Edición de TVE se comunicaba que de los 83,4 millones de turistas y viajeros que vinieron a nuestro país en 2019, 27 millones de personas lo hicieron por los eventos del tipo que aquí tenemos. El impacto de los mismos es mayor que el turismo de sol y playa como demuestran los datos ciertos de las organizaciones económicas y empresariales, y los estudiosos de este campo. Recuerdo por citar una fuente, el magnífico libro de 1º de Economía de Bachillerato cuya edición coordiné con los autores malagueños, Felipe Foj Candel, María Victoria Narváez y Luis Goñi, pues bien, en el capítulo dedicado al Turismo de Congresos  se apuntaba con datos certeros de los años 2001 a 2007 que los eventos culturales en este tipo de poblaciones proporcionaban el doble de ingresos. A esas ganancias económicas hay que sumar los puestos de trabajo que se generan, el impacto publicitario que tiene para las ciudades que los acogen, el prestigio para las personas y entidades que los efectúan, y el flujo de conocimientos de alto valor añadido y las sinergias que se llevan a cabo a posteriori entre sus participantes.

Por todo ello, y más razones que podrían argumentarse, en este mundo donde los compartimentos estancos son excesivos y cancerígenos a día de hoy, sobre todo en el mundo de la política nacional e internacional, sigamos apostando por estas cooperaciones que rompan con aquéllos, y nos hagan a todos disponer de más y mejores recursos, de desarrollar mejores iniciativas, y de sumar a favor de las necesidades y circunstancias de la mayoría de la ciudadanía. Este es el camino, sigámoslo recorriendo.

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