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Radiografía de los jóvenes “pandemials”: ¿hacia dónde vamos?

La Fundación SM realiza una investigación para analizar de manera exhaustiva la realidad de una generación marcada por el contexto global de la Covid-19.
Alba BartoloméMartes, 2 de febrero de 2021
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Los temas que más parecen preocupar a los jóvenes de entre 15 y 29 años son la igualdad de género y la diversidad cultural. ©MELITA

Más de la mitad de los jóvenes considera que “en nombre de la igualdad de género, muchas mujeres intentan conseguir privilegios”. Esta es una de las muchas conclusiones que presenta el informe Ser Joven en tiempos de pandemia, desarrollado por la Fundación SM con el objetivo de conocer la realidad de los jóvenes de hoy en día.

85%

de los encuestados admite que queda mucho para lograr la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

La igualdad de género es uno de los temas con mayor trascendencia en la actualidad, uno de los que más preocupa a la juventud y en los que más se ha avanzado, junto a la conciencia ambiental y la aceptación de la diversidad cultural.  Sin embargo, el alto porcentaje de jóvenes que sigue manifestando actitudes sexistas lleva a preguntarse hasta qué punto estas cuestiones son una asunción real por parte de los jóvenes o un apoyo superficial a estos valores por su existencia en el marco de lo socialmente correcto.

Estereotipos de género

La existencia de estereotipos y creencias compartidas socialmente sobre hombres y mujeres, que se suelen aplicar de forma indiscriminada a todos los miembros de cada uno de estos grupos, parecen estar superándose poco a poco.

Sin embargo, siguen siendo muchas las personas que, de forma consciente o inconsciente, consideran que hay ciertas características, ocupaciones y actividades que pertenecen a los hombres y otras a las mujeres.  Juzgan lo que es normal, aceptable y lo que se desvía de la norma.

Muy unido a la existencia y aceptación de estos estereotipos viene el sexismo, que actualmente podemos dividir en dos corrientes, el sexismo hostil, basado en una supuesta inferioridad de las mujeres como grupo, y el benévolo, que considera a la mujer de forma estereotipada y limitada a ciertos roles.

Es este sexismo más hostil, el que lleva a que haya un 55% de jóvenes de acuerdo con la idea de que muchas mujeres se intentan “aprovechar” de la igualdad. Una afirmación utilizada en ciertas ocasiones en los medios de comunicación y en las redes sociales por aquellos que quieren perturbar la lucha feminista asegurando que no tiene como fin la igualdad de género, sino la supremacía de la mujer frente al hombre.

55%

de los jóvenes considera que en nombre de la igualdad, muchas mujeres intentan conseguir privilegios.

Asimismo, el 41% de los encuestados, estaría de acuerdo con la afirmación de que “las mujeres suelen interpretar comentarios inocentes como sexistas”, idea que comparten el 54,5% de ellos y tan solo el 26,5% de ellas. En términos generales, los estereotipos de género están mucho más arraigados entre los hombres que entre las mujeres y, por tanto, ellos tenderán a reproducir en mayor proporción actitudes sexistas.

En lo que respecta al sexismo más benevolente, un 49% de los jóvenes considera que “las mujeres tienen una mayor sensibilidad hacia los sentimientos de los demás que los hombres”, lo que desvela la persistencia del estereotipo a la hora de asignar las cualidades que definen a hombres y mujeres.

Donde posiblemente se haya avanzado más, en comparación con épocas pasadas, sea en la distribución de los roles en la familia y el hogar. Dos de cada tres jóvenes estarían en desacuerdo con la idea de que las mujeres saben “mejor que nadie” criar a sus hijos y casi el 66,5% dicen estar en desacuerdo con la afirmación de que “los hombres deberían estar dispuestos a sacrificar su propio bienestar con el fin de proveer bienestar económico a las mujeres”.

Presencia femenina

Desde el año 2005 se han hecho grandes avances en lo que respecta a la presencia femenina en los puestos de trabajo. Sin embargo, los datos siguen siendo alarmantes. Solo el 24% de ellas trabajan como directivas de grandes empresas, la diferencia salarial entre hombres y mujeres sigue siendo del 22,4% y su tasa de actividad es un 22% inferior a la de los hombres. Pero, ¿son los jóvenes capaces de analizar estos datos o se quedan en el plano superficial de la lucha por la igualdad?

El 45% interpreta que la situación de la mujer es peor en cuanto a los salarios, el 43% considera que tienen menos presencia en puestos de toma de decisiones en el ámbito empresarial y el 41% lo hace en el ámbito político. Mismo porcentaje que piensa que la mujer está en desventaja en cuanto al reparto de tareas y responsabilidades en el hogar y el trato recibido en las redes sociales.

Porcentajes no muy significativos que descubren la otra cara de la moneda, un alto porcentaje, más de la mitad de los jóvenes, que considera que la situación de las mujeres en estos ámbitos es igual o incluso mejor y que, por tanto, no tiene una percepción clara de estas desigualdades. Exceptuando los salarios, el 40% de los jóvenes opinan en mayor proporción que la situación de hombres y mujeres es igual a la hora de encontrar empleo, estabilidad en el puesto de trabajo y promocionar profesionalmente.

Donde posiblemente se haya avanzado más, en comparación con épocas pasadas, sea en la distribución de los roles en la familia y el hogar.

La situación de precariedad a la que se enfrentan hoy en día los jóvenes les lleva a pensar de manera generalizada que ambos tienen la misma dificultad para encontrar empleo. Opinión más difundida entre los hombres que entre las mujeres que, exceptuando las posibilidades de seguir estudiando, consideran que la situación de las mujeres es claramente peor.

