Puy du Fou: Un espectáculo que triunfa educando "a hombros de gigantes"

Puy du Fou nació en 1978 como un espectáculo nocturno (Cinescena) representando la historia local de la región francesa de La Vendée, impulsado por el subprefecto de la región, Philippe de Villiers, a la vez empresario, escritor y político. Diez años después ya era un parque temático con siete espectáculos principales, que visitan cada año dos millones de personas.

En agosto de 2019 le nació un vástago en España que no le va para nada a la zaga. Erwan de la Villéon es el consejero delegado de la empresa y guionista de los espectáculos. Llegó a España hace 10 años y ahora emplea a un millar de personas en un espectáculo que también ha pasado, aunque mucho más rápido, de centrarse en una atracción nocturna (llamada El Sueño de Toledo) a cubrir todo el día con seis grandes espectáculos.

Dedicaremos una serie de artículos para repasar algunos de los ricos recursos educativos que jóvenes y no tan jóvenes podemos aprender de los principales espectáculos de Puy du Fou. Para familiarizarse con ellos, ante todo es conveniente conocer el mapa del Parque y descargar la aplicación que detalla los horarios (y, ante todo, consultar la disponibilidad de entradas).

Aquí vamos a proponer el siguiente horario, con idea de poder ver todas las atracciones en un solo día y advirtiendo de que, sobre todo en días de mucha afluencia, conviene llegar con bastante antelación (la apertura oficial, denominada «comitiva», es a las 11:00):

• 11:45 – 12:15 – Cetrería de Reyes (Espectáculo de aves: 4 en el mapa).
• 12:45 – 13:15 – A Pluma y Espada (Lope de Vega: 2 en el mapa).
• 13:30 – 14:00 – Allende la Mar Océana (el barco de Colón: 3 en el mapa).
• 15:00 – 15:30 – El Último Cantar (El Cid: en el castillo, número 1 en el mapa).
• 16:30 – 16:40 – Desmayarse (Precuela de A Pluma y Espada, en la fachada del edificio 2).

• 17:15 – 17:40 – El Misterio de Sorbaces (La conversión de Recaredo, en la explanada entre 1 y 2, señalada como 05 en el mapa de la aplicación).
• 18:30 – 19:20 – De Tal Palo… (Diversos eventos de Historia, en el espacio entre 2 y 3 junto a la Venta de Isidro).

• 21:30 – 22:50 – El Sueño de Toledo (comienza a las 22:30 de mayo a septiembre: 5 en el mapa).

Por ser uno de los espectáculos al aire libre, conviene elegir para este la primera hora, cuando aún el sol no caliente demasiado y se comience la caminata con buen ánimo.

El relato se ambienta en las consecuencias de la Batalla de Simancas, que en el año 939 abrió la cuenca del Duero a los cristianos leoneses, tras resistir el ataque del califa Abderramán III.

Aunque el protagonista de la historia real fue el rey Ramiro II de León, que tres años antes había salvado al conde castellano Fernán González del asedio al que le sometió el califa en Osma, aquí se nos presenta a un Fernán González que visita al califa para devolverle una cota de malla, pero en realidad enamorado de la hija del moro.

Leyendas aparte (ya que Fernán González se casó con una hija del rey de Pamplona), el espectáculo nos permite ver el vuelo de una serie de rapaces como mochuelos, lechuzas, halcones, águilas de varias especies (desde milanos a las de cabeza blanca americanas), que cruzan de un lado al otro en vuelo rasante sobre las cabezas de los espectadores.

Finalmente las aves son alimentadas y una bandada de cigüeñas se une al revuelo, nunca mejor dicho, del conjunto de aves adiestradas mientras son alimentadas. Por su espectacular plumaje y habilidad para pisar serpientes, queda particularmente fijado en la memoria de los asistentes en peculiar Secretario de Sudáfrica (Sagittarius serpentarius).

Si bien este vistoso espectáculo parece acercarnos más a una lección de Ciencias Naturales o Biología, en el resto nos zambulliremos de lleno en la Historia de España, de modo que para abrir boca vamos a preguntar al guionista y consejero delegado del parque por el espíritu con que se ha creado.

¿Cuál es su sensación por el premio que la IAPA (Asociación Internacional de Parques Temáticos y de Atracciones) concedió en su última asamblea en Las Vegas al espectáculo A Pluma y Espada de Puy du Fou España?
–Nos hizo enorme ilusión y fue una gran sorpresa, un reconocimiento de los profesionales del sector a la excelencia, la creatividad, al nivel técnico de las instalaciones. Hay que tener en cuenta que es una asociación que reúne a 8.000 miembros.

¿Es un desafío guionizar estos espectáculos y al mismo tiempo tener una escuela de equitación, tantos animales y una infraestructura muy potente?
–Sí, en A Pluma y Espada hay nueve espectáculos reunidos, eso hace que tengamos que tener en total 20 caballos para actuar solo en este espectáculo y en total tenemos más de 70 caballos, con sus 30 jinetes que todos los días entrenan y actúan en los espectáculos. No me extrañaría que tengamos la caballeriza más grande de la zona, no es fácil tener una yeguada tan numerosa.

