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La nueva Ley de FP no será puesta en marcha hasta el curso 2002-03

La futura Ley que regulará la FP ya está casi a punto. La normativa pretende interrelacionar los tres subsistemas y entrará en vigor dentro de dos cursos.
Miércoles, 28 de febrero de 2001
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Entre las reformas que el Ministerio se ha propuesto introducir en el escenario de la Educación, la de la Formación Profesional es la que está en fase más avanzada y la que tiene una fecha concreta de puesta en marcha: será en el curso 2002-03, tal y como ha afirmado el director general de Educación, FP e Innovación Educativa, José Luis Mira. Así, desde el Ejecutivo calculan que el nuevo texto estará listo a finales de marzo, para comenzar con la tramitación parlamentaria.

No cabe duda de que, en lo que al texto se refiere, la de FP es la ley más avanzada de las que se tienen en la nevera. De hecho, salvo retoques, lo que se ha hecho es aprovechar el texto del II Plan Nacional de FP que todos los agentes sociales firmaron en 1998. Sin embargo desde el Ministerio de Educación se ha elaborado un informe del estado actual de estos estudios con la intención de que la futura normativa cumpla con su principal objetivo: formar para la empleabilidad y a lo largo de la vida.

Favorecer la movilidad de los trabajadores por Europa, acreditar a las personas la cualificación que poseen, informar sobre el mercado laboral y las ofertas formativas y establecer un marco de participación entre las administraciones autonómicas son otras de las metas que se ha marcado la nueva Formación Profesional. En este sentido toma especial relevancia la interrelación entre los tres subsistemas, FP inicial (con continuidad en el sistema educativo con salida al mundo laboral); la FP ocupacional (cursos de corta duración para parados) y la FP continua que pretende actualizar la formación de los trabajadores en activo.

Uno de los cambios más importantes que han experimentado estos estudios, y que según José Luis Mira demuestra el incremento de su prestigio social, es que se ha mejorado la oferta formativa. Hoy existen 136 titulaciones en 22 familias profesionales que abarcan todos los sectores económicos. Asimismo, la demanda de los ciclos formativos ha aumentado en dos cursos de 75.766 alumnos a 158.337 en Grado Medio y de 79.900 a 148.439 en Grado Superior.

Uno de los aspectos que hacen de estos estudios una opción atractiva es su alto grado de inserción en el mundo laboral: en el 67 por ciento de las titulaciones se obtiene un empleo a los seis meses de acabar los estudios. Aquí es donde estará el mayor reto que debe afrontar la futura Formación Profesional, y es que, como comenta José Luis Mira, “la FP es para el trabajo, no para escolarizar”. Este hecho hace imprescindible la colaboración entre el sector empresarial y el educativo. De esta manera, la orientación será una de las estrellas de la futura FP. Como afirma Mira, “la oferta debe estar sujeta a las necesidades del sistema productivo y no de la demanda de los alumnos”. Destaca en este punto el hecho de que las familias profesionales más solicitadas por los alumnos sean las que tienen menor grado de empleabilidad. Por eso, el objetivo para los próximos cursos es reorientar a los alumnos hacia las familias más exitosas en el mercado laboral “sin coartar la vocación de los estudiantes”. Así, se articulará el sistema de manera que dé respuesta a las necesidades del mercado laboral.

En el resto de Europa

Entre los datos del estudio realizado por el Ministerio de Educación habría que destacar que mientras que en la Unión Europea el 58 por ciento de los estudiantes se decanta por la FP, en España ese porcentaje sólo alcanza el 41 por ciento. Solamente Irlanda, Portugal y Grecia sostienen un porcentaje mayor de alumnos que encamina sus pasos hacia el Bachillerato. Esto demuestra que el sistema de FP español no está a la altura del resto de Europa. Se da la circunstancia de que en España, muchos titulados universitarios realizan labores propias de los técnicos de Formación Profesional.

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