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Carta a Ursula von der Leyen (I)

Manuel Carmona
Profesor universitario
4 de mayo de 2020
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Sra. von der Leyen me dirijo a Usted como europeo, español y occidental que le traslada la preocupación de millones de conciudadanos de la Unión Europea tras la pandemia del Covid-19 a la que aún deberemos terminar de vencer con la vacuna pertinente, pero también aplicando medidas económicas de inversión inteligentes, coherentes y que respeten a todos los colectivos públicos y privados que somos la mayoría.

Se comprometió Usted el pasado 25 de marzo a no olvidarse de España ni de los españoles por los esfuerzos que hemos hecho para pagar las deudas irresponsables que corruptos y gente que quisieron vivir por encima de sus posibilidades acumularon antes de 2008. Ha llegado la hora de que su Señoría y todas las instituciones comunitarias competentes demuestren con hechos irrefutables e inequívocos que eso será así. En nombre propio y de esos millones de conciudadanos europeos pedimos que cada € de la UE que se invierta sea auditado con pulcritud, altura y profundidad de miras. Recordemos que en la debacle de países como Grecia desde 2008, que entró en el euro cuando no debió de hacerlo porque sus gobiernos falsearon las cuentas, las instituciones europeas de entonces fueron corresponsables por no haber cotejado bien esas cuentas. Podría poner otros ejemplos de otros países.

Que no se desperdicie ni un céntimo de euro, pero que tampoco se regatee ni un céntimo para financiar: la Educación en todas sus etapas como merece; la Sanidad, la Asistencia Sanitaria y la necesaria Investigación Científica como no se ha hecho desde 2008 a 2019; los Servicios Sociales como tampoco se hizo durante ese periodo. Y, por supuesto, es clave dotar de financiación a todas las pymes, cooperativas y grandes empresas que vienen demostrando, por un lado, que son viables desde hace tiempo. Y, por otro, que están comprometidas con mantener los puestos de trabajo y volver a reflotar la economía nacional, europea e internacional.

Que no se desperdicie ni un céntimo de euro, pero que tampoco se regatee ni un céntimo para financiar: la Educación en todas sus etapas como merece

Esa es su corresponsabilidad y la de todos los comisarios de la UE, también la de los Jefes de Estado y del Banco Central Europeo. Durante mis cursos de Doctorado en el Instituto Universitario Ortega y Gasset en el curso 1998-99, tuve que realizar junto a una compañera licenciada en Administración de Empresas un trabajo de investigación sobre la evolución de las economías de España y de los entonces países de la C.E.E. entre 1950 y 1969. Ella se encargó más de la parte econométrica del estudio. Yo, de la parte social e histórica. Pudimos comprobar a partir de los modelos matemáticos de los prestigiosos investigadores Mankiw, Romer y Weil, que durante esos 20 años las economías crecieron de manera sostenida con sus altos y bajos a pesar de haberse desencadenado la Guerra Civil en España con su posterior dictadura, y la locura de la Segunda Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Fría.

La realidad y las circunstancias actuales son muchísimo mejores, pero es imprescindible practicar una mirada sabia, generosa, responsable y comprometida por parte de la UE. Es su corresponsabilidad histórica y de todo el Colegio de Comisarios lo que está en juego. Aquí y ahora, a partir de ya, no valen las creencias de mirar en clave nacional -menos aún con actitud nacionalista ni cantonalista-. Ha llegado la hora de cooperar y de implicarnos como europeos, iberoamericanos y occidentales, con independencia de si hemos nacido en Sevilla o Berlín, o vivimos en Lisboa o en Roma.

Antes de despedirme de su Señoría y emplazarla para dentro de una semana, le recomiendo sacar conclusiones de esta conferencia del Dr. Sergio Aguilar-Gaxiola, profesor investigador experto en Salud Pública, que junto a todo su equipo de la Universidad de California Davis (UC Davis), realizó un extraordinario estudio para comprobar las causas por las que la mayoría de la población hispana en los Estados Unidos está viviendo más que la autóctona. Resumiendo, y le emplazo a ver el video de la conferencia del Dr. Aguilar-Gaxiola, se debe a estas circunstancias: hay mayor apoyo familiar en las comunidades hispánicas. Las relaciones interpersonales, sobre todo, de amistades son más proclives a compartir cariño (inteligencia emocional y desahogos de preocupaciones). Practican más deporte al aire libre y de forma colectiva lo que mejora también sus relaciones sociales que son más fuertes. Comparten en sus conversaciones historias de vida, lo que previene el desarrollo de enfermedades neurológicas. A pesar de tener peores empleos desde un punto de vista de salarios y de ser más duros físicamente, eso les permite tener una mejor condición física. Y, por último, se alimentan de forma más sana, y consumen menos alcohol y tabaco.

Para terminar les diré a Usted y al Colegio de Comisarios una realidad histórica que escuché a mi abuelo y a mi padre -mayoristas de pescados y mariscos-: entre los años de la posguerra española y hasta finales de los años 60, las clases populares en España consumían más pescado azul por dos motivos: era más barato y más rico. Extraigan Ustedes las lecciones de vida histórica que ello encierra, sobre todo que lo haga el despótico gobierno holandés actual, país paraíso fiscal.

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