La importancia de los prerrequisitos del lenguaje en los primeros cursos del C.C. Compañía de María “La Enseñanza” de Santander

La elección de esta actividad palanca nace a raíz de la pandemia, momento en el que se empezó a observar en el centro un aumento considerable de dificultades lingüísticas, muchas de las cuales afectaban directamente a la lectoescritura.

Aprovechando la oportunidad que nos ofrecía el programa PROA+, se decidió poner en marcha un taller basado en RTI para tratar de dar respuesta a esta necesidad. Nuestra propuesta consiste en llevar a cabo unos talleres diarios de 30 minutos por clase en los que se trabajan los aspectos metalingüísticos del lenguaje: conciencia fonológica, velocidad de denominación, fluidez, vocabulario y en la etapa de primaria la correspondencia grafema-fonema.

De entre todos estos aspectos, es la conciencia fonológica la que nos hace capaces de detectar y definir los sonidos que conforman el lenguaje. En las primeras etapas de acceso a la lectoescritura utilizamos esta conciencia a la hora de asociar cada grafema con su correspondiente fonema. Es por ello que la conciencia fonológica y la lectoescritura son dos procesos que están estrechamente interrelacionados.

Los recursos y herramientas utilizados en estos talleres, que imparte una maestra especialista en Audición y Lenguaje, son de carácter eminentemente lúdico, ya que el diseño del taller parte de la premisa de que las emociones son disparadores naturales del aprendizaje. Del mismo modo, la autoevaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje por parte del alumnado se realiza a través de denominada “técnica del semáforo” mediante la respuesta a una serie de cuestiones a las que se dedican los últimos minutos de cada sesión. Con ello se busca el enriquecimiento de la evaluación, convirtiéndolo en un proceso continuo, formativo, manipulativo y que atiende a las diferencias individuales del alumnado.

Aunque originalmente el modelo RTI se aplica prioritariamente en Infantil y primer nivel de Primaria, desde el centro se detectó la necesidad de extender el trabajo de todos estos aspectos al tercer curso de Primaria, donde también se habían observado dificultades a raíz de la pandemia.

Nos gustaría recalcar que el objetivo marcado de nuestra actividad palanca es doble, puesto que además de llevar a cabo la propia intervención mediante los talleres, también se pretende que las tutoras de los primeros cursos adquieran una serie de herramientas específicas para el trabajo de la competencia lingüística. Debido a esto, los talleres tienen lugar en formato de docencia compartida: maestra de audición y lenguaje y tutora del curso que corresponda.

A pesar de que la intervención prácticamente acaba de comenzar, ya se están empezando a observar pequeños indicios que nos hacen sospechar que vamos por el buen camino: el alumnado se muestra muy participativo en los talleres y comienza a adquirir o a asentar las bases que conforman el lenguaje en función del nivel o etapa en el que se encuentra.

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