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“La enseñanza española fomenta muy poco la creatividad”

El método didáctico del cómic vuelve a ser la herramienta literaria que ha inspirado a la escritora Alejandra Vallejo-Nágera para elaborar su nuevo libro ‘Informática para genios con ingenio´. Un simpático ratón animado enreda a los niños en los entresijos de su ordenador.
Miércoles, 13 de diciembre de 2000
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Autor: María José LÓPEZ

—El libro que ahora sale a la luz ¿puede tener más gancho para los niños que los publicados anteriormente sobre Matemáticas o Ciencias?
—No… es una continuidad de la colección que pretende ser profundamente didáctica utilizando materias complicadas para determinadas personas, y haciendo de esta complicación algo lúdico. Este libro pretende ser básico y muy didáctico, empezando de cero y no metiéndose en la filosofía de la Informática; es un libro de ejecución, de acción.
—Además, los niños de ahora están muy ‘puestos’ en Informática..
—¿Cómo? Tan puestos que de coautora casi podría aparecer mi hija de 12 años. Aparte de Eduardo Pfitz, que es profesor de Informática y necesariamente he tenido que recurrir a él, ella me ha enseñado todo lo lúdico.
—Parece que la edad no importa para aprender cosas con este libro.
—Más aún, creo que los centros deben recomendarlo a los padres que no saben qué es un ordenador, porque es un libro tremendamente visual, intenta que la gente pierda el miedo.
—En esta ocasión te ayudas también de los dibujos de Cristina Belmonte para ilustrar los textos.
—Sí, sí. Cristina Belmonte y yo hemos formado ya un tándem y trabajamos siempre juntas. Entiende perfectamente la idea que reflejo en el texto.
—¿Qué objetivos básicos se plantea con este libro?
—Divertirse y descubrir cosas nuevas. He utilizado el ordenador asumiendo que va íntimamente ligado a Internet. Las posibilidades que ofrece la Red son hoy en día maravillosas y divertidas.
—Mucha gente piensa que los niños no leen porque no se ponen en sus manos los libros adecuados, ¿qué opina?
—No estoy de acuerdo. Ahora mismo los libros que leen nuestros hijos en el colegio son de una belleza, de una plasticidad que no había antes. Cada vez tiene menos aficionados porque leer es difícil, es un ejercicio intelectual importante y exige que el lector se esfuerce. Además, en casa se fomenta poco la lectura. Pese a la enorme oferta que hay en el mercado, los padres compran los libros estrictamente necesarios que mandan en el centro. Evidentemente, jugar con el ordenador o la playstation es más fácil. Sin embargo, leer es un ejercicio básico para la formación de la inteligencia de la persona.
—¿Cree que la lectura se fomenta lo suficiente desde el ámbito escolar?
—Los profesores lo intentan, pero muchas veces no encuentran un apoyo necesario en casa.
—La familia juega un papel fundamental ¿no es así?
—La familia es básica. Cuando no existían los ordenadores o la influencia de la TV era menor, accedíamos a la la lectura a través de los cuentos que nos contaban nuestros padres desde una edad tempranísima. A través de su entonación comprendíamos que en unas páginas en blanco manchadas con letritas negras había todo un mundo enorme de fantasía, de ilusión… y nos apetecía aprender a leer. Hoy en día, los padres tienen mucho menos tiempo para leer cuentos a sus hijos.
—Entonces, ¿se descarga la responsabilidad de animar a la lectura en los profesores?
—Una cosa es leer por placer, porque al niño le apetece, o sus padres le han leído cuentos y ve que merece la pena hacer ese esfuerzo, y otra es leer por obligación porque te lo imponen en el colegio. Entonces la actitud que uno tiene frente al libro varía absolutamente. Además aprender a leer es dificilísimo y adquirir el hábito de la lectura lo es más todavía porque exige una autodisciplina que no todos los niños tienen. Como mecanismo de autodefensa, la ley del mínimo esfuerzo es muy interesante [sonríe irónicamente].
—¿Cuál es el principal enemigo del libro?
—La TV es el enemigo número uno. Más que la informática, que aún te exige leer y una cierta destreza que te premia en función de tu habilidad.
—¿Qué opina sobre el hecho de que se haya reducido el número de horas de Música y Plástica que, junto con la lectura, ayudan a fomentar la creatividad de los chavales?
—La enseñanza española potencia muy poco la creatividad. Es una pena, porque está demostradísimo que quien triunfa en la vida no es quien mejores notas saca porque se aprende 200 páginas en media hora. Quien triunfa en la vida es quien tiene recursos y sabe sortear obstáculos. Eso te lo da la creatividad, también la formación, por supuesto, pero sobre todo la creatividad. No quiere decir que por el hecho de potenciar la creatividad durante unos años no hayamos abandonado un poco a los alumnos, que se han acostumbrado a hacer el mínimo esfuerzo. El centro debe de enseñar a autodisciplinarse, a ser responsable, a controlar tus caprichos y a reconocer que el esfuerzo genera recompensas y que la conquista conlleva un placer. La asignatura de Música es una maravilla y ofrece a nuestros hijos la opción de descubrirla en sus ratos de ocio.
De todas maneras, cargamos demasiado la responsabilidad de la Educación de nuestros hijos en el colegio, cuando la verdadera Educación está en casa. Padres y profesores tienen que trabajar en equipo para sacar a nuestros hijos adelante.
—Además se lamentan de los numerosos casos de indisciplina con que se encuentran… y encima los padres les defienden.
—Hemos de entender que los docentes están ahí para ayudar. Unos ejercen su vocación con más habilidad que otros, sí, pero si ese profesor se siente apoyado por los padres realizará su trabajo con más ilusión, entre otras cosas. Ya es significativo que el umbral de estrés profesional más alto esté en el profesorado.

 

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