Alegría ensalza el modelo de centros de Educación Especial
La ministra, Pilar Alegría, durante su visita al “Princesa de Asturias” de Mallorca. © MEFP
La visita la semana pasada de la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, a Baleares, sirvió para garantizar el mantenimiento de los centros de Educación Especial. “Nuestra idea es avanzar hacia una Educación inclusiva en la escuela ordinaria en todos los casos en que eso sea posible y conveniente”, señaló Alegría, para a continuación matizar: “Eso nunca va a comprometer el futuro de los centros de Educación Especial, que seguirán prestando su valiosa e indispensable labor mientras siga siendo necesaria”.
La ministra ha asegurado que la posibilidad de que los centros de Educación Especial desaparecieran, como se planteó durante la tramitación de la Lomloe, con manifestaciones en contra incluidas, nunca ha estado sobre la mesa. En una entrevista de la periodista de El periódico de Cataluña Olga Pereda reconocía que este fue el asunto que le causó mayor “desazón personal” de todo el debate en torno a la ley Celaá. “No hay ni una sola línea dentro de la Lomloe que plantee cerrar esos centros”, proclama en esa misma entrevista, al tiempo que subraya que siempre se contará con la participación de las familias.
Por ello ha sido especialmente significativa su visita a dos centros de Educación Especial en la isla de Mallorca, el “Son Ferriol” y el “Princesa de Asturias”, en compañía de la presidenta del Gobierno balear, Francisca Armengol, y el consejero de Educación y Formación Profesional, Martí March.
Desde allí aprovechó para ensalzar el “conocimiento” con que estos centros pueden “ayudar a los centros ordinarios a lograr la Educación inclusiva”.
Precisamente en esta línea de avanzar hacia la inclusión, la ministra ha anunciado un nuevo programa de cooperación territorial, con 43 millones de euros en 2022. La inversión irá dirigida tanto a los centros ordinarios como a los centros de Educación Especial –como el “Son Ferriol”, que abrió sus puertas en el año 2000 y acoge en la actualidad a 78 alumnos de Educación Especial Básica y Transición a la Vida Adulta, y el “Princesa de Asturias”, que ofrece atención integral a personas con síndrome de Down y Trastorno del Espectro Autista, con 121 estudiantes matriculados–.
Con ella se busca mejorar la accesibilidad, con más perfiles profesionales especializados, una mejor orientación familiar y atención temprana y facilitar que “todas las familias que quieran escolarizar a sus hijos en centros ordinarios puedan hacerlo”, en línea con las recomendaciones de las instituciones internacionales.
En su disposición adicional cuarta, la Lomloe recoge que “Las Administraciones educativas velarán para que las decisiones de escolarización garanticen la respuesta más adecuada a las necesidades específicas de cada alumno o alumna”, así como un plan a 10 años para que “los centros ordinarios cuenten con los recursos necesarios para poder atender en las mejores condiciones al alumnado con discapacidad”. Al tiempo, añade, “continuarán prestando el apoyo necesario a los centros de Educación Especial para que estos, además de escolarizar a los alumnos y alumnas que requieran una atención muy especializada, desempeñen la función de centros de referencia y apoyo para los centros ordinarios.
En España unos 730.100 alumnos y alumnas recibieron apoyo educativo en el curso 2019-20 (en torno a un 9,2% del total); el 30% por necesidades derivadas de trastornos graves o discapacidad. Según los últimos datos del Ministerio de Educación, el 83% de ellos se encuentran escolarizados en centros ordinarios. Este porcentaje varía mucho según las comunidades autónomas, con Galicia y Navarra rondando el 90% y la Comunidad Valenciana por debajo del 70%. En Baleares, el 84,4% del alumnado está escolarizado en centros ordinarios.
