En busca de una mejor y segunda oportunidad de vida

Niños y niñas siguen huyendo de sus hogares, de la violencia, en busca de un entorno más seguro, en busca de protección. Esta es la situación actual en la frontera entre Grecia y Turquía, una emergencia social para la que Aldeas Infantiles SOS –organización internacional de Ayuda a la Infancia– reclama la protección inmediata de esos niños y niñas. Así, Aldeas Infantiles SOS condena todas las formas de violencia que se están produciendo e insta a las autoridades competentes a garantizar la protección de dichas familias.

Tal y como expresó la organización en un comunicado, «los gobiernos no pueden dar la espalda a estos menores que buscan seguridad, por lo que deben compartir la responsabilidad de asegurar su cuidado y atención». Y, además, añadió: «Los niños y niñas siempre han de ser tratados como niños y niñas; debe garantizarse una adecuada atención en todas las circunstancias».

Por ello, en la lucha por la seguridad de los niños y niñas, Aldeas Infantiles SOS, junto a sus socios institucionales y la sociedad civil, asevera estar preparada para formar parte de una respuesta global, proporcionando atención y apoyo psicosocial y educativo a los niños que buscan reconstruir sus vidas. En este sentido, la labor de Aldeas Infantiles SOS de Grecia es indudable y los datos lo avalan: cada día, la organización atiende a unos 200 niños en el campo de refugiados de Kara Tepe en la isla de Lesbos.

Además, Aldeas cuenta con Centros de Día en Atenas, Creta y Salónica, desde los que se da apoyo a unos 400 refugiados al mes, con programas de cuidado alternativo en los que se brinda atención de calidad en un entorno familiar a menores sin cuidado parental, incluidos niños migrantes y refugiados no acompañados.

A pesar de las tensiones recientes en la isla que obligaron a la organización a suspender temporalmente sus actividades, Aldeas sigue trabajando y proporcionando la ayuda necesaria a aquellos que más la necesitan. Por ello, el pasado 4 de marzo, los profesionales volvieron a Kara Tepe para continuar con los correspondientes programas educativos y de apoyo psicosocial.

¿Por qué los refugiados necesitan una Educación? Esta es la pregunta que se lanza en el Informe Reforzando la Educación de los refugiados en crisis de Acnur –Agencia de la ONU para los refugiados–. Tal y como considera Filippo Grandi, alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, la Educación «es el camino más seguro para recuperar la conciencia de un propósito y también la dignidad después del trauma del desplazamiento».

Una Educación que no solo cultiva la mente y empuja a descubrir pasiones, sino que también va a capacitar a las personas para cuidarse así mismas en su día a día. Por ello, Grandi considera que la Educación es tan importante para esos jóvenes refugiados que huyen hacia una vida mejor.

En este sentido, se están dado pequeños pasos, pero significativos para decenas de miles de menores, adolescentes y jóvenes refugiados que ven en la Educación una oportunidad para cambiar sus vidas. Tal y como explica Grandi, los logros en las inscripciones escolares están mejorando. Poco, pero avanzan.

Así, en Educación Primaria, las inscripciones subieron del 61% al 63%; en Educación Secundaria, del 23% al 24%; y en Educación Superior, se registró una subida hasta del 3%, después de años de estancamiento en el 1%.

Por ello, Acnur lo tiene claro: invertir en la Educación de un refugiado es una tarea colectiva con recompensas colectivas y requiere la participación de todos los niveles de la sociedad para obtener los mayores beneficios. Una unión social con el objetivo de conseguir una mejor y más inclusiva Educación por y para todos.