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“Los itinerarios no son buena solución para el que no quiere estudiar”

Eva Almunia, consejera de Educación de Aragón: “No se aceptó la propuesta de gratuidad de los libros de texto sobre todo por los problemas de forma. Se hizo muy tarde”
Miércoles, 12 de septiembre de 2001
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Oscense de nacimiento, Eva Almunia Badía se encarga del área de Educación en el gobierno de Aragón. Aunque política, para la sustituta de la veterana María Luisa Alejos Pita lo más importante es su hija de año y medio, a la que le dedica todo su tiempo libre.

—Acaba de llegar a la Consejería como quien dice, ¿cuál es el porqué de un cambio tan accidentado?

—Mi predecesora, de forma personal, me comentó que físicamente no se encontraba del todo bien, aparte de las complicaciones propias del cargo. Todo influye.

—¿Cómo calificaría su gestión?

—¡Uf! A mí lo de calificar nunca me ha gustado, sobre todo a una mujer. Igual me resultaría más sencillo si fuera un hombre. En todo caso, sería una calificación alta, por supuesto.

—O sea, que no la califica por ser mujer. ¿Es usted partidaria de la discriminación positiva?

—Sí. Totalmente. Siempre he estado a favor de las cuotas y todo eso. Me parece bueno que las mujeres se ayuden entre sí y lleguen a los llamados “altos cargos”. Hasta ahora nunca nos ha atraído este mundo, pero parece que ahora empieza a gustarnos.

—¿Pero no le preocupa que se encumbre a mujeres incompetentes?

—¿Y no hay muchos incompetentes varones al frente de muchas cosas? Podría haber alguna. Ya me gustaría. Pero resulta que la mayoría de las mujeres resultan muy competentes.

—Volviendo a lo estrictamente educativo, la etapa Alejos Pita ha sido conflictiva…

—¿Y cuándo la Educación no lo es? Hay muchos factores: sindicatos, padres, alumnos, ayuntamientos… Yo creo que se lograron cosas absolutamente importantes.

—¿Cuáles fueron entonces sus mayores éxitos?

—El Pacto por la Educación, por ejemplo. Además, con el equipo de Alejos Pita empezaron a normalizarse muchas cosas derivadas de la asunción de competencias por parte de esta Consejería y el Gobierno de la Comunidad Autónoma de Aragón.

—¿Su nombramiento ayudará a calmar los ánimos y el clima de crispación que existe?

—Habrá que hablar. Yo soy una mujer a la que le gusta mucho hablar y llegar a acuerdos, pero también soy muy intransigente con las cosas en las que creo. Supongo que siempre tienes que perder algo de lo que piensas para lograr el acuerdo, pero también hay momentos en los que a lo mejor hay que generar algún conflicto para que eso resuelva otros problemas.

—Los docentes se quejan del agravio comparativo entre sus sueldos y los de docentes de otras CCAA…

—El equipo anterior ya inició una trayectoria de equiparación del salario de los docentes aragoneses a los del resto de trabajadores de la Comunidad Autónoma.

—¿Promete más mejoras en este sentido?

—No sé si habrá mejoras. Tendremos que negociar con los sindicatos. Pero de todas maneras ha habido un avance importante desde que tenemos las competencias de los recursos educativos. Antes, cuando eran territorio MECD, cobraban aún menos.

—En pesetas, ¿de qué subida estamos hablando exactamente?

—Unas 20.000 pesetas.

—¿Qué postura tomará ante los conciertos de las etapas no obligatorias? ¿Es partidaria?

—Eso se hace mediante convenios. Y el Gobierno optó en su día por abrir la vía de los conciertos a la Educación no obligatoria. Y seguiremos en la misma línea.

—Pero otro sector del PSOE es partidario de la extensión de la obligatoriedad de la enseñanza al segundo ciclo de Infantil, ¿estaría de acuerdo?

—Soy partidaria de la gratuidad de la enseñanza y la escolarización desde edades tempranas, porque eso significa que estas introduciendo al individuo en lo que va a ser su vida posterior.

—¿Sería posible incluso concertar el Bachillerato?

—Ahora no podría responder esta cuestión. Estamos en la fase inicial, se estudiará.

—¿Qué pasó con el programa de gratuidad de los libros de texto?

—El problema que más pesa sobre la mesa en este sentido es quizá la forma en la que se hizo. La mayor parte de las críticas fueron porque se presentó a final de curso, los directores tienen que dar una serie de normas muy precisas a los padres, etc.

—¿Cuáles son los objetivos en esta nueva etapa?

—En principio comenzar el curso con normalidad, que no es poco, y el segundo objetivo también absolutamente inmediato es el tema del presupuesto.

—¿Cómo son las relaciones con el MECD?

—De momento no lo sé, porque he tomado posesión del cargo a mediados de julio, pero me imagino que continuarán en la misma línea que hasta ahora.

—Las comunidades gobernadas por el PSOE se han quejado…

—Eso tampoco no te lo puedo decir, porque llevo mes y medio. También sé que las decisiones que se han tomado han sido excesivamente unilaterales, sin contar con el resto de las comunidades autónomas, que hemos asumido las competencias de diferentes maneras, por un artículo o por otro, y eso puede generar múltiples desequilibrios en el sistema educativo.

—¿Crees que la Ley de Calidad conseguirá sus propósitos?

—¿Quieres que te diga la verdad? Todavía no la he cogido. Sé que tratará aspectos recogidos en la LODE, la LOGSE y la Lopeg, pero no he tenido tiempo para este asunto.

—En cuanto a los directores de los centros, ¿prefieres que lo sean por elección o por designación de la Administración competente?

—Creo que la figura del director es muy importante. Siempre he sido partidaria de democratizar la vida de los centros. Pero soy consciente de que no hay en todos los centros gente que quiera ocupar ese puesto, por la propia experiencia que tenemos en Aragón. Estoy a favor de todo lo que signifique democratización de los centros, aunque se debe incidir más en la formación del propio director, sobre sus objetivos y sus planteamientos en la dirección, y debe contar con el apoyo de la Administración. Todo esto es clave. En cuanto a la mejora de sus condiciones económicas, en realidad no creo que el objetivo salarial sea el más importante, aunque la labor de un director es a veces bastante ingrata y parece un enlace sindical o un jefe de personal más que otra cosa.

—La Ley de Calidad apuesta por crear itinerario como método clave para mejorar los índices de fracaso escolar. ¿Qué opina de esto?

—Creo que es complicar mucho las cosas. El Gobierno debería proponer otra fórmula porque inventarse tres itinerarios distintos no va a solucionar nada.

—Pero quizá sea una solución para los objetores escolares…

—El que no quiere estudiar no querrá porque existan los itinerarios, ya puedes crear tres, 18 o 25. Hay que tener en cuenta la ubicación de cada centro, sus características y las especificidades de los alumnos, y según eso, habrá que adaptar el sistema de enseñanza. Además, se da el caso de alumnos que no quieren ni estudiar ni trabajar, por lo que los itinerarios no van a cambiar nada, más bien al contrario.

—¿Por qué cree entonces que la mayoría de los docentes son favorables a la medida?

—Bueno, esta misma mañana he estado en un instituto donde se habían creado cuatro vías, itinerarios o como se les quiera llamar, pero es porque he visto una situación de desesperanza entre los docentes y también en el equipo directivo, no es una solución para tomar de forma generalizada. Al final lo importante es conseguir que los alumnos cumplan unos objetivos mínimos, prepararlos para que sepan enfrentarse a la vida. 

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