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El botiquín de plástica

La atención educativa en los hospitales está condicionada por el entorno en el que se desarrolla, aunque los maestros de las Aulas Hospitalarias siempre procuran convertirla en una rica experiencia. Los materiales de los hospitales bien pueden transformarse en obras plásticas. He aquí un ejemplo.
Miércoles, 13 de marzo de 2002
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Nuestro trabajo está basado en el intento de que los niños saquen provecho personal de una relación, esporádica en la mayoría de los casos, con personas, espacios, objetos y situaciones muy diferentes a las de su entorno habitual.
Los materiales del entorno hospitalario (vendas, jeringuillas, envases, cajas, radiografías…), con los que se encuentran de una forma no esperada, permite abrirles a un amplio campo de experimentación e investigación. En el caso de nuestro proyecto fue la de plantearles el reto de su transformación en obras plásticas.

Expresión Plástica

Un hospital resulta, en principio, un entorno extraño para desarrollar una labor educativa. Sin embargo, el niño continúa creciendo y madurando a pesar de la enfermedad, por lo que se hace imprescindible evitar que se interrumpa su proceso educativo y que él mismo se vea lo menos afectado posible por la hospitalización.

La experiencia nos enseña que debemos tener en cuenta, a la hora de plantear nuestra actuación educativa, las circunstancias particulares que presenta cada niño durante su ingreso y permanencia en el hospital. Uno de nuestros retos, pues, es dar respuesta a la diversidad de niveles de aprendizaje, de áreas, de situaciones y de circunstancias personales. Encontramos alumnos con una situación escolar absolutamente normalizada; alumnos con diferencias sensoriales, congénitas o accidentales, y motrices, permanentes o pasajeras; alumnos con dificultades de aprendizaje, en ocasiones provocadas por los largos períodos de hospitalización y convalecencia, y por un obligado absentismo escolar, etc.

En el entorno hospitalario la multiplicidad de recursos es especialmente relevante desde el punto de vista del proceso de enseñanza-aprendizaje, y no sólo en su uso reproductor, como transmisores de información o de conocimientos, sino también desde el punto de vista didáctico.

Elegimos la expresión plástica como eje de articulación del proceso didáctico que queríamos desarrollar. Por eso, adoptamos como propuesta “utilizar los diferentes materiales habituales en un hospital para realizar obras plásticas”.
A su vez, esta propuesta no dejaba de ser un paso más dentro de un proyecto más amplio y ambicioso: desarrollar el currículo a partir de la realidad hospitalaria, por lo que el “botiquín” está ya pensado y preparado, desde su creación, para servir de eje al tratamiento interdisciplinar de esta realidad desde las distintas áreas. Intentábamos con ello desarrollar en el niño capacidades de distinta índole –afectivas, perceptivas y motrices principalmente– que permitieran con una mayor facilidad la expresión y manifestación de las angustias, miedos e inseguridades que el medio hospitalario provoca.
Los materiales del entorno hospitalario (vendas, jeringuillas, envases, cajas…), los lugares y objetos, las personas que en este medio interactúan, el tiempo que transcurre, etc., se convierten para nosotros en recursos didácticos motivadores que justifican la creación de El Botiquín de Plástica. Este proyecto se ha concebido como una “maleta pedagógica”, cuyo diseño se adecua al carácter itinerante, desde la perspectiva de la situación de los alumnos, de nuestra actividad docente y didáctica: sirve tanto para utilizarla con nuestros alumnos ingresados como para emplearla y ser compartida, en un futuro, con otras unidades de apoyo escolar en otras instituciones haspitalarias.

Metodología

Debido a las especiales condiciones en que se encuentran nuestros alumnos es imprescindible y necesario partir de la realidad de cada alumno: de sus conocimientos previos, momento evolutivo, enfermedad, etc. A partir de ahí, organizamos y desarrollamos nuestra labor didáctica a través de diversas actividades, para que ellos mismos sean capaces de elaborar aprendizajes significativos, logrando con ello el desarrollo de sus capacidades. Nuestra actuación, por tanto, fue personalizar estas actividades para cada uno de ellos considerando sus circunstancias médicas, sus miedos, angustias e intereses. Hemos tenido en cuenta no sólo su nivel escolar o evolutivo, sino también las limitaciones físicas que la enfermedad les estaba imponiendo.

Con carácter general, y con el fin de diseñar un modelo orientador, hemos establecido tres niveles de dificultad posible que determinan la elección “a priori” de un tipo u otro de actividad, en función de:
—Alumnos que, por su edad, cursan 2º ciclo de Educación Infantil.
—Alumnos que presentan dificultades motóricas importantes en las extremidades superiores.
—Alumnos que tienen tumoraciones cerebrales que afectan de forma grave al funcionamiento de las extremidades superiores.
—Alumnos con dificultades graves de visión.
—Alumnos que presentan dificultades motóricas que limitan levemente su capacidad de movimiento.
—Alumnos afectados por amputaciones, traumatismos o lesiones del brazo que no definen su lateralidad.
—Alumnos que tienen suero, o bien una vía cogida para la medicación, en el brazo que define su lateralidad.
—Alumnos que están conectados a una bomba de medicación.
—Alumnos que no presentan limitaciones físicas importantes.

Actividades

—Visitar distintas dependencias del hospital para observar y analizar personajes, situaciones, aparatos y espacios del hospital.
—Localizar, clasificar y seleccionar materiales en los diferentes servicios del hospital.
—Experimentar, manipular y familiarizarse con los materiales encontrados.
—Realizar búsquedas bibliográficas y experimentaciones plásticas para aplicarlas en el aula.
—Elaborar obras y composiciones plásticas a partir de distintos materiales.
—Comparar la funcionalidad real de los materiales en el hospital con la que adquieren una vez transformados.
—Realizar el diseño y montaje de una exposición. La exposición se montó en el Hospital 12 de Octubre, ocupando el largo pasillo y el hall que preceden al salón de actos del edificio Materno-Infantil.
El proyecto de El Botiquín de Plástica ha servido para que la estancia de los niños en el hospital sea fuente de aprendizaje.

Objetivos didácticos

—Conocer personas, lugares y materiales presentes en cada entorno hospitalario. Este objetivo se ha conseguido en la medida de lo previsto, ya que la mayoría de los niños, a través de las visitas realizadas, han podido conocer directamente muchos aspectos del medio hospitalario, y si no, han podido ver el vídeo y las fotografías.
—Experimentar con los distintos materiales de desecho y específicos, presentes en el hospital, y transformarlos en obras plásticas. Todos los alumnos hospitalizados que acudieron al aula han podido manipular y descubrir las posibilidades plásticas de los materales que otros habían recogido.
—Fomentar la realización de obras plásticas de forma colectiva. Se hicieron trabajos de gran magnitud como la decoración y la representación de espacios.
—Valorar las elaboraciones artísticas propias y de los otros, disfrutar con su realización y apreciar su contribución al goce y al bienestar personal. Es reconocido el valor terapeútico de la actividad manual.

Enrique SÁNCHEZ MARTÍNEZ
Aula Hospitalaria de Getafe 

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