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Más aprobados y mejores notas, una tendencia global impulsada por la Covid-19

La relajación de las reglas de la EBAU para limitar el impacto de la Covid ha elevado el número de aprobados en esta prueba y las notas de Bachillerato, un fenómeno global cuyas causas no se ciñen solo a la situación excepcional generada por la pandemia y que tampoco es exclusivo de España.
Marina SeguraMiércoles, 8 de junio de 2022
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En una entrevista con Efe, el catedrático de Economía Jorge Sainz y el profesor de Economía Aplicada Ismael Sanz, ambos de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, coinciden en que hay una tendencia global al alza de las notas y aprobados que comenzó años atrás en países de la Unión Europea, Estados Unidos y Reino Unido.

Según las estadísticas del Ministerio de Universidades de 2021, hay un aumento generalizado de las notas obtenidas por los estudiantes de Bachillerato en la EBAU y en todas las comunidades autónomas se produce un incremento tanto de la nota media como del porcentaje de sobresalientes entre los aptos. En 2021, el porcentaje de estudiantes de bachiller aprobados aumentó en todas las comunidades respecto al año pasado, alcanzando así un 94,2% de media en todo el país, frente al 92% del año anterior.

En España, la suavización de las pruebas de acceso a los estudios superiores fue «una buena idea» ya que muchos jóvenes no pudieron acceder a Internet o no tenían ordenador propio para estudiar durante la pandemia; resultado de ello ha sido «una inflación de las notas y más aprobados en la Ebau, pero es algo que ya venía ocurriendo desde el 2006, solo que ahora se ha acentuado», explica Ismael Sanz.

Desde esa fecha, añade el profesor de la Rey Juan Carlos, se han sucedido doce cursos consecutivos en los que la tasa de repetidores de Secundaria y Bachillerato se ha reducido de forma notable. En el caso de Primaria y Secundaria, había en el año académico 2006-07 casi un 43% de alumnos que habían repetido al menos una vez, frente al 24,8% de 2020-21, mientras que en Bachillerato, en el mismo periodo, esa cifra ha descendido del 15,4% al 8%.

Este fenómeno de doce años encadenados, que se ha producido con Gobiernos de distintos colores políticos, «es difícil de encontrar» en cualquier otra estadística, explica Sanz, quien apunta a múltiples factores para explicarlo, pero fundamentalmente dos. En primer lugar, el nivel de estudios de las familias españolas ha ido mejorando desde los años 70, 80 y 90 –uno de los elementos que más condicionan el progreso educativo de los hijos– y, por otro lado, la crisis del 2008 propició que muchos jóvenes no abandonaran los estudios dadas las malas perspectivas del mercado laboral.

En el caso de Primaria y Secundaria, había en el año académico 2006-07 casi un 43% de alumnos que habían repetido al menos una vez, frente al 24,8% de 2020-21, mientras que en Bachillerato, en el mismo periodo, esa cifra ha descendido del 15,4% al 8%

Durante la Covid-19 ha habido «una burbuja que ha acelerado» la mejora de los resultados y, pese a que la suavización de los niveles de exigencia estaba justificada en su momento, «el problema es que esa relajación permanezca, sería un error». «Cuando un alumno no anticipa que tu vas a bajar el nivel de exigencia se va a esforzar de la misma manera que si no hubiera cambios, pero si lo sabe de antemano bajará el nivel», argumenta el profesor de Economía Aplicada.

Un estudio de la London School of Economics, recuerda, analizó la evolución de un grupo de jóvenes que se beneficiaron también de la relajación de las reglas académicas a causa de las movilizaciones del 68 en Francia; el resultado fue que alumnos que aprobaron «por poco y que en circunstancias normales quizá habrían suspendido, después les fue bien en la Universidad y en el mercado de trabajo».

En coincidencia con Ismael Sanz, el catedrático de Economía Jorge Sainz subraya que la mejora de las notas «ya venía de antes, pero ahora se ha disparado», una tendencia global acuciada por la pandemia que «no ocurre solo en España sino en todos los países occidentales (Reino Unido, Estados Unidos, Unión Europea…). Entre las posibles causas apunta a una mayor presión por parte de las familias, el deseo de las autoridades educativas de mejorar los resultados del sistema y la idea «de que nadie se quede atrás».

«Esta inflación tiene un efecto en contra de la equidad porque la gente que más se esfuerza llega a un límite que no puede subir más del 10 y hay gente por detrás que no ha hecho tanto y está sacando también un 10», destaca el catedrático.

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