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La “escuela en casa” en el tramo 0-3 años gana adeptos entre las familias

La LOCE establecerá que el tramo 0-3 años sea una etapa de carácter voluntario, educativo y asistencial. Pero algunas familias ya han puesto en marcha iniciativas “a la carta”.
Miércoles, 27 de noviembre de 2002
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¿Quién va a desear lo mejor para los hijos que sus propios padres? Con esta máxima, la legislación educativa española deja libertad a los progenitores para que hasta los seis años, que la escolarización se hace obligatoria, puedan ocuparse de ellos, bien por sus propios medios o, en el caso de que ambos padres trabajen, queden a cargo de niñeras, cuidadores, maestros, monitores, enfermeros… A no ser, claro, que asistan a una Casa de Niños o Escuela Infantil.

No obstante, la ideología y valores que las familias quieran trasmitir a los más pequeños, así como los recursos económicos de cada una de ellas, influyen de manera decisiva a la hora de decidir qué hacer con los más pequeños de la casa.

No obstante, la futura Ley de Calidad establece la gratuidad de la enseñanza ya desde los tres años, aunque la financiación del tramo 0-3 años es todavía una asignatura pendiente para muchas comunidades, que atribuyen a las familias la obligación de atender a los niños durante esta etapa.

Para resolver el asunto, algunas familias empiezan a buscar soluciones “a la carta”, como en el caso de cuatro parejas con niños entre 0-2 años, que han contratado a una maestra para que, cada día, durante cuatro horas, enseñe jugando a los cuatro bebés.

“Las ventajas son, fundamentalmente, que al ser pocos alumnos puedes trabajar adecuadamente con ellos. Además, al estar en su propia casa, los niños se sienten muy cómodos”. No obstante, Cuca, la maestra, cree que hay que tener mucha iniciativa y echarle imaginación, porque “los materiales que tenemos son los propios juguetes de los niños o algunas baratijas que compramos”, afirma, y advierte que “se echa en falta algún tipo de subvención para materiales, o protectores para los niños contra los accidentes domésticos”, por ejemplo, ya que es la propia maestra quien va recogiendo a los niños casa por casa sin que los padres tengan que preocuparse de nada mientras juegan y trabajan tanto en el cuarto de estudio como en el jardín.

Por su parte, los padres se muestran encantados con este sistema. “Es ideal, ya que un experto atiende individualizadamente la estimulación de los niños cada día, sin que tengan que salir de su entorno habitual, algo muy importante en estas edades”, comenta una de las madres, que han encontrado así una solución alternativa a las guarderías, a menudo caras y con un horaria rígido, no adaptado a las circunstancias de los padres.

“Para nosotros es muy importante, además, que la maestra siga un proyecto educativo, con unos objetivos concretos”, afirma la madre. Las ventajas al ser cuatro niños son varias; por un lado, la maestra puede atender las potencialidades individuales de cada uno, “porque son muy distintos”, señala; y, por otro lado, al ser cuatro, pueden jugar entre ellos aprendiendo valores como compartir cosas o ayudar al resto, “que también es muy importante”.

Discrepancias

No obstante, en España, los modelos de “escuela en casa” también tienen muchos detractores entre los defensores a ultranza de la escuela reglada y academicista, que consideran a estas familias como una especie de “bichos raros”, a pesar de que cada vez son más quienes defienden la libertad de los padres a elegir el modelo de enseñanza que desean para sus hijos por encima de todo. Julia Sánchez, directora de un centro de Infantil, afirma que “todos los niños deben socializarse con el resto fuera de su entorno”.

Depende de dónde vivas

Mientras Australia, Canadá o Estados Unidos son los países a la vanguardia en torno al homescholling o escuela en casa, en Europa esta modalidad sólo está arraigada en Gran Bretaña, aunque Francia también lo ha respaldado legalmente. En Estados Unidos, donde esta práctica es perfectamente legal en los 50 Estados, aunque con diferencias, el número de ‘desescolarizados’ se ha multiplicado por cinco en seis años y ya supera el millón y medio de alumnos, que es igual a toda la población escolar de Nueva York.

De hecho, las primeras generaciones de homeschollers ya están en prestigiosas universidades como Harvard. En la otra parte del mundo, en Hong Kong, Japón e incluso en Egipto existen también asociaciones de homeschollers. Sin embargo, esta práctica aún está en pañales en España y sólo unas decenas de familias optan por este modelo de Educación. 

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