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Escuela innovadora, universidad arcaica

José Mª de Moya
Director de Magisterio
19 de octubre de 2021
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Escuela innovadora, universidad arcaica

Hace unas semanas se celebró en Zaragoza el III Congreso de Innovación Educativa, hoy comienza con miles de profesores inscritos el VIMET (Virtual International Meeting of Education and Technology), mañana arranca EnligthED de Fundación Telefónica y dentro de un par de semanas tenemos el SIMO. Un tsunami de innovación educativa que desde hace décadas está revolucionando la Educación de este país y del mundo.

Cierto es que habrá que separar el grano de la paja y centrarnos en la innovación con sentido, con un propósito, el de mejorar el aprendizaje y punto. Sin moderneces, sin esnobismos, sin palabrería hueca, sin marketing para engatusar a las familias, sin experimentos metodológicos sin prueba de contraste, sin inversiones en equipamiento que luego no sabemos usar o lo usamos para cualquier bobada… En definitiva, innovación sin chorradas. Me decía hace unos días el titular de un grupo de prestigiosos colegios españoles que a él más que de innovación educativa en general, le gustaba hablar de proyectos innovadores concretos. Sea como fuere, puede afirmarse que la escuela está alineada con los cambios y el proceso de revolución digital que desde hace un par de décadas está transformando nuestra sociedad.

¿Se puede afirmar lo mismo de la universidad? Es obvio que no. La universidad no está y lo peor es que no se la espera. Como reflejo de ese narcisismo academicista que le es tan propio, la universidad vive contemplándose ajena a los cambios que se están operando en el mundo real. En cuanto a empleabilidad, hace unas semanas ya advertimos de la amenaza de la FP que es mucho más hábil en identificar las necesidades del mercado. Esta opinión la comparte el 61% de los jóvenes que cree que la universidad no prepara bien para el empleo, según una información que publicamos esta semana.

En cuanto a innovación, el Global Education Forum (GEF) aireó hace unos días las vergüenzas de una institución que parece anclada en el pasado. En clave constructiva el GEF lanzó un manifiesto con doce puntos con el que iniciar el debate sobre la universidad del tercer milenio. Son estos:

  • Modelo centrado en el alumno
  • Ecosistemas colaborativos y abiertos
  • Gestión de los datos
  • Itinerarios personales
  • Aprendizaje permanente
  • Campus nómadas y universidades modeless
  • El futuro del trabajo
  • Nuevos roles en la enseñanza y el aprendizaje
  • Áreas de prueba y experimentación
  • Bienestar y equilibrio
  • Compromiso social
  • Pensamiento libre y crítico
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