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Cariño, ejemplo y perseverancia, claves para educar mejor

Pablo RoviraMartes, 7 de mayo de 2013
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Un momento del congreso de Fapace.

Educar desde el cariño, el ejemplo y la persistencia – “la comunicación con un adolescente comienza con el primer biberón”– son las claves que los expertos que participaron en el 36º Congreso de Fapace propusieron a las familias participantes. Alrededor de 1.300 padres y madres de alumnos participaron en el 36º Congreso de asociaciones de padres de los colegios de Fomento celebrado en Valencia durante los días 26 y 27 de abril. El congreso, bajo el lema Desafíos y retos educativos actuales, reivindicó la implicación de la familia como “clave” para el éxito escolar.

Durante el congreso, los colegios “Vilavella” y “El Vedat” acogieron distintos talleres con expertos donde se abordaron cuestiones como la afectividad, la solidaridad y la sobriedad, siempre en clave de fomentar la tarea educadora de las familias y el fortalecimiento de su relación con el centro educativo para aumentar las posibilidades del éxito escolar del alumnado.

En dicho contexto, los expertos ofrecieron siete factores “para educar mejor a los hijos”. Estas son las propuestas realizadas por Fapace:
n Ejemplo y cariño: Para educar a los hijos, cuida primero tu Educación. Si cultivas tu crecimiento personal podrás ayudarles mejor. Eres su referencia, y el ejemplo es lo más eficaz. O influyes tú o lo harán otros. No hay ambientes neutros. Sé siempre positivo. Destaca lo bueno cuando corrijas lo malo. Puedes conseguir y mantener la autoridad combinando la razón y el cariño. Tu afecto es la base que da a los hijos la seguridad necesaria para asumir los “riesgos” que implica su crecimiento. Mantén siempre un tono de educación y respeto. El aprecio por uno mismo lleva al aprecio de los demás.

n Autoestima: Todos tenemos algo bueno. Poténcialo. Para poder relacionarse bien con los demás, primero en la familia, y después en el colegio, es necesario que los hijos tengan una buena autoestima, es decir, que se conozcan, se acepten (superándose) y se quieran, tal y como son. Así podrán también aceptar y ayudar a los demás. Al mismo tiempo, ten en cuenta que la sobreprotección dificulta el desarrollo y la maduración afectiva de tus hijos.

n Límites y seguridad: Atrévete a decir lo que está bien o está mal. Los hijos necesitan que les pongas límites. Eso les da seguridad. Cuéntales tus experiencias: aciertos y errores. Recuerda que la perfección es enemiga de lo bueno. Acompáñales en el ejercicio de su libertad para que puedan tomar sus propias decisiones y asumir las consecuencias.

n Orden: Enséñales a ser dueños de su tiempo, para emplearlo con libertad. Por ello es aconsejable que pactes con ellos un horario que les ayude a planificar y organizar su actividad, también en el uso de dispositivos electrónicos e internet. Esto les facilitará el orden en otros ámbitos, en su habitación, en casa, el colegio…

n Expectativas y comunicación: Confía en tus hijos. No los veas como son, sino como lo que pueden llegar a ser. Tus altas expectativas, siendo objetivas, les ayudan a mejorar, porque perciben de forma positiva lo que se espera de ellos. La comunicación familia-escuela y tu implicación en el colegio les transmite que la educación es importante. Aprende a hablar con tus hijos, desde pequeños. La comunicación con un adolescente empieza con el primer biberón. Ponte al día, acepta el reto tecnológico, porque facilitará el diálogo sobre los temas que les interesan.

n Consumo responsable: Ayúdales a descubrir el valor de lo que no se compra con dinero. Desde pequeños, enséñales a valorar las cosas, a saber lo que es necesario y lo que no lo es. Esto les preparará para aceptar las carencias y superar las inevitables frustraciones del día a día. Es bueno que aprendan a esperar, a tener paciencia. No les des todo lo que piden y en cualquier momento.

n Solidaridad: La familia es el primer lugar donde aprender a estar pendientes de los demás. La solidaridad se debe vivir luego en la escuela, con los propios compañeros, y después fuera de ella. Ten en cuenta que la adolescencia es el momento idóneo para promover competencias sociales y solidarias. Ayúdales a alcanzar estos objetivos y valora esas habilidades, capacidades y virtudes sociales, ya que contribuirás al desarrollo de sus competencias en el ámbito personal o profesional.

En todos los talleres celebrados durante el congreso de Fapace, los expertos participantes coincidieron en señalar que “estas pautas son más eficaces cuando las viven los propios educadores: los padres y los profesores”.

Estos expertos que participaron en las sesiones fueron: Concepción Naval, Paloma de Cendra, Fernando Trullols, Adrián Cano, Micaela Menárguez, Jesús Villena, Higinio Marín y María Vázquez.

Estos expertos destacaron el papel de las familias como principal agente educador y la necesidad de incidir en mejorar la relación con la escuela para compartir valores con los que educar a los hijos y alumnos, según el caso.

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