La propia construcción interior de la persona

¿Es el universitario una oveja que hay que unir a un rebaño para que alcance una buena posición económica? ¿Eso es todo o casi todo? El ensayista, conferenciante y crítico literario William Deresiewicz en su nueva obra, El rebaño excelente, denuncia carencias, interpela e incomoda porque está en juego, ni más ni menos, que la propia construcción interior de la persona.

En muchos sentidos, para el autor, este libro es una carta que envía a su yo de 20 años en la que habla del tipo de cosas que le hubiera gustado que alguien le incitase a pensar cuando iba a la universidad. Cosas tan simples, como, por ejemplo, qué sentido tenía ser universitario y no ser simplemente un zombi que iba casi sonámbulo a la universidad, a ese espacio en blanco que “tocaba hacer” para, más adelante, llegar a otros objetivos apenas entendidos como estatus, dinero o llegar a lo más alto, es decir, el éxito.

En El rebaño excelente, Deresiewicz explica cómo superar las carencias de la Educación universitaria de élite, ya que enseñar no consiste en transferir una cierta cantidad de información de un cerebro a otro, sino que educar significa conducir. 

El autor comienza discutiendo el propio sistema con el fin de explicar lo que los estudiantes pueden hacer para escapar de él, así como la importancia del conocimiento humanista, de contar con profesores entregados y clases reducidas para, finalmente, volver a la cuestión social de más alcance, ya que, a juicio del propio autor, “ya va siendo hora de repensar, reformar y revertir el proyecto de Educación de élite en su conjunto”.