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EXCURSIONES: Una salida a la naturaleza

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Autor: S.L.L

España tiene, en comparación con los países que la rodean, un naturaleza rica y variada. Somos uno de los países con mayor biodiversidad del continente, y sin duda el estado de la Unión Europea que más y mejores ecosistemas conserva.
El respeto y aprecio por nuestro patrimonio ecológico es un valor a tener en cuenta tanto a nivel familiar e individual como a nivel institucional, aspecto este último en el que resulta ineludible hablar de nuestra creciente red de espacios protegidos, con sus 13 parques nacionales a la cabeza. Sin embargo –y así queda reconocido en la propia legislación– no se trata sólo de conservar, también hay que cumplir funciones educativas y (¿porqué no?) de puro ocio y disfrute del medio ambiente, razón por la cual cada vez son más los parques, cotos y reservas que junto a las zonas de acceso restringido tienen también centros de interpretación, itinerarios y actividades para el público, convirtiéndose en lugares muy apropiados para nuestras salidas semanales.
El cañon del río Lobos es uno de estos sitios donde quemar toxinas y sumergirse en la neturaleza. Situado junto al pueblo de Ucero, en la frontera entre Burgos y Soria, está catalogado como parque natural desde 1985 y cuenta con más de 9.000 ha. protegidas en torno a la escarpadura de más de 14 kms. que ha tallado el Lobo a lo largo de los siglos. Quince rutas de senderismo permiten a los visitantes disfrutar del paisaje, pero tratándose del Cañon del Lobo también hay que mirar el cielo con atención ya que estamos ante una reserva especial de aves de primer orden, destacando el majestuoso buitre leonado y las especies de rapaces, como el águila real, el halcón peregrino o el buho real.
Un parque rural es un espacio pensado para conservar zonas de especial intertes ecológico junto con otras de valor ecocultural como las actividades y usos agícolas tradicionales. El parque rural del Roque Nublo, sito en el centro de la isla de Gran Canaria, es un ejemplo perfecto de este tipo de lugar protegido. El nucleo del parque se estructura alrededor de la Caldera de erosión de Tejeda, hacia la que caen las escarpadas laderas montañosas, todo dominado por las petreas moles de los roques Nublo y Bentayga, formando un espectacular paisaje que en su día fué calificado por Unamuno como una «tempestad petrificada». La vegetación de pinares y matorrales incluye varias especies endémicas del archipielago o incluso de la isla, algunas de ellas en peligro de extición. Y junto a la naturaleza, las huellas de las diferentes generaciones de isleños, desde los almendros y los bancales del tradicional cultivo de medianías a los restos dejados por los aborígenes, como la Cuevas del Rey o el santuario fertilístico de la Cueva de los Candiles.
Otros lugares de gran interes para nuestras escapadas campestres, fuera ya de la red nacional de espacios protegidos, son las diferentes reservas y aulas de la naturaleza, muchas de las cuales ofertan además diversas actividades para niños y jóvenes. En Peralejo, cerca de El Escorial, está el centro de la naturaleza Cañada Real, creada en 1988 por la fundación José María Blanc para atender a animales heridos y reinsertarlos en su medio ambiente. Su senda de 2 kms. nos permite ver especies como lobos, jabalies, ginetas, corzos, águilas… algunos convalecientes y otros irrecuperables que se han convertido en huéspedes perpetuos, como pasa con la mascota del centro, el buitre Nicolás. Campamentos, talleres mediambientales y seminarios completan una oferta de lo más atractiva.

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