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La Educación según Carod Rovira

ERC ha alzado la bandera de la Educación en su campaña electoral y aunque su líder haya declarado públicamente que lo menos importante es discutir de cargos, poca gente duda de que la cartera de Educación será una de sus principales exigencias.
Miércoles, 26 de noviembre de 2003
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A una semana del resultado electoral, el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Josep Lluís Carod-Rovira, todavía sigue jugando sus cartas consciente del papel clave que le han otorgado los 23 escaños conseguidos en el Parlament. Lo dijo alto y bien claro la noche del 16 de noviembre, ERC pactará con quien asuma su modelo de Estatuto de Catalunya y siga una política social en la que la Educación debe tener una baza fundamental.

En una entrevista emitida por el Canal Parlament –la televisión parlamentaria que comparte las ondas con el canal informativo de la Corporación Catalana de Radio y Televisión, el canal 3/24–, Carod-Rovira aseguraba que, de cara a las futuras negociaciones para formar gobierno, a ERC “no nos interesa tanto discutir de cargos como de qué país queremos”, pero con la campaña electoral en la que han puesto por bandera la Educación, no sería nada arriesgado asegurar que ERC exigirá la cartera de Educación para seguir con la línea política de la II República, un modelo que Carod-Rovira ha defendido en numerosos actos públicos.

Si sus hipotéticos aliados, Convergència i Unió o el PSC le cedieran la consejería de Educación, ¿quién sería el futuro consejero? Ateniéndonos a la lógica, el parlamentario Josep Bargalló, secretario de Cultura, Educación y Sociedad de la Información, que ha sido el portavoz republicano en política de educación durante esta campaña. ERC es un partido pequeño y con poca estructura, aunque en pocos días recibió la petición de unas 700 nuevas afiliaciones, y algunas voces críticas del sector educativo consideran que no tiene suficiente gente preparada para asumir esa responsabilidad.

La Educación, prioritaria

El programa electoral de ERC tiene como lema “La educación: una prioridad” y se basa en más de un centenar de ideas que tienen como eje la propuesta de un Pacto Nacional por la Educación que permita al gobierno que esté en el poder disponer de recursos suficientes y un consenso social amplio para cambiar de rumbo la política educativa de Cataluña. Entre 163 medidas el propio partido destaca éstas como las más importantes:

–Nuevo impulso al programa de inmersión lingüística y a la utilización y uso del catalán como idioma vehicular en la enseñanza.

–Reordenación de la doble red escolar mantenida con fondos públicos, bajo los principios de igualdad en derechos y deberes, gratuidad efectiva para las familias, gestión democrática, control público y la posibilidad para los centros privados que reúnan determinadas condiciones y que lo soliciten la incorporación a la red pública de titularidad de la Generalitat.

–Oferta de plazas públicas de Preescolar (0-3) hasta cubrir la demanda.

–Incremento de una hora complementaria diaria para los alumnos de centros públicos de Educación Primaria.

–Plan general de conocimiento de inglés, comenzando con el aprendizaje a los tres años y siguiendo con clases en grupos reducidos en Secundaria. Además, aumento de plazas en las EOI y un plan de formación para el profesorado.

–Prevención del fracaso escolar y mejora cualitativa dotando a los centros de más recursos y reforzando la autonomía de centro.

–Establecer centres educativos abiertos a las necesidades de la comunidad y promover una oferta amplia de actividades extraescolares en horas y días no lectivos.

–Gratuidad progresiva del material y libros de texto.

–Avanzar en el traspaso de competencias educativas a la administración local.

Visión muy diferente

Aunque buena parte de los partidos políticos han prometido casi lo mismo en esta campaña electoral, como la creación de 30.000 nuevas plazas en guarderías públicas, un número que parece mágico porque han coincidido en él desde Iniciativa-Els Verds al Partido Popular, lo cierto es que hay puntos muy divergentes. Uno de ellos es el tema de los conciertos educativos, que se erigió en centro del debate. ERC y PSC coinciden en el planteamiento de una reordenación de los conciertos, eliminando de la lista a los considerados de élite y apostando más por la red pública, algo en lo que chocarían frontalmente si gobernaran en coalición con Convergència. ERC también apuesta por una mayor autonomía y descentralización, hecho que los nuevos decretos de Carme Laura Gil ya descartan.
 

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