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Escuela Covid-19: El cambio de paradigma tecnológico

Fernando Boillos
Periodista y profesor
19 de mayo de 2020
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© STOCKGIU

La pandemia mundial ha puesto un jaque al sistema educativo y aunque los docentes escolares y universitarios han echado el resto demostrando su implicación y buen hacer con su alumnado, parece que no es suficiente.

La tecnología se ha convertido en un monstruo imparable en tiempos de Covid-19 y su potencial avanza cada vez más y lo hace a pasos agigantados. La nueva situación ha obligado a docentes, alumnos e incluso padres de familia a revisar la importancia que en la Educación tiene el uso de las tecnologías. Pero no sólo en la Educación, sino en nuestra vida cotidiana, esbozando caminos que facilitan el desarrollo y van perfeccionando nuestras actividades diarias permitiendo realizar otras que jamás habíamos pensado.

El uso de las nuevas tecnologías en el aula estimula el aprendizaje y puede dar lugar a métodos pedagógicos más efectivos y que arrojan mejores resultados. Los estudios ya advertían esta realidad, pero ha tenido que llegar una pandemia para desmontar mitos y hacernos aterrizar en una nueva realidad. Es llamativo que en un mundo en el que las aulas se llenan de nativos digitales sea tan difícil desarrollar actividades o experiencias donde las TIC y las TAC se traten de una manera crítica y plena.

Por otra parte, la tecnología ha demostrado que además de ayudar a automatizar procesos de los centros educativos no relacionados con la labor docente, nos permite focalizar nuestros esfuerzos en una mejor atención al alumnado. Entre los múltiples beneficios que nos ofrece el uso de las TIC en el aula podemos destacar:

–Potencia el interés por parte del alumno.

–Aumenta la motivación, puesto que ofrece una herramienta acorde con sus gustos, costumbres o aficiones.

–Crea un espacio digital común que fomenta la cooperación.

–Promueve el rol activo del alumno facilitando la comunicación.

–Incrementa los niveles de atención por parte del estudiante.

–Incorpora nuevas metodologías de aprendizaje en el aula.

–Favorece la alfabetización digital y audiovisual.

La tecnología debe ir de la mano de la metodología y si esto no sucede nunca nos otorgará esos beneficios que todos esperamos. Por esta razón debemos crear una pedagogía sobre la tecnología y su uso

El uso y no el abuso de la tecnología puede impactar muy positivamente en la Educación de niños y jóvenes. Claro ejemplo de ello son la movilidad de los dispositivos o la seguridad e infraestructura que ofrecen dentro y fuera del aula.

Obviamente, no todo son beneficios. También existen inconvenientes como, por ejemplo: aumento de la distracción, desarrollo de adicciones a las nuevas tecnologías, registro de Información no concreta o fiable, dependencia de los compañeros o profesores, aislamiento social, problemas físicos o visuales…

El uso de la tecnología en el aula o en el salón de casa en tiempo de coronavirus ha de ser la norma a partir de ahora. El problema aparece en el momento que la línea se desdibuja. Hoy por hoy, cada vez más docentes utilizan a diario el uso de dispositivos móviles en clase y ven en el uso de la tecnología una oportunidad para la mejora del aprendizaje de sus alumnos. Pero en ocasiones la desinformación, la falta de formación, el mal uso y el abuso de los mismos, hacen que se demonice su uso. La tecnología debe ir de la mano de la metodología y si esto no sucede nunca nos otorgará esos beneficios que todos esperamos. Por esta razón debemos crear una pedagogía sobre la tecnología, su uso e implementación en el aula.

Los dispositivos electrónicos y el software especializado nos deben ayudar a reforzar el aprendizaje y la autonomía en los alumnos. Debemos pues entender que es una herramienta a nuestro servicio para conseguir un mejor aprendizaje e incluso una motivación que nos ayude a captar el interés y potencie las ganas de investigar en el alumno. Está demostrado que el cerebro aprende mejor si conseguimos conectar con las emociones. La neurociencia nos explica que un alumno asimila más y mejor cuando se emociona y esto es justamente lo que los educadores debemos conseguir. El uso de ordenadores, internet, móviles o consolas consiguen ayudarnos a aumentar la motivación, la emoción e incluso la implicación en su propio proceso de enseñanza-aprendizaje.

El Covid-19 ha propuesto un cambio de paradigma. Ha hecho que en la actualidad los recursos e informaciones estén en abierto para todo el mundo y se produzcan de manera global. A la Educación formal e informal no le ha quedado más remedio que darse cuenta de que ahora lo necesario es animar al aprendiz a que busque lo que quiere saber y conocer. Los estudiantes se han convertido en protagonistas y creadores de su propio itinerario de aprendizaje y con las TIC, se promueve a la acción, a tocar, a conocer y a vivenciar. Cambios, cambios y más cambios… o no tanto, simplemente es necesario darse cuenta que la tecnología es una realidad y todo un reto en busca de valientes que lo acepten.

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