Unas vacaciones estivales indeseables

El curso acabó para muchos hace tres meses. Para el resto, para los que han tenido la suerte de contar con el apoyo de sus familias, finaliza ahora, pero con una extraña sensación de continuidad. Empiezan las vacaciones estivales, pero ya todos andan saturados de casa, móvil, sofá y televisión.

Llegó el tiempo de veraneo, aunque más de uno ansía ya volver al colegio para poder dar unas patadas al balón y corretear por el patio hasta el agotamiento. Pero el virus sigue suelto y muchas escuelas y campamentos de verano también se han suspendido. Además, miles de personas se han quedado sin trabajo y no podrán salir de su casa. Urge poner en marcha la creatividad, el ingenio, para ver qué se puede hacer que no se haya hecho ya a lo largo de estos meses que llevamos sin colegio.

Y llegará un nuevo mes de septiembre y empezará un curso que también será inolvidable. Dará comienzo el curso más anhelado de la historia reciente, y no tan reciente, de España. Ojalá los docentes y discentes sepan afrontar con optimismo este nuevo reto. Tras cinco meses de ausencia, de perder un privilegio que hasta ahora era poco valorado, llegará el momento de que cada uno asuma su propia responsabilidad y aproveche al máximo esa nueva, y quizá inmerecida, oportunidad.