Lecturas y solidaridad: un proyecto internacional implantado en más de 50 centros

Los docentes que participan son:

Bernardo Jareño

Docente apasionado de la Gamificación y de las metodologías activas. Colabora activamente con Docentes Gamificando e InnoDocentes. Combina su labor como director de un centro educativo con la formación del personal docente. En su trayectoría ha ganado y ha sido nominado a varios premios, entre los que destacan: Acción Magistral, premio Lápiz Escuela Pública, mejor proyecto gamificación SIMO y respectivas nominaciones a los premios Educa Abanca.

Iñaki Ibargoyen

Cofundador de Docentes gamificando y creador de Tichit. Docente entusiasmado con la innovación, las TIC y fomentar un cambio en los estudiantes con respecto a su actitud de cara al aprendizaje. Adora el trabajo cooperativo y lo pone en práctica siempre que puede ayudando en la coordinación de proyectos como este.

Sara Navarro García

Docente apasionada con la Educación. Imparte clases de inglés pero trasmite su pasión a proyectos de diversa índole. Iniciada recientemente en la gamificación da grandes pasos en su aplicación siendo incluso nominada a un premio espiral por el proyecto “The broken machine”.

Alfonso Nàcher

Docente multitarea, creador de elCaudelfons.com, miembro de Docentes Gamificando y colaborador de Sandbox Educación. Le gusta ayudar a los que le rodean y si es gamificando mucho mejor. En sus más de 15 años de docencia ha conseguido varios premios coordinando a su alumnado, muestra de ello son el Premio Nacional de Consumópolis de Aecosan, Desafío Robot de la Ciudad de las Ciencias de Valencia o Reacciona de la Universidad Politécnica de Valencia entre otros.

Celes Gil

Maestro de Educación Física y director de centro. Apasionado por la labor docente en los 25 años trabajando por hacer que el cole sea un lugar de trabajo y de aprendizaje adaptado a la sociedad en la que vivimos. Acercando las clases de Educación Física a las nuevas tecnologías, intentando que la motivación por un aprendizaje lúdico y cooperativo nunca se pierda.

Gabriel Jover

Maestro de Música y amante de los nuevos métodos educativos, sobre todo aquellos que incluyen las TIC como gamificación y complemento fundamental para cautivar a su alumnado. En los últimos años combina su labor docente con la función de dirección de centro, siempre con la intención de caminar hacia una escuela atractiva, innovadora y motivadora. Le gusta participar y colaborar en grandes retos.

El proyecto consiste en intercambiar lecturas por cofres solidarios. El alumnado conseguirá una llave por cada libro leído, estas llaves servirán para abrir los cofres solidarios que enviaremos a centros educativos con necesidades.

El principal modo de participación es como lectores. El proyecto está abierto a centros completos, ciclos o aulas y sobre todo a cualquier etapa educativa. Sea cual sea el caso los estudiantes pueden ir leyendo y aportando a la causa, cada uno en la medida de sus posibilidades.

Pero para que el proyecto pueda funcionar, también está la posibilidad de participar como patrocinador, aportando cantidades económicas que ayuden a cubrir el coste de los cofres (de manera parcial o total). Y obviamente, se puede participar como centro receptor, rellenando un formulario con las necesidades que irán a una lista de la cual luego en medida de las necesidades del proyecto se seleccionarán los centros que recibirán cofres.

Un cofre completo está valorado en unos 500 euros que nunca serán repartidos en metálico sino en material didáctico, libros de lectura y material fungible: lápices, gomas, sacapuntas, libretas…

La idea surge a raíz de analizar el Plan de Actuaciones para la Mejora, donde se valoró mejorar el plan de fomento lector, pero además, que sea motivante y que podamos realizar un aprendizaje-servicio. Tras unir todos estos elementos y darles forma nace el proyecto “Lecturas por Sonrisas”.

El reto principal es motivar a los estudiantes a leer. A través del proyecto se les aporta un propósito extra y eso permite aumentar la motivación por leer, promoviendo la exposición a la lectura para que puedan disfrutar de ella.

Además, la mecánica es realmente simple. Los estudiantes leen libros (en el cole, a casa, donde sea…) y avisan a los docentes de que lo han hecho. Tras algún método de comprobación que se considere pertinente por parte del adulto, se le entrega al estudiante una llave.

Todas estas llaves son registradas en un formulario que hace una suma total de las adquiridas por todas las personas que participan y cuando se llega a la meta planteada, el cofre es enviado al centro receptor y se desbloquea el siguiente cofre. Los centros receptores a su vez envían fotos o vídeos de agradecimiento para compartir con los estudiantes y que contemplen el bien que ayudan a crear.

Gracias al recuento de llaves los docentes están analizando los datos y comparándolos con los años anteriores y han observado que en todos los centros participantes en el proyecto que ya son alrededor de 60, se ha incrementado el porcentaje de libros leídos.

Este proyecto colaborativo más que habilidades busca desarrollar valores. De cooperación, de ayuda a quien lo necesita y de aprecio por la lectura. En este proyecto la narrativa ocupa un lugar totalmente secundario ya que así los docentes cumplían con una máxima: hacerlo más abierto. Los docentes han diseñado la dinámica y hay quien la ha relacionado con una historia, por ejemplo, de piratas o quien la ha vinculado simplemente al hecho real de ayudar a otras personas.

El proyecto surgió con unos seis centros participando y a día de hoy son más de 50 centros repartidos por España y Sudamérica. Parte del diseño del proyecto fue hacer una cosa que fuese flexible, partiendo de los puntos que todo centro tiende a tener en común: se fomenta la lectura, se leen libros y se registra de alguna manera que esto está hecho.

Los alumnos leen más y el feedback del alumnado es muy bueno, ya que la mayoría comentan la satisfacción de poder ayudar a otros chicos y chicas, por lo que los diseñadores del proyecto lo consideran todo un éxito.