¿Qué serías capaz de hacer por un 'like'?

Las redes sociales constituyen una nueva realidad en la que la moneda de cambio son los likes. Conseguir un me gusta más, un nuevo seguidor, un video viral… son preocupaciones que han nacido a lo largo del s. XXI. En Instagram se reciben 4.000 millones de likes al día, el doble de usuarios activos de la plataforma.

El pasado 2021, los jóvenes españoles pasaron de media tres horas diarias en redes sociales, según un estudio de Qustodio, plataforma de Educación digital para familias. Se suelen repartir ese tiempo entre Tiktok, Instagram, Snapchat, Twitter y Pinterest, las redes más populares entre los adolescentes. En esas horas, se dedican a subir contenido propio, observar a sus influencers favoritos, interactuar con amigos…

Con las publicaciones, no dejamos de buscar agradar al mayor número de personas posibles, encontrar una validación ajena. En gran parte por ello, se vende una imagen falsa en las redes, mostrando una aparente vida idílica que cualquiera quisiera vivir. Los jóvenes comparan su vida con lo que otros muestran en Instagram y redes por el estilo, lo que puede derivar en trastornos como ansiedad o depresión.

Instagram es consciente de la presión que ejercen los me gusta, por lo que en mayo de 2021 incorporó la opción de ocultar los likes que recibes. Sin embargo, el problema está interiorizado ya en los más jóvenes. Según un estudio de Unicef, el 25%  de los adolescentes españoles ha sentido miedo en redes, un 20% angustia y un 14% discriminación.

La sociedad española es consciente de los traumas que pueden provocar las redes, así lo muestra una encuesta realizada este año por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Según esta encuesta, un 71% de las personas mayores de 15 años cree que las redes sociales generan ansiedad, un 43% pérdida de la calidad de sueño y un 48% que exponen a las personas a sufrir ciberacoso. Pese a ello, el Informe Digital Report España 2022 muestra que nueve de cada diez españoles utiliza redes sociales.

Los expertos de Qustodio advierten del peligro que puede generar una excesiva presión en los más jóvenes, ya que están expuestos a una dependencia emocional. Algunas consecuencias derivadas pueden ser:

No recibir el número esperado de likes puede llevar consigo cierta frustración y sentimiento de invalidez. Si mis amigos están consiguiendo mejores números que yo significa que soy inferior a ellos. De ese modo, se crea relación entre las interacciones y el éxito.

El famoso «postureo» nos hace mostrarnos como personas diferentes a las que somos en realidad. Con esa doble vida, existe la posibilidad de que los más jóvenes desarrollen trastornos de la personalidad.

Es muy común encontrarse a gente que publica su día a día en redes sociales. Con la repetición, se puede crear un hábito insano que termine por convertirse en dependencia.