Sistema Educativo Español

Acertar con el significado de las cosas importa. Y si se trata del sistema educativo, razón de más para que importen las precisiones. Estas últimas, por otra parte, son bastante significativas, y decisivas, cuando se trata de interpretar las normas. La Ley Orgánica de Educación (LOE, 2006) no incluía una definición del sistema educativo. Sin embargo, la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE, 2013) añadió un nuevo artículo a la LOE, el 2 bis, donde el sistema se define de esta manera: “A efectos de esta Ley Orgánica, se entiende por Sistema Educativo Español el conjunto de Administraciones educativas, profesionales de la educación y otros agentes, públicos y privados, que desarrollan funciones de regulación, de financiación o de prestación de servicios para el ejercicio del derecho a la educación en España, y los titulares de este derecho, así como el conjunto de relaciones, estructuras, medidas y acciones que se implementan para prestarlo”.

La Ley Orgánica por la que se modifica la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE, 2020) ha mantenido tal artículo de la LOMCE (evidencia, esta, de que la derogación de la LOMCE no conlleva la de todos los contenidos que incorporó o modificó de la LOE), con un solo cambio. En el texto final, referido a las relaciones, estructuras, medidas y acciones, se cambia “que se implementan para prestarlo” por “que se desarrollen al efecto”. Se adelantó la importancia de los matices y ahora se constata. La amplitud del concepto, y su diversidad de agentes y de elementos, se mantiene. Sin embargo, ya no consta “implementar”, acción que conlleva la puesta en funcionamiento o la aplicación de métodos, medidas u otras circunstancias, para llevar algo a cabo. Y se opta por “desarrollar”, con el sentido de realizar o llevar a cabo algo. En ambos casos, a fin de algo tan relevante como el ejercicio del derecho a la educación. “Se implementan”, con el carácter preferente de establecidas. “Se desarrollen”, como expectativa. Sí que importan los matices.