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Paro y fracaso escolar: la economía ya paga la factura de la Educación

Con la crisis ha llegado el paro, sobre todo entre los jóvenes (35,1%) y más aún entre los varones que entre las mujeres, un fenómeno nuevo. Esto suele explicarse en clave económica. Por primera vez ofrecemos la relación entre los malos datos económicos y el nivel de formación de los jóvenes. El fracaso escolar nos pasa la factura.
José M. LacasaMartes, 9 de junio de 2009
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La crisis ha disparado el paro, sobre todo el paro juvenil. Es algo que ocurre en todos los países, sí, pero en España parece cebarse con especial intensidad: en marzo de este año, según datos de Eurostat, España ya era el país de la zona euro con más paro, tanto general (17,3% frente a un 8,9% en la eurozona) como entre la población joven (35,1% en España por un 18,1% en Europa). Estos datos corresponden al paro armonizado de marzo de 2009, calculado por el servicio de estadística de la Unión Europea.

En España, además, está ocurriendo otro fenómeno que no se había dado a menudo en nuestro país: el paro masculino crece más que el femenino, de manera que, según datos del Ministerio de Trabajo, por primera vez ya hay más paro masculino que femenino.

Naturalmente, el análisis de estos datos de paro se suele hacer en clave económica: nuestro modelo productivo es más sensible que el de otros países, la construcción deja más paro masculino que femenino, los inmigrantes… Ni por asomo, más que de una manera generalista, aparecen los datos educativos por medio. Y eso que, curiosamente, nuestro país es el tercero por la cola en cuanto a resultados educativos, y donde la diferencia entre fracaso masculino y femenino es más abultada. Pues ni por esas.

Cierto que el análisis de los datos de paro europeos, comparados con los educativos, no deja percibir ninguna relación: en nuestro continente conviven países con modelos productivos muy distintos, que se ven afectados muy desigualmente por los datos educativos.

El problema es que algunos datos apuntan que en España nuestro modelo productivo es bastante sensible al nivel de formación de la población, sobre todo de la población joven.

Esto no era así hace tan solo dos años: montones de estudios y artículos dan fe de como, en tiempo de bonanza, la queja fundamental era que apenas compensaba estudiar en España, pues ni se ganaba más dinero ni se estaba más protegido del paro con un mayor nivel de estudios. Aunque también es cierto que tales estudios pecaban de cortoplacismo: si uno se fijaba en los recién licenciados, tal conclusión parecía cierta, pero si se tomaban datos de universitarios con unos pocos años de experiencia, ya era más difícil defender esa tesis.

Y llega la crisis
Eran los tiempos de bonanza económica. Pero, en cuanto llega la crisis, todo cambia: como es sabido, el paro se dispara a medida que avanza la crisis. Pero, esto es menos sabido, no afecta a todos por igual.





Como puede comprobarse en las tablas y gráficos que llenan la página, el paro aumenta en España de forma vertiginosa entre los que tienen menos titulación, mientras que tiene aumentos más razonables entre aquella población que tiene un título universitario.

Por ejemplo, entre los jóvenes entre 20 y 24 años el paro entre los universitarios pasó del 9,3% al 11,6% entre el primer trimestre de 2007 y el primer trimestre de 2009. Pero entre los alumnos que no han obtenido el título de Secundaria superior, el paro pasó del 12,7% en 2007 al 29,5% en 2009. Tres puntos de diferencia antes de la crisis, 18 tras la crisis. No es de extrañar que la Unión Europea lleve casi una década avisando de que aquellos alumnos que no obtengan el título de Secundaria superior (Bachillerato o Formación Profesional de Grado Medio en nuestro país) estarán en situación de “grave riesgo social”. En España, desde luego, han sido los primeros en engrosar las listas del paro.



Aunque a medida que se cumplen años y se gana experiencia y seguridad en el empleo menores son las cifras de paro, la protección más fuerte frente al desempleo sigue siendo el nivel educativo. Entre los 25 y los 34 años la diferencia entre el nivel de paro de los que abandonaron los estudios antes de obtener el título de Secundaria superior es superior a los 13 puntos. En el artículo se ha elegido la categoría de abandono educativo temprano, es decir, a los que no obtienen el título de Bachillerato o de FPGM por dos razones: porque es el fracaso escolar europeo y porque la EPA subestima el fracaso que hay en España.

Es preocupante que, incluso entre los 30 y los 34 años, aquella porción de la sociedad que está por debajo de la Secundaria superior esté aún en situación de riesgo social o, en otras palabras, de irse al paro: el desempleo entre los que no obtuvieron el título de Secundaria superior pasó del 9% en 2007 al 22,5% en 2009, mientras que entre los que sólo obtuvieron Secundaria superior pasó del 6,7% al 13,3%. Entre los universitarios, aún menos paro: pasaron del 5,3% al 8,5%.



Y se preguntará usted: pero, ¿la causa no puede ser la construcción o la inmigración? El que haya subido más el de hombres, así parece indicarlo. Sin embargo, si se descuentan tales factores, las diferencias se reducen unos pocos puntos, pero siguen siendo muy elevadas. Por ejemplo, eliminando al sector de la construcción, la diferencia de tasa de paro entre los del grupo de abandono temprano y los universitarios se reduce del 17,9% al 16,5 en 2009.

Más pruebas
Por si no hay bastantes indicios sobre la relación entre el paro desbocado y el fracaso del sistema educativo en la última década, queda un último análisis: lo que está ocurriendo en las comunidades autónomas. Como se puede ver en el primer gráfico, existe una correlación elevada y significativa entre el nivel de paro juvenil por comunidades autónomas y el fracaso escolar medio en el lustro 2002-06 en España. Correlación que era inexistente en 2007, es decir, antes que la crisis.



Es más, los datos sugieren que la relación no es exactamente lineal, sino parabólica, lo que, en otras palabras, significa que en las comunidades con un fracaso bajo el crecimiento del paro se debe a factores estructurales no tan dependientes del nivel de estudios, mientras que en las comunidades con un mayor fracaso escolar el factor educativo podría estar disparando el paro más allá de lo esperable. Esta situación sería más evidente en Canarias, Andalucía y Extremadura, y se estaría dando menos en el Levante español: Baleares, C. Valenciana y Murcia.

En conclusión, no está nada claro que el elevado paro español se pueda explicar sólo por razones exclusivamente económicas, sino que habría que trabajar también con un ojo puesto en los datos educativos.



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