Lomloe, nueva oportunidad perdida

Al Ministerio y al PSOE sensato no le gusta cómo ha quedado la Lomloe. Al menos es lo que me cuentan, pero fíate de las verdaderas intenciones y de lo que piensa realmente un político… ni ellos lo saben. En todo caso parece claro que la ley les ha quedado muy escorada tras su tramitación parlamentaria y no les gusta. Querían una vuelta a la LOE y les ha salido una ley netamente de izquierdas, de corte estatalista y que respira por todos sus poros desconfianza hacia las familias y hacia la iniciativa social. Querían una norma equilibrada y les ha salido un bofetón a las políticas educativas liberales o de centro derecha. Eso es lo que querían o, al menos, lo que nos dijeron que querían, a saber.

Hay un síntoma incontestable de esto que digo. Todas las críticas están llegando por la derecha; la izquierda, aún la más radical, está encantada y se contiene la risa. El silencio de sindicatos de ultraizquierda como STES o la propia Ceapa, habitualmente abonados al mamporrazo, ahora resulta atronador. Todas la leyes educativas hasta ahora habían respondido al mismo patrón: críticas furibundas de los adversarios y críticas contenidas por parte de lo tuyos, que querían más. A la Lomloe poco más se le puede pedir por la izquierda; bueno sí, podrían haber suprimido el régimen de conciertos, sacado la Religión de las aulas… Finalmente ese sería el deseo de los que han ganado la batalla política, pero son conscientes de que aún es pronto y hay que ir paso a paso.

De ahí la importancia de ganar la batalla de las ideas; las batallitas políticas son efímeras por definición. A la Lomce seguirá la Lomloe y a esta la siguiente. ¿Tiene la Lomloe alguna posibilidad remota de unirnos en torno a unos acuerdos básicos sobre Educación y perdurar? Ninguna, porque no se ha sustentando en un debate de ideas, ni siquiera en un serio debate parlamentario, sino en banales intercambios de cromos. Se ventilaron cientos de enmiendas en pocas horas, hasta el punto de que el presidente de la Comisión confesó que estaba perdido y que ya no sabía ni lo que se estaba votando (sic).

Por eso quiero terminar aportando una idea que llega tarde. La editorial SM acaba de publicar una encuesta sobre la asignatura de Religión que nos deja algunos datos para la reflexión: para el 65% de los antiguos alumnos que estudiaron esta materia les ayudó a encontrar un sentido a su vida, para el 80% aumentó su sensibilidad hacia los que más sufren y para el 70% desarrolló su pensamiento crítico.