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Dirección para la enseñanza

Antonio Montero Alcaide
Inspector de Educación
7 de enero de 2022
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El liderazgo pedagógico, la dirección educativa, también es caracterizado como dirección para la enseñanza. Denominaciones, cualquiera de ellas, que subrayan cometidos o competencias directivas centradas, entre otros aspectos, en el diseño y el desarrollo del currículo, en los centros, a través de los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Las nuevas enseñanzas que comenzarán a implantarse, el próximo curso, tras la modificación de la LOE (2006) realizada por la LOMLOE (2020), además del anticipo, este curso, de los aspectos relacionados con la evaluación, promoción y titulación del alumnado, requieren esas competencias directivas cuya adquisición, por otra parte, fundamenta la necesidad de una dirección profesional.

En el preámbulo de la LOMLOE, tal carácter se hace explícito: “La dirección de los centros educativos se identifica como factor clave para la calidad del sistema educativo, y se apuesta por un modelo de dirección profesional que se alinea con las recomendaciones europeas sobre esta figura, que ha de conjugar la responsabilidad institucional de la gestión del centro como organización, la gestión administrativa, la gestión de recursos y el liderazgo y  dinamización pedagógica, desde un enfoque colaborativo, y la lógica de buscar el equilibrio entre tareas administrativas y pedagógicas”. Han de adoptarse, para ello, medidas relevantes en distintos ámbitos: el sistema de acceso, las competencias atribuidas y las condiciones que favorecen su ejercicio, o la evaluación del desempeño y sus efectos.

La formación específica, de carácter superior y determinante para el acceso, está directamente relacionada con la profesionalización directiva. Y destacar, preferentemente, el liderazgo pedagógico como cometido de la dirección conlleva la necesidad de establecer cometidos específicos de gestión administrativa, asumidos por otros profesionales bajo la dependencia de la dirección del centro. La dirección para la enseñanza, por tanto, requiere a la vez que justifica la dirección profesional.

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