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Psicólogos y psiquiatras abordan el impacto entre los niños españoles

Ante los sucesos del 11 de septiembre MAGISTERIO ha consultado a varios expertos sobre la influencia que han podido recibir los escolares españoles.
Miércoles, 26 de septiembre de 2001
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La pregunta de los niños sobre el por qué y el para qué de lo ocurrido en EEUU el pasado 11 de septiembre es inevitable.Y los niños buscan y necesitan respuestas. Los expertos en Psicología y Psiquiatría Infantil señalan que los alumnos de 3 a 11 años configuran su mundo conforme a la visión que obtienen de los mayores. Y coinciden en que es determinante para el niño su relación con el mundo de los adultos.

Los escolares españoles, como otros muchos, han sido receptores de un hecho que puede producirles consecuencias negativas . “El nivel de afectación en éstas edades varía –expone Bernabé Tierno– según la sensibilidad, emotividad o rasgos de inseguridad de cada niño. En general, son lo suficientemente impresionables para reaccionar con sentimientos de miedo: a perder a sus padres, a quedarse solos, a montar en avión, a subir edificios muy altos, etc”.

Evitar generalizar

Bernabé Tierno recomienda al profesor que no tenga miedo a tratar este tema en el aula ni a responder a las cuestiones que puedan lanzar al aire. “Desde la mayor imparcialidad y objetividad posible pueden explicarse los hechos evitando generalizaciones o afirmaciones categóricas que llevarían al niño a concluir, por ejemplo, que todos los musulmanes son unos terroristas o que todos los aviones son como las bombas”. En opinión de los especialistas, convendría limitarse a analizar el caso concreto, para evitar alimentar malos sentimientos y “apelar a principios de respeto y hermandad entre los hombres” según Bernabé Tierno. El niño, dicen, necesita encontrar confianza ante algo percibido como doloroso e injusto. “Según la edad –declara Soutullo–, captan la idea de muerte con mayor o menor profundidad, pero siempre como algo definitivo, como una separación”.

Estos profesionales recomiendan profundizar sobre el término “justicia” más que sobre los conceptos de castigo o venganza, y aclarar que los extremismos o fanatismos no campan solo entre algunos musulmanes. Y “siempre de modo coloquial y asequible –dice Mª Luisa Massa–, sin tratar de abundar en detalles que son ajenos a su mundo y a la comprensión que tienen de las cosas. Ésta puede comprobarse al leer las redacciones que escriben sobre el tema”.

Ejemplos positivos

Este tipo de acontecimientos se presentan, en opinión de Bernabé Tierno como una “oportunidad mas de educar y ayudar a discernir entre actuaciones buenas o malas y las personas que realizan esas acciones, de evitar cualquier brote de intolerancia. Oportunidad de abrirles la puerta hacia una realidad compleja y no siempre justa. A la vez se pueden mostrar modelos positivos de personas que han realizado actos desinteresados, o se han unido al dolor ajeno”. “Dar impresión de cataclismo o catástrofe sin solución afectará al niño. Hay que ‘filtrar’ con ellos la avalancha de información y el sensacionalismo. Se trata de transmitir la seguridad que el alumno necesita” declara Bernabé Tierno.

Bernabé Tierno, psicólogo, pedagogo y escritor: “No se debe etiquetar a personas ni magnificar estos hechos ”

El psicólogo hace hincapié en la necesidad de transmitir a los niños tranquilidad y seguridad. La reacción más común entre ellos, en opinión de este experto, puede ser la del miedo a que les pase a ellos lo mismo, o a sus padres.
Por eso es de vital importancia que el niño vea que no se magnifican los hechos y que en la reacción de los mayores no hay tintes trágicos. El niño ve y reacciona de acuerdo con el entorno, que tiene a su alrededor, sobretodo el familiar. “Conviene explicarles el hecho de modo sencillo y coloquial, sin dar demasiados detalles, sólo respondiendo a sus preguntas”.

Asimismo, Tierno, urge a los profesionales de la televisión a dedicar programas en los que expertos puedan asesorar a padres y educadores sobre cómo actuar y cómo poder prevenir las posibles reacciones racistas y radicales en los escolares.

Mª Luisa Massa, doctora en Educación y Profesora de la Universidad Complutense de Madrid: “No es suficiente informar ; hay que formar en valores”

Para la doctora Massa es imprescindible distinguir la psicología infantil de la del adulto. “El niño, dice, puede vivir como una fantasía algo que es real. El grado de ansiedad que les puede provocar esta clase de hechos depende de la presión que se le transmita desde fuera”.

¿Cómo saber si el niño tiene ansiedad por este motivo?. Depende, en parte, de la cantidad de preguntas que formule sobre el tema. Si son muchas es índice de que su curiosidad y ansia no están satisfechas. Si las preguntas son pocas y llegan a un final es que el niño ha resuelto a su nivel el problema. “Es importante dejar hablar a los niños, escucharles y no caer en el peligro de saturar con un exceso de información si no –recomienda Massa– utilizando palabras comprensibles, formar en valores. En especial en la paz, la convivencia y la no agresión”.

Cesar Soutullo, experto en psiquiatría infantil de la Clínica Universitaria de Navarra: “Son muy sensibles a las reacciones de los adultos”

“Cualquier acontecimiento dramático, catástrofe natural o accidente a gran escala puede hacer reaccionar al niño conforme a varios factores: la incidencia del suceso en los padres; la cercanía física o personal con la desgracia; la edad del niño. ”Cesar Soutullo recomienda que sean los mas cercanos los que expliquen al niño la tragedia. Su consejo a seguir en las aulas es tratar el tema de modo grupal para que el docente pueda detectar las diferentes reacciones: silencios o locuacidad. Hacerles preguntas concretas: ”¿A qué tienes miedo?¿Qué has visto?”.

Hasta los 10 años puede ayudar realizar un dibujo del suceso que servirá para que el niño hable. Según Soutullo, “puede llegar a procesar el miedo en forma de juego y según edades aparentar no estar afectado y traducir el impacto en conducta agresiva o discusiones en casa”.

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