¿Y si dejamos de premiar a los mediocres?
En una sociedad marcada por la mezquindad, la magnanimidad actúa como contrapeso necesario. El prójimo ya no es percibido como un compañero en la construcción del mundo común, sino como una amenaza o un competidor”.
Lisandro Prieto FemeníaMartes, 4 de febrero de 2025