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Ser maestro hoy y hace 50 años: entrega y no hacer perder el tiempo al niño

Sin fotocopiadora, en su lugar papel de calco, ni ordenadores ni internet. Las escuelas en las que empezó a ejercer medio siglo atrás la maestra Milagros Trigo carecían de recursos, pero no ha cambiado la esencia del oficio: "Ser profesor al 100%", formar a la persona y no hacer perder el tiempo al niño.
EfeLunes, 6 de junio de 2022
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© ADOBE STOCK

En un momento clave en el que el Ministerio de Educación trabaja en la definición de una carrera docente –un tema sensible que anteriores gobiernos han eludido abordar–, Milagros aboga por una selección previa que evalúe tanto las competencias profesionales como las habilidades personales, incluida una entrevista antes de acceder al grado universitario.

También defiende que el actual periodo de prácticas de los futuros docentes se alargue. En su época comprendía un año completo. «Te acompañaba un profesor y en el segundo trimestre ya nos dejaban dar las clases, te dejaban tomar la iniciativa, te corregían…». La ahora profesora «ad honorem» del grupo de tecnología educativa de la Universidad de Santiago de Compostela, una distinción que reconoce su trayectoria en proyectos europeos competitivos, se jubiló a los 70 años pero dice que habría seguido enseñando en la escuela, de la que «me gustaba todo, aunque se me acabó el tiempo».

Milagros no ve grandes diferencias entre los profesores jóvenes de hoy y los de su generación. «Sigue habiendo profesionales muy buenos como había antes y otros muy regulares, igual que antes». Durante los 30 años en los que desempeñó el cargo de directora en el Centro Público Integrado de «O Cruce» (Cerceda, A Coruña) sentía pena de los que «van a clase con los pies a rastras. Eran personas encantadoras, pero las compadecía. Es un sufrimiento, entrar así».

«O Cruce» es uno de los alrededor de 40 centros integrados que hay en Galicia, situados en lugares muy pequeños donde la clases agrupan a niños de distintas edades. «Cuando comencé no teníamos internet ni ordenadores ni fax ni fotocopiadora», en su lugar se utilizaban hojas de calco y los faxes se los enviaban desde el Ayuntamiento. Los primeros ordenadores, catorce, se los cedió la empresa Fenosa; ahora hay más de 300, uno por niño.

¿Todo el mundo sirve para ser profesor?

Aunque en lo tecnológico ha habido un vuelco total, las cualidades necesarias para la docencia son las mismas: «Ser eficiente, que haya actitudes personales, habilidades comunicativas, que le guste su trabajo. Si le gusta su oficio lo demás sale solo, lo mismo pasa con los chavales, si están enganchados en el aprendizaje todo sale». «Para ser profesor hay que serlo al 100%, tienes que cumplir con todas tus competencias, capacidades y tareas. El tiempo es irrecuperable y si un año te toca un profesor sin interés, es un año perdido en la vida de una persona, lo que es mucho perder», afirma Milagros, jubilada en agosto de 2020 tras 45 años de docencia.

Sobre los nuevos currículos, aprobados a comienzos de año por el Ministerio de Educación, que apuestan por el enfoque competencial y profundizar en los temas en vez de memorizar temarios inabarcables, explica que ya en su época había profesores que trabajaban de este modo, con deseos de innovar. «Estábamos interesados en innovar, no usábamos libros de texto sino que hacíamos nuestros propios materiales a mano y con papel de calco para hacer fichas o planteábamos problemas relacionados con la vida real. Les hacíamos pensar y comprender la utilidad de lo que estudiaban».

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