Y esto pasa con numerosas disciplinas. Tenemos un taller de costura con tanta tela como para casi cubrir el casco antiguo de Toledo. Todo es enorme porque estamos mil personas trabajando y son 220 días de actuación y esperamos 1.200.000 espectadores este año.

El periodista André Monconduit, que utilizaba el seudónimo bretón de Jean Créac’h, decía que los españoles son más de hacer que de contar, con esta frase en su libro El corazón y la espada: «Cuanto más se avanza en el conocimiento de España, se descubre mejor que se la ignora. El español habla, ama, mata, pero escribe poco. La pobreza de sus crónicas es conocida por todos los historiadores». ¿Está de acuerdo en que los españoles no sabemos contar y vender lo que hacemos, y por eso tiene que venir en este caso usted, que también es francés, a contarlo?
–Creo que tiene que ver con el espíritu del barroco español, el valor de la honra, la integridad. Mi manera de interpretarlo es que venderse a sí mismo y hacer alarde de sus hazañas no se hace y me parece bien en lo individual, los únicos que lo hacen a modo humorístico son los pícaros. Efectivamente, en la tradición española hay una especie de reserva en lo personal, que para mí es una gran virtud.

Es verdad que a la hora de hablar como grupo, sociedad y nación eso puede ser una limitación, nutrida por dos cosas: lo primero, negativo, es que a la nación española le cuesta volver a encontrarse, yo creo que desde la invasión musulmana, por falta de unidad política y por cuestionar la unidad territorial. La única unidad que se encontró después de aquella invasión se basa en dos características: la fe católica, que fue la gran intuición de Isabel la Católica, y por otra parte la forma como la definió e ilustró el Concilio de Trento. Así se establece la riqueza de la identidad española, que es muy sutil y compleja, porque no es español el que pertenece a un territorio o a una raza: la nación española empieza en los Pirineos y termina en los Andes, según se decía. Es un sentimiento de pertenencia que tiene que ver con una visión del mundo, una identidad compleja y que es difícil definir con rasgos muy concretos.

¿Quién tiene el mérito en Puy du Fou de haber “cometido” la locura de meterse en España?
–Gracias por el cumplido, pero nadie es profeta en su país. Yo no tendría en mi país la misma libertad que tengo aquí. Siendo extranjero, no tengo que justificarme por nada, la gente viene sin prejuicios y esto ayuda mucho.

¿Piensa que van a tener el mismo éxito en Estados Unidos y China, donde parece que van a lanzar sus próximas empresas?
–No son proyectos iguales al de España, en el que hemos puesto nuestro nombre, nuestra alma, nuestro corazón. En Estados Unidos y China estamos desarrollando proyectos porque hay gente que nos lo pide allí. Si hay una hazaña, un drama épico, podemos contar cosas, pero no es igual, no es el parque Puy du Fou tal y como lo conocemos en España.

En Francia tienen voluntarios, ¿en España no?
–Hay cosas que solo se pueden hacer con tiempo. No se puede inventar artificialmente un vínculo. Yo llegué aquí hace diez años con 200 millones de euros y no podía pretender hacer una asociación donde nadie me conocía, en una zona donde había un 20% de paro y yo tenía gente que me había prestado su dinero y a los que tenía que devolvérselo. No puedo buscar el rendimiento para un accionista a costa del trabajo gratuito de un voluntario. No encajaría. Por eso hemos montado un parque profesional, aunque nos impulse el espíritu de la asociación. El voluntariado me interesa mucho y me anima mucho. Estamos barajando la posibilidad de proponer voluntariado a nuestros chicos y también a gente de la zona que nos lo pide, no en el espectáculo de noche, sino que nos estamos planteando una idea un poco loca de hacer un gran espectáculo en las calles de Toledo.

¿El público está respondiendo bien, son muchos los que adquieren el abono anual y vuelven?
–A los que saben que van a venir más de dos o tres veces al año les merece la pena el abono anual. Lo bueno en Puy du Fou son dos cosas: primero, que nunca lo has visto todo, los espectáculos están hechos para que nadie se pueda enterar de todo de golpe. El Sueño de Toledo lo puedes ver 25 veces, 50 veces y siempre irás descubriendo cosas, porque hay mucha profusión de detalles. En segundo lugar, siempre se respira aire fresco porque vamos a contracorriente de todo lo que se hace, a los niños no les enseñamos que todo vale o que los héroes son Batman, Superman y Pokemon, sino que se fijen en sus antepasados, sus leyendas, sus tradiciones, porque allí encontrarán mucha inspiración. La gente vuelve, tenemos un 20% de gente que vuelve cada año, y estamos encantados con ello.

A usted personalmente, el gusto por la épica ¿le viene de familia o de dónde?
–Seguramente haya cosas que vienen de familia, pero creo que es una inquietud por la búsqueda del sentido, de quiénes somos. Y una de las respuestas que siempre me ha animado es que somos herederos de la naturaleza de nuestros antepasados, a los que debemos mucho. Somos enanos a hombros de gigantes, según una frase que la tradición en mi país atribuye a Bernardo de Chartres.