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¿Comen sano los escolares?

El menú escolar representa el 30% del valor calórico de todo el día y en él no deben faltar toda una serie de alimentos para el desarrollo físico y mental del niño y la adquisición de unos buenos hábitos alimentarios. Sin embargo, diversos estudios demuestran que no son todo lo equilibrados que debieran ser.
Miércoles, 12 de mayo de 2004
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Autor: Núria MAHAMUD

La respuesta parece ser No. Al igual que los adultos, los niños están abandonando progresivamente la dieta mediterránea, la gran mayoría ni siquiera desayuna correctamente y la principal ingesta del día –la comida del mediodía– no resulta todo lo equilibrada que debiera ser, ni siquiera en los menús escolares, según se desprende de diversos estudios.

Uno de los más recientes, realizado por la Facultad de Medicina de Vallladolid tomando como muestra 437 comedores escolares dependientes de la Junta de Castilla y León, alerta de que los niños comen el doble de proteínas de las necesarias, abusan de las grasas –consumen más del 43%, mientras que las recomendaciones están entre el 30 y 35%–, ingieren poca fibra y comen pocos carbohidratos (un 40%, frente al 55% que sería lo correcto).

Sin embargo, los menús son poco calóricos y, en algunos casos, con esceso de vitaminas como la B12, presente en los productos de origen animal.
Según los expertos, se debería incrementar la presencia de legumbres y verduras en los menús escolares, disminuir la cantidad de carne y aumentar el consumo de pescado, incluir más fruta y frutos secos en los postres y añadir a los platos sal yodada.

Son datos que coinciden con los de la propia Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA), que realiza una serie de recomendaciones para garantizar una alimentación sana del escolar.. Según esta agencia dependiente del Ministerio de Sanidad y Consumo, “se abusa de la carne de cerdo, embutidos, salchichas y hamburguesas“ y apenas se consume pescado. También es escasa la ingesta de legumbres y frutas enteras –se abusa de los zumos, en su mayoría industriales– y los chavales siguen resistiéndose a comer verduras y ensaladas.

Por el contrario, en los menús escolares abunda la pasta, las pizzas, las patatas –sobre todo fritas– los productos lácteos, los dulces, los refrescos y las grasas, especialmente en forma de mantequilla, margarina, quesos grasos o para untar y patés. Sin embargo, arroz, pan y huevos tienen un consumo moderado.

Visto lo visto, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria realiza toda una serie de recomendaciones, a falta de una legislación que regule la composición de los menús escolares. Entre ellas recuerda que se ha de alternar el consumo de carnes y pescado, que la primera ha de ser de diferentes especies (pollo, cerdo, vacuno, cordero, conejo…) y que entre el pescado debe abundar el azul, como la caballa, el boquerón o las sardinas.

Según la AESA, se debe insistir en que los niños tomen fruta natural, limitar el consumo de huevos a cuatro o cinco a la semana, moderar el consumo de patatas fritas e intercambiarlas con otras guarniciones, como verduras y ensaladas y aumentar la ingesta de fibra dietética, presente sobretodo en las legumbres.

¡Queremos macarrones!

Estos sanos hábitos alimentarios contrastan con los gustos de los niños, que siguen prefiriendo como primer plato los macarrones y espaguetis y como segundo la ternera con patatas fritas, los huevos fritos y el pollo, según un estudio elaborado hace unos años por la empresa de restauración Sodexho, una de las principales en distribución de caterings de menús escolares. En este mismo informe también se exponía un dato preocupante, más del 50% de los escolares reconocía terminar su ración, pero entre el 25 y el 30% consumían tan sólo la mitad.

El análisis de Sodexho, incluyendo tanto el ámbito escolar como familiar, también establecía que diariamente se consumen un promedio de 3,63 raciones al día de cereales y patatas, muy por debajo de las 5-6 raciones recomendadas. Igual pasa con las verduras y hortalizas, cuya frecuencia es de 1,16, frente a las dos raciones recomendadas diariamente. Aunque el caso más preocupante es el de la fruta, ya que frente a las tres piezas recomendadas al día tan sólo 1,06.

