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Víctimas de abusos en los Maristas piden al Papa que los investigue y condene

El padre que destapó los abusos sexuales cometidos en los Maristas de Sants-Les Corts de Barcelona por el pederasta confeso Joaquim Benítez ha enviado una carta al Papa Francisco en la que le pide que cree una comisión de investigación, impulse una condena pública y que esta orden religiosa se disculpe.
RedacciónViernes, 11 de marzo de 2016
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En la carta, a la que ha tenido acceso Efe, Manuel B. relata al Papa los abusos sufridos por su hijo y denuncia la "opacidad, reserva, medias verdades o incluso mentiras" con las que ha actuado la dirección del centro de los Maristas de Sants-Les Corts ante el alud de casos que han empezado a salir a la luz después de que su hijo denunciara a Benítez ante los Mossos d'Esquadra.

La policía catalana ha recibido en las últimas semanas una treintena de denuncias por abusos sexuales cometidos supuestamente por al menos ocho profesores y monitores de los Maristas, lo que por el momento se ha traducido en tres causas judiciales abiertas contra el propio Joaquim Benítez, un subdirector que ha sido apartado del centro de Sants-Les Corts y un monitor que fue detenido en diciembre. "La sociedad pide respuestas de Su Santidad y creo que tiene que haber una respuesta contundente al daño realizado y a la ocultación del delito", remarca el padre en la misiva, en la que solicita al Papa que impulse una comisión de investigación y una denuncia pública de rechazo a cualquier delito sexual a los menores y adolescentes por parte de los Maristas. "Ni las víctimas ni sus familiares, que también sufren, podemos entender cómo se pueden ocultar unos hechos que hacen tanto daño. ¿Por qué tras tantos avisos de padres los Maristas no actuaron?", pregunta el padre en la carta que hoy ha enviado al Vaticano.

También le solicita al Papa Francisco que los Maristas pidan perdón a las víctimas, que dimitan de su cargo las personas que han ocultado los delitos de abusos en los colegios de esta orden, que haya reparación para todas las víctimas "sin excepción" y que digan "de una vez por todas la verdad y dejen de hacer padecer tanto a las víctimas como a sus familias".

En la carta, Manuel B. recuerda que desde que se destapó el caso de su hijo un total de 58 exalumnos se han puesto en contacto con él para explicarle que también habían sido víctimas de abusos –aunque no todos ellos han denunciado ante la policía–, la mayoría en los Maristas de Sants-Les Corts, pero también en otros centros de la orden, como el de la "Inmaculada Concepción" de Barcelona y Girona, así como en Badalona, Sabadell y Mataró (Barcelona).

Sobre el caso de su hijo, en la carta le detalla al Papa que cuando en diciembre de 2013 acudieron al colegio para avisar de los abusos sufridos, la entonces directora, Montse Carrascal, les dijo que Benítez ya no estaba en el colegio porque le habían apartado por otro caso de abusos en 2011.

El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, ha acusado públicamente a la dirección de los Maristas de ocultar el caso de 2011, ya que aunque finalmente la familia afectada decidió no denunciar los abusos ante la justicia, el colegio optó por acordar con Benítez que abandonara el centro, pero no avisó a la Generalitat de este episodio de abusos.

Según detalla Manuel B. en la carta dirigida al Papa, el padre de un alumno se presentó en 2011 ante la dirección del centro para denunciar los abusos sufridos por su hijo, por lo que se reunió con el tutor de la víctima, la jefa de Estudios, el director del centro y el propio Benítez. El director le preguntó a Benítez si eran ciertos los abusos y el profesor de gimnasia rompió a llorar y los admitió, según relata el padre en la carta enviada al Papa, si bien ninguno de los responsables del centro puso la confesión en conocimiento de las autoridades. De hecho, familiares de otras supuestas víctimas en los Maristas también han acusado a la dirección del centro de disuadirles de denunciar los abusos sexuales cometidos por profesores del centro.

En la misiva, Manuel B. resalta también que el pasado 29 de febrero fue recibido por el vicario provincial de Barcelona, Santiago Bueno, que le dijo que el Arzobispado no podía hacer nada en relación con las denuncias de abusos en los Maristas porque esta orden no está bajo su control.

También pone en conocimiento del Papa que, después de denunciar el caso de su hijo a principios de este año, la dirección de los Maristas les ofreció ayuda psicológica y apoyo jurídico, lo que afirma que no se ha concretado. "Nos dieron un portazo en la cara", lamenta el padre, que también niega que los Maristas se hayan puesto en contacto con las víctimas.

Por su parte, la Federación de AMPA de los colegios Maristas de Cataluña ha defendido "la calidad educativa y los valores de las escuelas y centros Maristas", así como su compromiso y "tarea para erradicar todo tipo de abusos en cualquier ámbito social". Los padres y madres de los alumnos se han solidarizado con "la profesionalidad, dedicación y compromiso de los equipos educativos de los diferentes centros".

En un comunicado, las AMPA han "rechazado y condenado, conjuntamente con toda la comunidad educativa de los centros Maristas, cualquier abuso y vulneración de los derechos de los niños y reafirmamos nuestra voluntad de seguir colaborando con todos los profesionales, responsables y equipos educativos de los centros Maristas de Cataluña en la tarea para erradicar todo tipo de abusos en cualquier ámbito social".

"Lamentamos profundamente que se haya cuestionado la firme actitud y el compromiso de las escuelas Maristas de Cataluña en la prevención, denuncia y erradicación de los abusos a los niños en cualquiera de sus formas, y recordamos a la sociedad que éste es un problema en el que nos debemos sentir todos implicados", añaden los padres de alumnos. También rechazan "cualquier intento de convertir en un espectáculo un problema social contra el que nos consta que desde hace tiempo los centros Maristas han dedicado y se dedican muchos recursos y esfuerzos".

En su comunicado, la federación de AMPA reafirman "nuestro afecto, comprensión y apoyo a las víctimas y sus familias". "Al mismo tiempo –añaden–, no compartimos aquellas actitudes que han limitado la defensa de los diferentes posibles casos solo en el ámbito de los medios de comunicación, haciendo sentirse excluida a la propia comunidad educativa y cuestionados sus recursos y disponibilidad". "Invitamos a todos a canalizar las quejas y denuncias a través de las vías adecuadas para que la comunidad educativa y la justicia puedan dar una respuesta adecuada a cada situación", concluye la nota.

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