Los jóvenes que se muestran de acuerdo con las afirmaciones que reproducen estereotipos de género y actitudes sexistas, consideran en mayor proporción que la situación de las mujeres en España es igual o incluso mejor que la de los hombres. En sentido contrario, los que rechazan el estereotipo de género muestran una mayor capacidad para percibir la desigualdad.

El nivel educativo también aporta diferencias significativas a la hora de identificar las desigualdades de género existentes. Aquellos con estudios primarios consideran que existe igualdad entre hombres y mujeres, mientras que aquellos con estudios universitarios creen que la situación de la mujer es peor

Un 40% de jóvenes cree que hay demasiados inmigrantes

Es evidente que esta generación de jóvenes ha crecido en un entorno global interconectado e interdependiente. La sociedad española lleva 40 años conviviendo con un fenómeno migratorio que le ha permitido ganar en volumen, diversidad y riqueza cultural.

La estimación actual es que existen alrededor de 272 millones de migrantes internacionales en el mundo, lo que equivale al 3,5% de la población mundial. Sin embargo, los partidos políticos y corrientes ideológicas contrarias a la inmigración han supuesto un éxito electoral sin precedentes, que demuestra la existencia de una realidad percibida de forma distinta que se deja intuir en las opiniones de los más jóvenes.

Los datos mejoran en comparación con los recogidos en el informe de 2005, pero continúan siendo muy preocupantes.

A la mayoría del colectivo, al 66%, les gustaría vivir en una sociedad con personas de diferente origen, cultura y religión. Por el contrario, un 20% preferirían vivir en una sociedad homogénea donde la mayoría de la gente tenga el mismo origen, cultura y religión. La mayoría de jóvenes de izquierdas, un 78%, opta por una sociedad diversa, sin embargo, el 47,5% de los jóvenes que se consideran de extrema derecha se inclinan por vivir en sociedades homogéneas.

La ideología política no es la única variable que pone de manifiesto las grandes diferencias de pensamiento. La religión es un factor que también va a impactar de manera significativa. No creyentes, agnósticos y creyentes de otra religión pasan por ser los que en mayor proporción desearían vivir en sociedades diversas. El 42% de los católicos practicantes y el 30% de los no muy practicantes desearían vivir en sociedades homogéneas.

El nivel de estudios, el género, la edad y la variable psicodemográfica también se han tenido en cuenta a la hora de estudiar en qué tipo de sociedad prefieren vivir las generaciones del futuro.

Actitud

En cuanto el trato de los jóvenes hacia las personas migrantes, predominan en general las posturas autocríticas. Solo uno de cada cuatro jóvenes valora positivamente el trato que en general dispensan los jóvenes como colectivo social hacia las personas migrantes. Un tercio de los jóvenes piensa que les damos demasiadas facilidades a los inmigrantes y casi un 40% considera que hay demasiados inmigrantes en España.

Por sorprendente que parezca, los datos actuales, en comparación con los recogidos en 2005, registran una mayor tolerancia hacia la cultura y las costumbres de los inmigrantes, así como una tendencia creciente al rechazo de aquellas ideas que identifican la migración como una amenaza o como competencia para el país. Aun así, más de la mitad de los jóvenes, un 53%, continúa pensando que los inmigrantes son los que deben esforzarse por adaptarse a las costumbres de los españoles, y no al revés.

20%

de los jóvenes preferiría vivir en una sociedad homogénea con gente de su misma cultura y religión.

La idea de que en España existe una cierta homogeneidad cultural que puede estar amenazada por la presencia de individuos que mantienen diferentes visiones del mundo sigue existiendo entre las próximas generaciones, lo que hace evidente que aún queda mucho camino por recorrer.

Educación

Si en algo están casi todos los jóvenes de acuerdo, el 96%, es en el papel transformador que la Educación tiene en sus vidas.

En el caso de la diversidad cultural es un factor directamente relacionado con el desarrollo de valores de empatía y respeto hacia los demás, muy necesarios en el marco de un mundo cada vez más globalizado. Mucho tiene que ver también con conseguir una sociedad más igualitaria que elimine estereotipos y actitudes sexistas. Cuestiones primordiales que deben comenzar a tratarse en el aula  y dejar de considerarse “incómodas”.

La Educación sexual, por ejemplo, debe ir más allá de las cuestiones fisiológicas y los riesgos asociados a las distintas prácticas sexuales y enfocarse en un discurso positivo sobre el placer y las relaciones amorosas. Temas que deben abordarse desde el entorno familiar y educativo con el fin de que los jóvenes obtengan información clara y de calidad.

Fuentes de información

Internet es para uno de cada cuatro jóvenes la fuente principal de información en materia de sexualidad. Utilizan esta fuente porque siempre está disponible, es aparentemente ilimitada y se puede consultar información sobre cualquier tema de forma relativamente anónima.

Solo el 6% de los jóvenes recurre a los profesores para tratar cuestiones de sexualidad.

Seguida de internet, la fuente de información más recurrente son los amigos, seguidos de la familia. El 11% de los jóvenes recurre a la figura materna y solo el 3,7% a la paterna, resultado que muestra como la responsabilidad de cuidar sigue recayendo sobre la figura femenina, percibida como más afectiva y mejor capacitada para la expresión de las emociones.

Al profesorado solo recurre el 6% de los jóvenes, lo que demuestra que la Educación afectivosexual está prácticamente ausente en la escuela generando ciertas carencias entre los más jóvenes que afirman, en el 45% de los casos, que les hubiera gustado recibir más información sobre las maneras de obtener y dar placer.

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