Está claro que son carencias que no se alejan de las que se producen el propio hogar, según los expertos, con la única diferencia de que en casa se cocina con más aceite de oliva.

Ante todo, discreta

Las conclusiones del restudio realizado por la Facultad de Medicina de Valladolid han llevado a la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León a editar una guía dirigida a profesores, padres y alumnos, que aglutina no sólo consejos generales sobre alimentación saludable, sino también menús adaptados escolares con patologías alimentarias específicas, como alergias, diabetes o enfermedad celiaca, cuya necesidad queda regulada en la reciente Orden del Servicio de Comedor, publicada en el Bocyl del pasado 31 de diciembre.

Enfermedad celiaca

Entre las necesidades especiales en los menús escolares quizás la más preocupante es la que afecta a los enfermos celiacos. Precisamente este pasado fin de semana se celebró en algunas ciudades como Madrid y Barcelona una jornada de reflexión festiva sobre la enfermedad celiaca, que puede provocar retrasos importantes en los niños si no es detectada a tiempo.

Las asociaciones reclaman que se elaboren menús específicos, ya que muchos padres no se atreven a dejar a sus hijos en el comedor escolar por falta de garantías de que haya alimentos sin gluten en el menú.

En Cataluña se ha dado un tímido paso en este aspecto, aunque sigue sin regularse la obligatoriedad de un menú específico, como pasa en el resto de comunidades autónomas.

En el nuevo Decreto de Admisión de Alumnos se establece como baremo de prioridad para ser admitido en un centro sufragado con dinero público tener alguna enfermedad crónica del sistema digestivo, endocrino o metabólico, como diabetes o enfermedad celiaca.”Una buena noticia”, admiten desde la Asociación de Celiacos de Cataluña, aunque todavía insuficiente. En Madrid, por ejemplo, se ha editado una guía para los colegios para enseñar cómo se debe tratar esta enfermedad.

Por otra parte, también hay estudios que indican que un 10% de los niños españoles tienen déficit de hierro y quienes suben esta media son las chicas (12%), debido sobre todo a la menstruación.

El hierro es un mineral necesario para transmitir los impulsos cerebrales a los nervios periféricos, que se encuentra básicamente en productos de origen animal. Como consecuencia de esta deficiencia se producen retrasos intelectuales, como disminución de memoria, percepción, motivación y otras funciones cerebrales.

Assumpta Roset, Generalitat de Cataluña: “No podemos obligar a hacer varios menús, hacemos correcciones”

Assumpta Roset es, entre otros cargos, la responsable de planificación de los menús escolares por parte del Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña, tarea compartida con el Programa de Alimentación y Nutrición del Departamento de Sanidad.

—¿Cómo se planifican los menús escolares?
—La Generalitat no planifica los menús, hace recomendaciones. Los centros educativos, a través de las APA o de los consejos comarcales, nos envían sus propuestas de menú y nosotros se las devolvemos corregidas.

—¿Se realizan menús específicos según enfermedades o costumbres religiosas o morales?
—No podemos obligar a los centros a realizar tantos menús. Una cosa es la cultura, como la musulmana, en la que no se come cerdo, o la alimentación vegetariana, y otra la salud. Si los centros nos envían propuestas de menús podemos hacer variaciones, aunque creemos que en la etapa escolar no se puede ser vegetariano estricto.

—¿Hay muchas peticiones de menú específicos?
—Precisamente quiero realizar un estudio sobre ello, pero hasta que no haya un Real Decreto que lo establezca no se podrá obligar a elaborar estos menús.

—¿Qué pautas siguen al recomendar los menús?
—Seguimos la pirámide alimentaria adaptada a la dieta mediterránea –algunos comedores tienen menús demasiado continentales– y adaptamos las raciones según la edad, ya que no es lo mismo un adolescente que un niño. También recomendamos menos lácteos, pues entendemos que ya toman suficientes cuando llegan a casa.

—¿Qué pasa cuando un niño no quiere comer?
—De pequeños tienen más disciplina, pero si en media hora no han comido se pueden levantar, ya que no se les obliga a comer en frío. 

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