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¿Qué hay de nuevo en PISA?

Martes, 17 de diciembre de 2013
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El pasado 3 de diciembre se presentaron los resultados de PISA, que cada tres años evalúa los conocimientos y destrezas adquiridos por alumnos de 15 años en Matemáticas, Lectura y Ciencias. En cada edición, PISA analiza una de las áreas de conocimiento con mayor grado de exhaustividad y precisión. El PISA 2012 se ha centrado en el área de Matemáticas, de modo que dos terceras partes (66%) del examen (una hora y 20 minutos) se dedicaron a Matemáticas, 20 minutos a Lectura y otros 20 minutos a Ciencias. La evaluación más profunda de las Matemáticas en PISA 2012 permite que se proporcionen resultados para cuatro dominios de esta competencia: cantidad; cambio y relaciones; espacio y forma; e incertidumbre y datos. Esta prueba internacional ha examinado a 510.000 alumnos de 65 países. En España se ha evaluado a 25.313 alumnos de 15 años. Es una prueba que tuvo lugar en los meses de abril y mayo de 2012.

I. Conclusiones Generales
La visión global de los resultados en España de la evaluación PISA 2012 muestra que el rendimiento académico de los estudiantes españoles en las tres áreas evaluadas permanece estancado en relación con las anteriores ediciones. El resultado global del rendimiento académico en España sigue situado significativamente por debajo del promedio de la OCDE en las tres áreas examinadas: Matemáticas, Lectura y Ciencias. La puntuación que alcanza España en Matemáticas es de 484 puntos, significativamente inferior al promedio de la OCDE de 494 puntos y prácticamente al mismo nivel que los 485 que alcanzó nuestro país en 2003, la última vez en la que PISA se centró en Matemáticas. Entre los 34 países miembros de la OCDE ordenados por su puntuación en Matemáticas, España ocupa el puesto 25, aunque se puede afirmar que se encuentra en una posición entre el puesto 23 y el 27 con un nivel de confianza del 95%. España continúa teniendo un problema de falta de alumnos excelentes, como ya habían indicado los estudios de PISA y otros como Timss y Pirls. Apenas el 8% de alumnos españoles se ubica en los niveles altos (5 y 6) de rendimiento en Matemáticas, lo que supone un 5% menos que el promedio de la OCDE. En el extremo opuesto, el 24% de los alumnos españoles se encuentra en los niveles inferiores de rendimiento en Matemáticas (niveles 1 y <1), similar a la proporción de estudiantes que no alcanzan el nivel básico en Matemáticas en la OCDE (de un 23%).

La OCDE emplea como principal medida de equidad el porcentaje que el índice socioeconómico explica de las diferencias entre los resultados de unos alumnos y otros. Es decir, la medida en la que unos estudiantes alcanzan mejores resultados que otros por provenir de entornos socioeconómicos más favorables. Mayor asociación entre índice socioeconómico y rendimiento académico implica menor equidad, porque los resultados de los alumnos dependen más de su entorno. En España este porcentaje es del 15,8% por el 14,6% del promedio de la OCDE. No es una diferencia significativa en términos estadísticos. El problema radica en que esa proporción en España era del 12,6% en 2003, la última vez en la que Matemáticas fueron el área central de análisis de PISA y que constituye la comparación más apropiada. Además el sistema educativo español en 2003 (también en 2006 y 2009) era más equitativo que el de la OCDE, mientras que en 2012 ya no lo es. Hay otras medidas de equidad, menos importantes pero que también proporcionan información, en las que España obtiene mejores resultados. La mayor parte de la variabilidad de los resultados de los alumnos españoles está asociada a sus características individuales y no a las características institucionales de los centros. El sistema educativo español es más homogéneo, en este sentido, que el conjunto de la OCDE, puesto que en los centros educativos de nuestro país conviven alumnos de alto, medio y bajo rendimiento, algo que no ocurre con la misma intensidad en el resto de países.

