Fuenlabrada: un municipio, dos modelos de enseñanza

Durante los años 80 del siglo pasado, Fuenlabrada era una ciudad en constante crecimiento. Las administraciones públicas se veían desbordadas para poder dotar de servicios a una población joven y en edad de procrear.

Por aquel entonces, los centros educativos dependían del Ministerio de Educación y la pirámide estudiantil tenía una base en el antiguo preescolar muy amplia, pero excesivamente pequeña y escasa en los niveles de los cursos superiores de la EGB. 

Así, las cooperativas de enseñanza surgieron como una solución efectiva y adecuada para dar el servicio educativo a aquella población, algo que se consiguió con creces y en lo que los cooperativistas realizaron un esfuerzo económico de gran envergadura.

Para saber más, desde MAGISTERIO, hablamos con Sagrario Rodríguez del Colegio “Madrigal” y presidenta del Consejo Rector, y con Ángel Rodríguez y José Pedro Flores de la cooperativa “Lorca San Pablo”, los cuales expresaron que los políticos de entonces, de la ideología que fueran, “siempre sabrán valorar aquel esfuerzo y no cuestionan, en modo alguno, nuestra dedicación, nuestro afán de servicio y nuestra forma de enseñar”.

En Fuenlabrada existen, hoy en día, ocho cooperativas de enseñanza que pertenecen a Ucetam, una patronal que representa cerca del 25% de la Educación concertada de la región. Sus nombres son “Albanta”, “Altamira”, “Alhucema”, “Fuenlabrada”, “M.B. Cossío”, “Los Naranjos”, “Madrigal” y “N.I.L.E”.

La primera cooperativa que se constituyó fue el 13 de septiembre de 1977 cuando un grupo de profesores fundaron la Cooperativa “Lorca San Pablo” para crear el Colegio “Fuenlabrada”.

“En mi caso, mi cooperativa es “Madrigal” y soy la presidenta del Consejo Rector. Nos constituimos en el año 1996 y el Colegio abrió sus puertas en 1998. Somos, dentro del municipio, la última cooperativa que se ha creado y, de igual modo, la última del concejal y alcalde socialista de la ciudad, José Quintana. Además, para mí, es un orgullo poder trasladar a nuestra patronal todas nuestras inquietudes”, explicó Rodríguez.

Las cooperativas de Fuenlabrada, que se establecieron con grandes emprendedores, grupos de personas con muchas inquietudes y una gran capacidad de trabajo, dan cobertura a alrededor de 6.000 alumnos y a unos 800 puestos de trabajo directo.

“A estos datos debemos unir todos los empleos que ofrecemos a empresas proveedoras, ya que son muchas las entidades que, diariamente, suministran y prestan sus servicios a nuestros colegios”, argumentaron. 

A través de una relación fluida y positiva, su función no es otra que crear instituciones educativas para desarrollar proyectos formativos. Todos ellos amparados por el autoempleo que proporcionan las cooperativas y, asimismo, cargados de un idealismo social, cooperativo y profesional. Además, en todas existe el Consejo Rector y un Equipo de Dirección que, una vez al mes, se reúnen para tratar asuntos comunes.

“A veces, se comparten empresas de servicios, contrataciones y cualquier necesidad que se presente. Es muy importante para todos nosotros que esto funcione. Los directivos trabajamos para que esto sea así, mediante la conversación y la ayuda diaria”, explicaron. En este sentido, no dudaron en afirmar que el ADN de todas estas instituciones es la cooperación. 

“La actuación social fue, desde el primer momento, una constante en el pensamiento pedagógico de la cooperativa. Todas las personas que desde sus inicios formamos parte de una cooperativa teníamos claros unos principios y objetivos. Los proyectos tenían que estar basados en valores tan importantes como la democracia, la tolerancia y la solidaridad. Son valores imprescindibles”, añadieron. 

Así, expresaron que, cuando los directivos hablan del pasado, de sus comienzos, siempre coinciden en la lucha y la capacidad de trabajo que poseían todos los integrantes de la cooperativa.

No obstante, a medida que han pasado los años y el relevo generacional, se han dado cuenta de que los nuevos cooperativistas son personas mucho más formadas en idiomas, nuevas metodologías y, por supuesto, en tecnología, pero no en el valor que entonces era tan importante, en el esfuerzo y la dedicación al trabajo conjunto. “Los tiempos cambian”, aseveraron. 

Por último, los entrevistados hicieron hincapié en que, en Fuenlabrada, la Pública y la Concertada han convivido bien. “El Ayuntamiento, siempre socialista en este municipio, sigue defendiendo este modelo y trata de que las dos redes sean complementarias, aunque está claro que su prioridad es la escuela pública. No obstante, las relaciones son cordiales y las ayudas que ofrecen suelen ser para todos los centros, cosa que agradecemos enormemente”, declararon.

En mitad de toda la polémica actual en lo que concierne a la Lomloe y a la Concertada, les llama la atención que fuera un Gobierno socialista quién promoviera este tipo de empresas en su municipio y que, en la actualidad, sea también un Gobierno del mismo signo político “quién ponga trabas a la escuela concertada, un colectivo que ha realizado una gran labor social en zonas de clase trabajadora, ahorrando importantes cantidades de dinero al erario público”. 

Y finalizaron: “Asumimos el porvenir con bastante incertidumbre. No obstante, debemos decir que las cooperativas de enseñanza tienen futuro, aunque habrá que redefinir el concepto”. 

• Para los entrevistados,  la convivencia de la Pública y Concertada permite a las familias de Fuenlabrada elegir libremente el modelo educativo que desean para sus hijos. Y detallan: “En Fuenlabrada, no hay Concertada religiosa, eso sí lo ha tenido siempre claro el Ayuntamiento. Hay centros públicos y concertados, y la Concertada es, predominantemente, en forma jurídica de cooperativa”.   
• Asimismo, expresaron que, aunque hasta ahora ha primado la instrucción y el transmitir contenidos, en el futuro, además, “deberemos ofrecer todos aquellos servicios y actividades formativas que demanden los padres. Hay que vender el futuro, dando a conocer lo que realmente aporta el centro a sus hijos”.
• Ya son 30 años los que llevan desarrollando estas cooperativas su labor en la ciudad en lo que concierne a una Educación bilingüe, tecnológica y humanitaria, propia del reto que presenta el siglo XXI. No obstante, no tienen muchas expectativas de crecimiento futuro de la Educación concertada, ya que consideran que la Lomloe lo corta de raíz.