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La muerte de un niño reabre el debate sobre la seguridad

El reciente fallecimiento de un niño 10 años a causa de las heridas que sufrió al caerle encima una portería de fútbol en un parque de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), ha puesto en tela de juicio la seguridad de las instalaciones deportivas. Algunas de éstas se encuentran en colegios. MAGISTERIO ha visitado varios centros de Madrid y ha podido comprobar cuáles son las principales carencias en materia de seguridad, no sólo de las instalaciones deportivas, sino de todo el recinto escolar.
Miércoles, 31 de marzo de 2004
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Autor: Javier PAZ

Equipamientos deportivos mal fijados, puertas de emergencia cerradas con llave, falta de señalización, rejas en las ventanas de la planta baja, puertas que no se abren, escaleras de emergencia que se utilizan de forma habitual, cocinas no instaladas en la planta baja y sin salida de emergencia, clases que no cuentan con dos puertas y escasa realización de ejercicios de evacuación son algunas de las deficiencias que este periódico ha podido constatar. Deficiencias que concuerdan con lo que dicen diversos informes.

Según un estudio de la revista Consumer, uno de cada cinco centros no cuenta con un plan de seguridad, el 37% no realiza simulacros de evacuación y el 62% no está dotado de sistemas de detección de incendios. Pero lo más grave es que el 65% de los centros no pone a disposición de los alumnos información escrita sobre cómo actuar en caso de emergencia.

Los datos que ofrece un estudio realizado por el Defensor del Pueblo de Andalucía son también desalentadores. Sólo uno de cada tres centros cuenta con los requisitos mínimos, como son contar con un plan de autoprotección, realizar ejercicios de evacuación periódicamente, disponer de extintores que cumplan con la ley en cada planta y contar con un sistema específico de aviso y alarma para emergencias.

Las deficiencias

Conocer cómo actuar en caso de emergencia puede evitar que un accidente se convierta en una catástrofe. Y en este aspecto el suspenso de los colegios españoles es absoluto, bien porque, incumpliendo la ley, los centros no disponen de un Plan de Emergencia y Evacuación, bien porque los colegios no informan a los alumnos, bien porque no se realizan simulacros o bien porque la señalización es insuficiente. Este es el caso del IES “San Juan Bautista” de Madrid, donde debido a la falta de coordinación entre la Consejería y el centro no existe señalización de emergencia.

En otros casos son los centros los que proponen a sus respectivas Consejerías perfeccionar los sistemas de seguridad, y éstas, se niegan ha hacerlo, como en el IES “Joaquín Rodrigo”, de Madrid: “en el pabellón en el que dan clase los alumnos del Primer ciclo de la ESO –explica el director del centro, Félix Peñalver– queríamos colocar una escalera de emergencia, pero al no ser obligatoria según los requisitos que exige la ley, la Consejería lo denegó”.

Seguridad o control

En esta cuestión los centros se enfrentan a un dilema: por un lado controlar a los alumnos para que no abandonen el centro durante las horas lectivas, por otro lado, la seguridad. En estos momentos los centros escolares apuestan más por evitar que los alumnos abandonen el centro que por la seguridad. Esta es una de las razones que explica por qué las puertas antipánico no abundan en los centros escolares españoles.

La seguridad en el patio ha ido mejorando, sobre todo después de que en octubre de 2001 un alumno de quinto de Primaria falleciera al caerle una portería en la cabeza mientras realizaba la clase de Educación Física. Desde entonces, los centros han puesto especial interés en fijar las porterías, las canastas y otros elementos al suelo. Pero no todos lo han conseguido; todavía existen colegios donde los equipamientos deportivos no están bien fijados en el suelo y corren el riego de volcarse en el caso de que algún alumno se cuelgue de ellas.

Según la legislación vigente, las ventanas con rejas en las aulas se deben poder abrir desde dentro en caso de emergencia, pero son pocos los centros que lo cumplen. Las razones son variadas y para todos los gustos. Félix Peñalver, director del IES “Joaquín Rodrigo”, explica que “tuvieron que colocar rejas en todas las plantas, excepto en la primera, porque hubo una temporada en la que la gente se dedicaba a tirar piedras contra las ventanas para romper los cristales”. En el IES “Clara del Rey” de Madrid las rejas están colocadas sólo en la planta baja. La razón es sencilla: evitar que cualquier persona pueda acceder al centro rompiendo los cristales de una ventana.

Pero por muchas medidas preventivas que se utilicen los pequeños accidentes son inevitables. Pequeñas heridas, esguinces o contusiones están a la orden del día en los colegios e institutos.

Conclusiones

Las conclusiones que se pueden extraer son desalentadoras. Sin embargo, no debe cundir el pánico. Tal y como afirma el informe del Defensor del Menor de Andalucía “aún cuando la valoración de la situación de seguridad en nuestros centros docentes no puede ser otra que deficiente, no por ello debe instalarse una sensación de alarma en la comunidad educativa, ya que la evaluación genérica del riesgo que soportan ante situaciones de emergencia es considerada por los expertos como baja”.

En cuanto al tipo de centro, si bien es cierto que los concertados son más seguros según la revista Consumer, “las diferencias no son muy significativas”. Lo mismo ocurre si se comparan los centros situados en la capital con los situados en otras localidades o si se analizan los niveles educativos.

La futura Norma de Autoprotección

En los últimos años la cultura de la protección y la seguridad están sufriendo una profunda evolución cuya manifestación más importante es la apuesta prioritaria por el criterio de la prevención; es decir, por la adopción de medidas que permitan evitar las situaciones de riesgo o, cuanto menos, minimizarlas, frente a la tradicional apuesta por criterios basados en la acumulación de importantes y costosos medios para intervenir cuando la situación de riesgo ha devenido en una situación de crisis o accidente.

En esta línea se encuadra la futura Norma Básica de Autoprotección, que está prevista que se apruebe este año. Además de contar con medidas preventivas, y según ha explicado el director general de Protección Civil, Juan San Nicolás, “esta nueva normativa establecerá que todo tipo de instalaciones públicas en las que se congregue un amplio colectivo humano con posibilidades de riesgo, estarán dotadas con dispositivos y sistemas que permitan a los ciudadanos hacer frente a la emergencia”.

En el caso concreto de los centros docentes, como colegios e institutos, San Nicolás ha explicado que “la autoprotección que supone tener la información adecuada para dichos casos debe ejercerse bajo la vigilancia de los ayuntamientos y con la responsabilidad de los propietarios de las instalaciones”.

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