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Estrategias de prevención y afrontamiento de la violencia de género

Javier Urra
Dr. en Psicología y Dr. en Ciencias de la Salud
28 de enero de 2020
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® VIT-KITAMIN

Conocemos los datos de la violencia de género, sabemos de su etiología. Precisamos prevenir y afrontar, con criterio. Os adjunto algunas estrategias específicas:

Prevención:

  1. El antídoto contra el ancestral patriarcado se llama educación real en igualdad. Hay que romper con la equívoca educación de educar a la niña para el tú, para el otro, y por contra al niño para sí mismo.
  2. Se debe prevenir desde la educación temprana; y también desde la política.
  3. Hay que educar en la ruptura (3 de cada 4 parejas se separarán). Sabiendo que no es lo mismo dejar a que te dejen.
  4. Hay que educar en la capacidad de adaptación, en la flexibilidad cognitiva, en el autocontrol emocional.
  5. Hay que revertir la cultura machista. Evitar el error de confundir el amor con el querer, y aún más con su antónimo el poseer.
  6. Hay que educar a los niños para que preserven su intimidad en la red social.
  7. Los jóvenes han de entender que el amor no es necesariamente bidireccional.
  8. Erradicar la visión romántica de la media naranja o el complemento (cocinera, cuidadora, criadora…).
  9. Prevenir la confusión de amor con sexo, de relaciones de contacto con afecto.
  10. Hay que erradicar el criterio de que los celos son una prueba de amor (solo es amor propio).
  11. No sobreproteger a los niños al punto de que no se pongan en el lugar del otro.
  12. No tolerar otras formas de violencia como la psicológica.
  13. Concienciar a los familiares de las víctimas para que no minimicen los malos tratos.
  14. Prevenir la violencia de género en los adolescentes, que empieza por: un patrón de abuso verbal, da paso al psicológico y ocasionalmente al económico, sexual y físico.
  15. Los hijos que ven tratar mal a sus madres, por aprendizaje vicario. En ocasiones se enfrentan a su padre cuando ridiculiza a su madre, pero luego reinciden en tan terrible conducta.
  16. Las relaciones de pareja se basan en el respeto. Es lógico que se discuta para solucionar conflictos, pero en ningún caso que se agreda (en cualquiera de las formas). Los seres humanos tenemos capacidad para el autocontrol y la resolución de conflictos.
  17. Hemos de erradicar el narcisismo.
  18. Hay que enseñar a dialogar, a debatir, a discutir.
  19. Que los niños practiquen un juego esencial: “el que no sabe lo que siente el otro, pierde”.
  20. Trasmitir que la vida no es justa, que hay mucha complejidad, mucho desajuste, disociación, conflicto, y que hay que aprender a convivir con ello.
  21. Enseñar que la intimidad es esencial, que el respeto a uno mismo, a los demás, a la pareja es fundamental, irrenunciable.
  22. Existen herramientas psicológicas para aprender a autodominarse, para no entrar en pensamientos reiterativos, para no rumiar desde el rencor. Pero hay que enseñarlas, hay que practicar con ellas, y desde corta edad.
  23. La palanca esencial está en entender la importancia del que se compone de otra psicohistoria, de otros afectos, de otras circunstancias, de otra evolución, de otros amigos, de otros familiares, de otros proyectos, de otra subjetividad.
  24. Las acciones preventivas no han de quedarse solo en acciones de protección, sino incentivar el empoderamiento y autonomía de las mujeres para que puedan sentir y transmitir que son plenamente dueñas de sus decisiones.
  25. Es fundamental dotar a los niños de capacidad de crítica, desarrollando su identidad para no asumir y repetir todo lo que el ejemplo y el modelaje le trasmiten.
Afrontamiento:
  1. En el momento que se detecta una situación de violencia de género, hay que apoyar la nueva situación familiar que generalmente se conforma con los familiares que se hacen cargo de los menores. Garantizar que podrán seguir estudiando resulta esencial (por lo que deberán cobrar la pensión de orfandad aunque la madre no hubiera cotizado los 15 años que exige la Seguridad Social, y ello, aunque el o los menores sean adoptados por la familia extensa).
  2. La violencia contra la pareja, si no se trata es crónica.
  3. No hay espacio para la mediación. El tratamiento al verdugo y a la víctima debe ser diferenciado.
  4. Debe proporcionarse asistencia psicológica y orientación jurídica.
  5. Deben aportarse medidas que favorezcan la inserción sociolaboral; prioricen el acceso a la vivienda y garanticen las ayudas económicas, sociales y educativas.
  6. Disponer de recursos e instrumentos de socialización y de restauración de un plan de vida, para volver a recuperar su identidad como persona, y no específicamente como víctima, así como para evitar que se reproduzcan conductas de subordinación en otras relaciones.
  7. Han de aumentar los recursos asistenciales para aquellas mujeres víctimas de violencia machista que viven en el ámbito rural, donde en ocasiones resulta complicado acceder al sistema de protección.
  8. Dado lo difícil que es denunciar, la atención debe ser inmediata y desde ese momento la víctima debe ser y sentirse acompañada.
  9. Hemos de formar a quienes asumen o sufren la posición de víctimas. NO hay que dar en este caso segundas oportunidades, pues el maltratador, y no se dude, es multirreincidente.
  10. Hay que elaborar un protocolo de atención a menores en las Oficinas de Atención a la Víctima dependientes del Ministerio de Justicia, también en los Institutos de Medicina Legal. Incidir en considerar como víctimas de violencia de género a los menores expuestos a esta forma de violencia, y obviamente, en el protocolo de actuación sanitaria ante la violencia de género.
  11. Las madres de los niños asesinados o gravemente maltratados por sus parejas o exparejas habrán de ser consideradas como víctimas de la violencia de género y por tanto acreedoras de los derechos laborales, económicos, prestaciones en la Seguridad Social, apoyos psicológicos, que conlleva estar considerada víctima de dicha violencia según la Ley.
  12. Hay que optimizar la colaboración entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la Administración de Justicia y el resto de Organismos implicados. La actuación de la Justicia y de las Fuerzas de Seguridad no serán suficientes sin el concurso de los Servicios Sociales y el acompañamiento psicológico.
  13. Los huérfanos víctimas de violencia de género viven un dilatado proceso de duelo: por un lado son víctimas, huérfanos por violencia machista, pero por otro lado son hijos del homicida.
  14. Estos huérfanos víctimas de la violencia de género, un día se preguntarán si esa conducta bastarda se hereda, y algo más adelante, si deben ir a la cárcel a ver a su padre, que lo es, pero que también le privó de su madre.
  15. Obviamente tal dicotomía genera disociaciones que interfieren en el desarrollo emocional y educativo. Se precisan servicios psicológicos de apoyo y seguimiento muy especializados.
  16. Soy favorable al tratamiento del agresor para intentar evitar se reiteren esas conductas, pero partiendo de que la mejor terapia inicial es la sanción, en ocasiones la privación de libertad. Y es que solo quien sufre puede entender el sufrimiento del otro.
  17. No se niegue por principio el grave daño de las denuncias falsas. Persíganse.
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