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Fin de curso para las familias: 5 minutos en el cole para recoger los libros

Cuando en septiembre se inició el curso las puertas de los colegios eran un hervidero de alumnos y padres hablando y riendo, un escenario muy distinto al de un final que se traduce, especialmente para las familias de los más pequeños, en ir con cita previa a recoger libros y cuadernos en apenas cinco minutos.
Pilar R. VeigaLunes, 22 de junio de 2020
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Varias madres cuentan a Efe cómo es, por culpa de la crisis sanitaria del coronavirus, volver al centro educativo de sus hijos, en general sin ellos, guardando medidas de seguridad y solo por un breve instante. «Fue una sensación rara, el cole estaba muy vacío y los padres que nos conocíamos hablábamos a distancia y con mascarilla», recuerda Belén, que lleva a su hija de 6 años y a su hijo de 9 a un centro público. Los habían citado previamente la semana pasada para que apenas coincidiera gente en el centro.

«Tampoco podíamos, aunque quisiéramos, ayudar al conserje del colegio, que era el encargado de darnos las cosas de nuestros niños», asegura Belén, que explica que el material estaba colocado en distintos montones, por cursos, y en un pasillo. Volverá al cole vacío la semana próxima, cuando tenga que entregar algunos libros ya que participa en el programa Accede, un sistema de préstamo de los libros de texto y el material curricular de la Comunidad de Madrid. También pertenece a un centro público y sigue un sistema de préstamos el hijo de 9 años de Violeta.

En su caso, la han avisado de que cada día pueden acudir cinco familias y con un horario fijado para que no coincidan, cuenta esta madre que agradece que la profesora ha dicho que será ella quien los reciba y que pueden ir también los alumnos. «Aunque solo sean cinco minutos, mi hijo tendrá la oportunidad de despedirse de sus dos maestras principales en persona», destaca Violeta.

«Tengo sentimientos encontrados, siento mucho alivio porque han sido meses dificilísimos, tanto para mi hijo como para mí, y saber que me libero de la obligación escolar me da tranquilidad. Pero también se reviven estos meses, es inevitable, y da pena pensar en todo lo que se han perdido, en su falta de contacto y de socialización en la escuela», subraya. No obstante, Violeta siente alegría porque pronto podrán irse de vacaciones y «cambiar aires con la familia», lo que considera «muy necesario».

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Tengo sentimientos encontrados, siento mucho alivio porque han sido meses dificilísimos, tanto para mi hijo como para mí, y saber que me libero de la obligación escolar me da tranquilidad

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Jimena, madre de un hijo de 11 años matriculado en un centro privado, señala que les han rogado que a partir del lunes solo acuda uno de los padres, que los niños no entren en el recinto y que, en el caso de hermanos, solo se vaya una vez. Además, el centro les ha recomendado que si hay familias vecinas de zona u urbanización sea solo una la que se encargue de recoger lo de varios alumnos.

Las notas se las enviarán por correo electrónico y no las darán en papel hasta septiembre, aunque sí se las entregarán ahora a aquellos que dejan el colegio el próximo curso por diversos motivos, entre los que no falta, según Jimena, que algunos padres han visto cambiar su situación económica por culpa de la pandemia. Su hijo siente no despedirse de su profesora porque, le ha dicho, «no es lo mismo verla en persona que por la pantalla».

Por su lado, pueden recoger, en persona o por correo electrónico, los cuadernos de verano las familias del centro de Educación Especial concertado en el que da clases María, para lo que se ha citado también a los padres de forma espaciada. «Son los últimos trabajos y deberes de este caótico y experimental curso», dice María, que confía en que en las vacaciones «se recupere un poco la normalidad».

"Son los últimos trabajos y deberes de este caótico y experimental curso", dice María, que confía en que en las vacaciones "se recupere un poco la normalidad"

Algunos padres se han preguntado si es seguro recuperar los libros u objetos de sus hijos, que estuvieron en clase hace meses pero en un momento en el que pudo haber contagios por coronavirus. Pero, según la información científica y técnica del Ministerio de Sanidad, actualizada este mes, el coronavirus en superficies tiene una caducidad.

Así, se ha demostrado que la permanencia de SARS-CoV-2 viable en superficies de cobre, cartón, acero inoxidable y plástico fue de 4, 24, 48 y 72 horas, respectivamente, a 21-23 ºC y con 40% de humedad relativa. En otro estudio, a 22 ºC y 60% de humedad, se dejó de detectar el virus tras 3 horas sobre superficie de papel (de imprimir o pañuelo de papel), tras 1 a 2 días sobre madera, ropa o vidrio y más de cuatro días sobre acero inoxidable, plástico, billetes de dinero y mascarillas quirúrgicas.

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