¿De qué hablamos cuando hablamos de terrorismo?

Llevo años leyendo sobre terrorismo global y, cuanto más investigo, más compleja se vuelve la tarea de sacar conclusiones sin encontrarme con más dudas.

Soy una de esas pocas personas civiles en el mundo que ha tomado café, en numerosas ocasiones, con miembros de Al Qaeda en Damasco. Soy una de esas pocas personas que ha tenido un momento de tensión con un miembro de la Camorra (una de tantas de mafias que existen en Italia) llamado Genny Fenny en Nápoles. Soy una de esas pocas personas que en otra ocasión ha estado con un miembro de los Yamaguchi-gumi (mafia japonesa) en un bar de Tokio, en el distrito de Roppongi, hablando sobre su vida y sus turbios negocios. Soy una de esas pocas personas… amenazada por la extrema izquierda infinidad de veces.

Quiero decir con todo ello: no es que simplemente lea para entender qué sucede para que una sujeto decida convertirse en un terrorista religioso, ideológico o económico, sino que a su vez viajo al epicentro del conflicto conociendo, de este modo, literalmente a sus protagonistas.

Recientemente he realizado una performance en Belfast llamada NO good NO queen, junto a la artista Julia Martínez, y en los dos años que llevo investigando sobre el grupo terrorista IRA se enturbia todo lo que conozco una vez estando en Belfast.

¿Los terroristas conocen el amor? Es algo difícil de cuantificar, ya que tienen hijos, amigos, padres y hermanos, un entorno en el que el criminal en cuestión no supone un aparente peligro para ese determinado grupo. Los he visto llorar al hablar de sus hijos, pero seguidamente, cuando expresan que su militancia es por una “lucha” determinada, el odio se manifiesta en un ejercicio que no deja espacio para el perdón y el debate.

Pero todo esto se disipa cuando hablas con las víctimas de estos criminales, ya que el amor selectivo de los terroristas se basa en una cuestión tribal y no compasiva con todo lo que no corresponda a sus ideas.

Básicamente, lo que vengo a decir es que no busques poesía cruda en sus acciones, justifiques sus ataques criminales por encontrase en un contexto puntual; muchos de los que han nacido en estos lugares hostiles decidieron no ser parte de esta trama: ellos sí son mis héroes, ellos sí son el ejemplo.