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Solo la mitad de docentes es capaz de integrar las TIC en la enseñanza

Una diferencia de 30 puntos entre la menos preparada –Navarra– y la más avanzada, el País Vasco. El Gobierno aprueba un fondo de 2.000 millones en base al gasto en escuela pública de las comunidades para, entre otras cosas, afrontar la brecha escolar el próximo curso.
Diego FranceschMartes, 9 de junio de 2020
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© GOOD STUDIO

El paso del modelo presencial al modelo online ha hecho profundizar este curso la brecha educativa existente entre comunidades, centros y alumnos. Esta situación pone de actualidad la existencia de tres brechas y no una sola: la brecha de acceso a un ordenador con conexión a internet, la de uso (tiempo y calidad) y la brecha escolar derivada de la preparación de profesores, centros y alumnos para sacarle partido a ese tiempo de enseñanza.

El acceso a dispositivos y conexión a internet, así como la disponibilidad de espacios para estudiar son casi universales, según un estudio elaborado por Cotec. Las pequeñas diferencias se deben sobre todo a las diferencias en el nivel socioeconómico de las familias.

Respecto a las dos primeras brechas, ya hemos publicado en anteriores ocasiones los datos, basándonos en ese estudio de Cotec, según los cuales las diferencias no son demasiado significativas en el conjunto de España. Sin embargo, por mucho que los alumnos se adapten a la educación en casa, muchos centros y docentes no están preparados para esta situación.
Los centros y los docentes han hecho, en general, un esfuerzo por adaptarse a la situación de confinamiento y cierre de escuelas, pero “no todos estaban igual de preparados para hacerlo”, señala el Informe de Cotec. “Encontraremos, por tanto, capacidades distintas para proporcionar a sus estudiantes oportunidades de aprendizaje digital, individualizadas y secuenciadas, así como para dar un seguimiento eficaz a esa formación en línea”, dice el informe citado.

“Encontraremos capacidades distintas para proporcionar a sus estudiantes oportunidades de aprendizaje digital, individualizadas y secuenciadas, así como para dar un seguimiento eficaz a esa formación en línea”

“Se producirán grandes diferencias si, por ejemplo, algunas escuelas se limitan a enviar a sus alumnos materiales impresos, o bien les sugieren que visualicen vídeos, mientras otros centros adaptan la enseñanza a un formato en línea, empleando de manera creativa aplicaciones digitales, tanto para el aprendizaje colaborativo, como para dar un apoyo”, añade el informe.

La experiencia de este curso

De la experiencia de este curso se deduce que la mitad de los centros no está preparado para proporcionar una educación en línea eficaz, lo cual es importante de cara al próximo curso, cuando esta situación se puede repetir o, simplemente, se quiera introducir de aquí en adelante una enseñanza híbrida u online al margen de la situación sanitaria. El 52% de los directores considera que dispone de una plataforma digital válida para proporcionar a sus alumnos un aprendizaje a distancia eficaz. El dato español es similar a la media de la OCDE, aunque queda lejos de países como Finlandia (80%), Estados Unidos (77%) o Reino Unido (66%)

Por otro lado, la mitad de docentes carece de formación y de recursos para proporcionar una educación digital adecuada a sus alumnos. Los directores consideran que algo más de la mitad (55%) de los docentes a su cargo tiene “recursos profesionales eficaces disponibles para aprender a utilizar dispositivos digitales” y que un porcentaje similar (53%) tiene “las habilidades técnicas y pedagógicas necesarias para integrar dispositivos digitales en la enseñanza”. España queda en este apartado diez puntos porcentuales por debajo de la media en la OCDE.

La preparación de las escuelas para ofrecer formación en línea a sus alumnos muestra notables diferencias entre territorios. Existen notables diferencias entre comunidades cuando se pregunta a los directores si disponen de “una plataforma en línea de aprendizaje eficaz disponible” para sus alumnos, con diferencias de más de 30 puntos.

Igualmente, los recursos profesionales y las habilidades técnicas de los docentes para adaptarse a la enseñanza digital difieren mucho entre comunidades, de hasta 30 puntos porcentuales, igual que en el apartado anterior.

Los recursos profesionales y las habilidades técnicas de los docentes para adaptarse a la enseñanza digital difieren mucho entre comunidades

En este aspecto, los alumnos de centros públicos parten con notable desventaja frente a los de privados y concertados para la transición digital, más incluso que el nivel socioeconómico de las familias. Mientras solo el 45% de los directores de escuelas públicas percibe que sus docentes están preparados para integrar dispositivos digitales a su labor educativa, el porcentaje crece hasta el 69% en centros concertados y el 76% en los privados.

El profesorado está muy descontento con la situación vivida este curso y creen que han sido abandonados por las administraciones y se les hace culpables de la crisis educativa. De cara al próximo curso, tampoco lo ven claro. “Hay que volver al aula en septiembre, pero no a cualquier precio”, señala el director del IES “Bovalar” de Castellón, Toni Solano en su cuenta de Twitter. “Hay que asumir que el modelo actual no sirve”, dice y propone “tutorías de máximo 15 alumnos, reducción de asignaturas, al menos en Primaria y ESO, turnos a un tercio de asistencia y un modelo mixto online y presencial, además de recursos”.

De momento, y de cara a salvar la brecha escolar que se avecina, el Gobierno ha aprobado un reparto de hasta 2.000 millones de euros que se va a repartir en base a criterios representativos de gasto en Educación pública (se excluye a la concertada, por tanto), a pagar en septiembre. “La Educación es para este Gobierno una prioridad absoluta, como lo es también para el conjunto de gobiernos autonómicos. Supone, en definitiva, una garantía de que todos los niños y niñas, independientemente de la capacidad económica de su familia, tengan las mismas oportunidades”, ha dicho Pedro Sánchez.

 

El Gobierno ha aprobado un reparto de hasta 2.000 millones de euros que se va a repartir en base a criterios representativos de gasto en Educación pública (se excluye a la concertada, por tanto), a pagar en septiembre

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