II. Factores asociados al aprendizaje de los alumnos
La autonomía de los centros aparece señalada, una vez más, como uno de los factores que contribuye a mejorar el aprendizaje de los alumnos, pues permite a los centros amoldar su oferta educativa a los intereses de la comunidad educativa a la que sirven. Pues bien, la autonomía de los centros escolares, especialmente en cuanto a las decisiones sobre los contenidos, sigue siendo mucho más baja en España que en el promedio de los países de la OCDE. Solamente el 58% de los estudiantes asiste a centros que tengan algún papel en la decisión sobre su oferta de cursos frente al 82% de promedio en los países de la OCDE.

En cuanto a los mecanismos de rendición de cuentas, se observa una clara tendencia hacia el uso de los resultados académicos para comparar los centros educativos con la media nacional o regional en la OCDE, una tendencia a la que hasta ahora había escapado España. En la OCDE el 45 por ciento de los alumnos asiste a centros que hacen públicos sus resultados, mientras que en España esa cifra se reduce a un 13%. La autonomía de los centros en la gestión de recursos en combinación con los mecanismos de rendición de cuentas aumenta el rendimiento educativo.

En España, los estudiantes que iniciaron su escolarización en Educación Infantil logran una puntuación 57 puntos superior en comparación con los que lo hicieron en Educación Primaria, siendo esta diferencia significativa. Esta ventaja permanece muy elevada incluso al descontar el índice socioeconómico y cultural (40 puntos). Los alumnos que no participaron en la Educación Infantil son 1,86 veces más propensos a obtener resultados de los niveles más bajos de rendimiento. Un alumno de entorno socioeconómico bajo que asiste a Educación Infantil obtiene los mismos resultados que un alumno de entorno favorecido que no asiste a Educación Infantil. Finalmente, la Educación Infantil disminuye la probabilidad de repetir curso en Educación Primaria y en Educación Secundaria.

Una parte importante de los estudiantes españoles que ha repetido curso aprueba el examen PISA 2012. El 23% de los que han repetido un curso logra buenos niveles de rendimiento en PISA, de lo que cabría inferir que quizá algunos de ellos no tendrían que haber repetido.

En España, el 28% de los alumnos declara haber faltado uno o más días de clase sin justificar en las dos semanas previas a la evaluación. En la OCDE este porcentaje es significativamente inferior (un 15%). Los alumnos escolarizados en los centros con una alta proporción de estudiantes que faltan a alguna clase (absentismo escolar no justificado) tienden a obtener un peor rendimiento, lo que señala que un buen clima de disciplina favorece un mejor aprendizaje a todos los alumnos. En PISA 2012 su rendimiento empeora considerablemente respecto a PISA 2003. En PISA 2003 el alumnado que acudía a centros donde más del 25% del alumnado llegaba con retraso a clase obtuvieron 18 puntos menos en Matemáticas. En PISA 2012 esta diferencia ha ascendido a 26 puntos.

III. Conclusión
Los resultados de PISA muestran que España se ha quedado estancada en una puntuación similar a la que ya tenía en ediciones anteriores. La importancia de esta prueba internacional, en todo caso, no se limita a ofrecer información sobre el grado de aprendizaje de los alumnos españoles en comparación a los de otros países. El valor añadido de PISA se encuentra también en aportar evidencia sobre las políticas educativas que más contribuyen a mejorar el aprendizaje de los alumnos. Los análisis de la OCDE señalan que la autonomía de los centros ligada a la existencia de pruebas externas y estandarizadas en una herramienta que ha dado muy buenos resultados en los países más desarrollados. Uno de ellos es Polonia. En el año 2000 este país se encontraba al mismo nivel que España. Desde entonces no ha dejado de mejorar la calidad de su Educación hasta situarse entre los primeros en las tres competencias evaluadas: Lectura, Matemáticas y Ciencias. En definitiva, la publicación de PISA y los informes de la OCDE y el INEE (disponibles en http://www. mecd.gob.es/inee/Ultimos_ informes/PISA-2012.html) deben ser el inicio de una serie de análisis sobre las medidas que favorecen que nuestros alumnos aprendan más y mejor, objetivo que compartimos todos.

Ismael Sanz es director del Instituto Nacional de Evaluación Educativa

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